Presente: Yo

125 9 1
                                    

—Te envidio, yo también quiero vacaciones —se quejo Suna a mi lado mientras esperábamos el ascensor del edificio donde vivíamos. Sonaba cansado y enojado, pero su rostro permanecía inexpresivo, como siempre.

Como jugador de póker no le iría nada mal. 

—Ya no falta mucho para tus vacaciones —me rei— planeo ir unos días a visitar a mi familia. Oye, para estudiar quiropraxia tu postura es muy mala —me burle al notar su posible futura joroba por la postura que mantenía por estar pegado a su celular.

—Soy kinesiólogo —al parecer el animo lo había abandonado, o yo conseguí que ese animo lo abandonara.

—Corrección, eres estudiante de kinesiología —bromeé con una sonrisa inocente. 

No debería reírme, pero si el puede reírse de mi por cada pequeño detalle, ¿porque yo no? Mientras tenga la oportunidad la aprovechare, después de todo en unos meses ya no podre hacer este mal chiste, que desconozco porque le molesta tanto. Hace dos años atrás también me encontré en su situación, hastiada de la explotación que padecía en mis prácticas y ansiosa por tener el título y comenzar a trabajar. Entiendo lo que es estar en su lugar, a un paso de conseguir aquello por lo que sacrificamos muchas cosas, pero nunca me molesto que me recordaran que me faltaba para ser considerado 'enfermera'.

Dicho esto, espero que cuando llegue el momento el corra con la misma suerte que yo, que tras graduarme no tarde en conseguir horas en un hospital publico de la zona donde vivía. Todavia lo recuerdo bien (no paso tanto tiempo), en ese entonces compartía un monoambiente con Suna, pasaron algunas cosas que nos obligaron a abandonar los dormitorios de la universidad. En mi caso fue por un altercado con mi compañera, del cual debo reconocer que fue mi culpa por mi falta de paciencia. En el caso de Suna... solo diré que prometí no mencionar jamás lo que paso. De esta forma mi ultimo año conviví con mi apático amigo, y no puedo explicar la alegría que significo poder mudarme, aunque me mantuve en el mismo edificio, pues la zona era tranquila y me gustaba. Tampoco puedo dejar de lado que era economico.

—Al fin voy a poder ahorrarme el Motel —decía Suna con una sonrisa el día que me iba de nuestro departamento, el cual ahora seria solamente suyo. 

—Al fin voy a poder llegar a casa sin tener el miedo de abrir la puerta y toparme con la filmación de una película porno —me reí.

—No te pongas celosa, muchas veces te invite a participar y no quisiste —contesto con una sonrisa burlona.
Todos felices.

El ascensor llego y al momento que se abrieron las puertas observamos como alguien salía de el. Lo mire con una sorpresa mal disimulada y agradecí que realmente no nos prestara atención y saludara sin vernos, pues estaba enfocado en su celular, para luego pasar de nosotros. Acababa de ver después de años a Iwaizumi Hajime. Ciertamente había cambiado, pero era imposible no reconocerlo. Físicamente se podía apreciar el trabajo en sus músculos, creo que no me equivoco al pemsar que este chico pasa mas tiempo en el gimnasio que cualquier otra persona. Por otro lado en su rostro era notorio el paso del tiempo ya que presentaba sus rasgos mas marcados, pero ese semblante cerio y esas cejas tupidas propias de él seguían estando ahí.  

Ahora que lo pienso, yo cambie mucho desde que termine el secundario. Desde entonces nunca mas deje crecer mi pelo, siempre manteniendo el largo por sobre mis hombros y sin flequillo, con el detalle de tener los mechones del frente decolorados casi a blanco. También logre subir un poco de peso y ahora si tenia una apariencia mas sana y un poco de forma. Por último no podía olvidar mis lentes, consecuencias del desgaste de mis ojos por el exceso de exposición a la pantalla de mi computadora por jugar video juegos y dibujar, actualmente los usaba casi permanente aunque mi vista no estaba tan dañada. 

—Se te cae la baba —dijo Suna riéndose de mi rostro.

Tengo que aprender a disimular mejor algunas cosas, perdí la practica con los años. 

—La ultima vez que lo vi fue en secundaria... no cambio mucho —a mi juicio Iwaizumi siempre fue lindo y lo sigue siendo. 

Con Suna llegamos a la conclusión de que quizá el era el nuevo inquilino. Hace unos días alguien se estaba mudando, pero no pudimos quedarnos para ver a la persona en cuestión, solo cajas y un camión. En su momento habíamos hecho una apuesta, la cual parece que gane, pues había apostado a que mi nuevo vecino era hombre. Si Iwaizumi resultaba ser esa persona definitivamente ganaba por partida doble, Suna me pagaba la cena la próxima vez que salgamos y yo podría observa a mi crush de secundaria de vez en cuando por el balcón. Este fue un detalle curioso que al principio no me gustaba, pues ambos balcones estaban casi pegados formando una L dividid por una especie de mampara. Aun así me quede con el. 

—Benditos sean los dioses que me regalan esta vista.

—Maldita sea, yo quería que fuera una chica.
Me reí de lo indignado que estaba por la situación. Yo me sentí victoriosa, además de que me ahorraba posiblemente de escuchar cosas extrañas en las noches... o de una chica llorando y gritándole a alguien.

You (Oikawa x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora