Presente: Hola

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El otoño llego y Suna al fin estaba trabajando como kinesiologo, se había recibido y uno de sus tantos contactos le consiguió algunas ofertas de trabajo realmente buenas, de las cuales logro quedar en algunas. De repente sus quejas cambiaron y ahora eran del trabajo y no la universidad. Otra cosa que cambio fueron los chismes, estos disminuyeron pues aun no estaba en sintonía con su nuevo grupo de trabajo y los del edificio nunca fueron muchos. Por otro lado, me sorprendió que no se mudara, pues su nuevo trabajo no quedaba muy cerca de donde vivía, pero el insistía que no le molestaba viajar y que ya se había acostumbrado al lugar.

—No puedo creer que quieras desacerté así de mi, no voy a mudarme —me reí de su falsa indignación y tono de 'herido' con el que dijo aquello, en especial porque nunca había insinuado nada de eso.— No me imagino que harías si hubiéramos seguido viviendo juntos

—Me habría tirado del balcón, por algo me mude.

Nos reímos de lo dicho, aunque yo lo decía en serio. Quiero mucho a Suna, pero el haber vivido con el me demostró que para la convivencia no servimos, el es muy obsesivo con algunas cosas y quisquilloso con la comida; yo por mi parte detesto que se metan cuando estoy cocinando y que cambien de lugar mis cosas (y esto a el le encantaba hacerlo). Todo esto son solo detalles, pero teníamos mas momentos donde chocábamos.

De repente alguien a nuestra espalda hablo, llamando nuestra atención y haciéndonos que nos giráramos para verlo.

—Buen día...—comenzó diciendo y luego su expresión alegre denotaba sorpresa.— ¿Haruko?

Sonreí sin darme cuenta, aunque de todas formas iba a hacerlo.

—Hola Oikawa-san, tanto tiempo.

Suna simplemente nos miro de manera intercalada por unos segundos y luego saludo al recién llegado. El viaje en ascensor a planta baja fue mucho mas rápido de lo que recordaba, pero aun así tuvimos una pequeña charla. Una mezcla de "que sorpresa vernos de nuevo" y "que es de tu vida" súper resumido. Yo le conté que era enfermera, pero cuando pregunte que hacia actualmente tuve que irme, Suna había interrumpido la charla para recordarme que se hacia tarde.

Hablando de mi amigo, no perdió el tiempo e intento hacerme algunas preguntas, empezando por el hecho de porque no le había dicho que lo conocía. En su momento no había dicho nada porque no estaba segura que fuera él... ok a quien engaño, no quería hablar del tema, aunque esto ultimo no se lo dije. Le comente que éramos amigos en secundaria y que perdí contacto con él cuando este se fue a estudiar. No dije mucho y el no estaba del todo conforme con la información, pero no insistió por el momento.

Verlo fue extraño, no había cambiado casi nada. Tenia el cabello mas corto que antes y sus rasgos estaban mas definidos, pero seguía siendo lo mismo; en cuanto a su contextura física, se notaba que había ganado algo de masa muscular, seguramente resultado del intenso entrenamiento al que debe estar sometido. Por otro lado su expresión era mas relajada y real, no tan fingida como en secundaria, irradiaba un aura de paz impresionante junto a ese semblante amable que siempre tuvo, pero que sola perder al jugar. Me pregunto si en la cancha seguirá demostrando esa ferocidad y sed de victoria. Ahora que lo pienso, no volví a verlo jugar desde que dejo la secundario.

Esa semana no volví a cruzármelo, pero lo tenia muy presente debido Suna. Dicha persona en cuestión era muy insistente para que le explicara mas de mi historia con mi vecino. Por cansancio acabe relatandole mi corta historia, sin muchos detalles. No me agrado recordar todo esto pues hacia que volviera la culpa. Aquella semana fue dura, pase mucho tiempo en urgencias debido a la gran demanda que había (no era raro, pero a la vez la cantidad de personas que tuve que atender supero lo normal) y eso llevo todas mis fuerzas.

You (Oikawa x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora