Oikawa: Metas y estrellas

115 8 1
                                    

Con el tiempo aquel dolor fue desapareciendo, pero el sentimiento que había tenido hacia ella no. Aun así trate de no tenerlo tan presente. Mis estudios y los entrenamientos con el equipo ayudaban en esto.

Si bien el sueño de mi vida siempre fue dedicarme completamente al vóley, una parte mía quería aprovechar la oportunidad y seguir una carrera, además de que mis padres insistieron mucho para que siga estudiando. De esta manera trate de buscar alguna cosa que me gustara y en lo primero que pensé en algo relacionado con algún idioma. Así acabe en la carrera de traductorado de ingles (que debo decir que me gusto más de lo que esperaba). Con el tiempo y gracias a mi dedicación, pude aplicar para el programa de intercambio t acabe cursando dos semestres en EE.UU. No solo mejore el manejo del idioma si no que también tuve la oportunidad de mejorar como setter, porque si, seguir jugando vóley.

De esta forma seguí avanzando. En el lugar donde vivía en EE.UU estaban otros extranjeros como yo. Conocí muchas personas y culturas, entable amistades con personas de diferentes partes del mundo, y así mismo pase por algunas parejas. La mayoría de estas no duraron mucho, pero tuve una que otra relación larga.

En mas de una ocasión, cuando una de mis relaciones terminaba, me encontraba pensando en Haruko y en como solía contarle cuando esto pasaba.

Puedo decir que en lo amoroso quizá no estaba triunfando, mas considerando que no buscaba relaciones casuales, pero en todo lo demás iba mas que bien y era suficiente. Poco a poco iba cumpliendo mis metas. Nunca olvidare cuando tuve mi primera oferta para jugar en un club profesionalmente, tenia casi 21 años y un equipo de EE.UU se había interesado en mi. Así comenzó mi carrera como jugador de vóley profesional, primero pase por dos equipos de Estados unidos y con el tiempo acepte propuestas que tuve en Europa donde finalmente me quede, en un equipo francés, hasta que volví a Japón.

A lo largo de todo ese tiempo mi rodilla comenzó a mandarme señales de que debía parar y no pude mas que asustarme. Nunca fue del tipo que paraba, mas bien mis prácticas terminaban cuando mi cuerpo no podía ponerse de pie, es decir al borde del colapso. Si, era un desquiciado, durante mucho tiempo el que se encargaba de ponerme un alto era Iwaizumi (aunque lo hacia de una forma muy agresiva, acompañada de insultos), pero aquí depende exclusivamente de mi, así que comencé a cuidarme apropiadamente, no ir a los extremos y escuchar a mi cuerpo para saber cuando parar.

Iwaizumi no podía creerlo cuando le conté esto.

Nunca lo admití, pero extrañaba los insultos y golpes de Iwaizumi... aunque los primero los seguía teniendo, pero por escrito o llamada. Creo que soy algo masoquista.

Por otro lado también me recibí, logre mi segunda meta, aunque nunca ejercí debido a que me dedicaba completamente al vóley, pero tenia un plan b si algo pasaba. Durante un tiempo no supe si seguir perfeccionándome (¿por que no una licenciatura?) O estudiar algún otro idioma. Por necesidad acabe estudiando Francés y aprendí un poco de español por uno de los tantos conocidos que hice en mi intercambio.

Estaba feliz, me sentí realizado, mas nunca deje de extrañar mi tierra, mi familia y amigos. Quería volver, pero no por unas cuantas semanas o por las fiestas, quería que fuera algo permanente. Y así un día, como si mis deseos hubieran sido escuchados por un dios, entre todas las nuevas ofertas de clubes que tuve al finalizar mi contrato, se encontró la de un club muy conocido y prestigioso de Japón. No lo pensé dos veces, acepte y al poco tiempo estaba volviendo a casa... bueno algo así. El equipo tenia su cede en Tokio por lo que iría a vivir ahí.

Mi familia estuvo muy feliz con mi regreso, mi madre me ayudo en todo lo que pudo, tanto en lo que implico mudarme como buscar un lugar donde vivir. Mis amigos si bien bromearon con que estaban mejor conmigo, me ofrecieron ayudarme si necesitan algo lejos. Debido a que el único que se encontró en Tokio era Iwa, fue el que mas lidio conmigo (la venganza por tratarme mal).

Finalmente solo faltaba hacer lo mas importante, una pequeña fiesta de bienvenida. Mi pequeño grupo de cuatro nos reunimos en mi nuevo departamento para hablar y pasar un buen rato.

Habíamos mantenido contacto durante todos estos años pero rara vez podíamos reunirnos como en aquel día.

—Ey, cuando venia para aquí me cruce con alguien... —comenzó a decir Matsukawa, para luego dejar la oración por la mitad y centrarse en su cerveza.

—¿Te quedaste tildado? —Rio Hanamaki al ver que su amigo no proseguía con el chisme. Creo que estábamos algo pasados de alcohol, o Matsukawa lo estaba por lo menos.

—No, solo no recuerdo su nombre, esa chica que siempre estaba con Oikawa en el secundario... la que tenia cara de estar aburrida todo el tiempo.

—Yoshida— dijo Iwaizumi—, si yo también la vi cuando vine esta mañana, quizás vive aquí...

Yo ya no escuche mas de la charla. Ella vivía aquí. ¿Cuántas probabilidades había de que esto pasara? De repente me sentí mas feliz que antes, un poco ansioso. Durante mucho tiempo no quise pensar en ella, pero era inevitable, de vez en cuando volvía a mi mente y yo la dejaba estar. Cuando mas presente la tenia era cuando miraba las estrellas. Me volví fanático de la astronomía, comencé a investigar mucho del tema e incluso tenia mi propio telescopio, aunque aquí no me servía de mucho por la contaminación. También leí mucho sobre alienígenas...

—Ey, Oikawa, ¿estás escuchando? Creo que esta igual de tomado que este otro— escuche que dijo Hanamaki.

—Ni siquiera acabo su primera cerveza— dijo Iwaizumi divertido.

—Nunca fui bueno tomando— reaccione y conteste, realmente no sabia de que estado hablando o cuanto tiempo divague. — Y que curiosa que son las cosas...

No dije mas porque no sabia si ya cambió de tema o no, pero por la respuesta que recibí se había entendido de que estaba hablando.

—Cambio mucho — dijo Iwaizumi.

—Es linda... siempre pensé que tu y ella salían —menciono Matsukawa señalando a Oikawa un poco risueño. —Ahora tiene a su lado un tipo con cara de pocos amigos.

No entiendo a que viene eso... realmente estaba un poco tomado Matsukawa

Comenzaron a hablar y reírse de otro tema, mas que nada del estado etílico de mi amigo que no hacia mas que empeorar. Lo peor es que el era el medico del grupo, así que si le pasaba algo nosotros no sabíamos como ayudarlo. Pero esto no me importaba, mi mente estaba en otro lado. Quería matar a alguien, pero no debería querer. Este sentimiento se intensifico cuando unas semanas después la vi con aquel chico que me cruce una mañana y que tenia 'cara de pocos amigos'. Sentía que tenia algo atorado en el pecho, sensación que reconocí perfectamente. Maldita sea estaba celoso.

"Tanto tiempo Oikawa-san"

¡Desde cuando me tratas con esa formalidad! Eso si me dolió, que agregaras a mi apellido el 'san', ¿que necesidad tenias de hacerlo? Ok, reaccione mal, pero debo reconocer que me descoloco que no me llamara Tooru o mínimamente Oikawa a secas. Debí haber sido mas consiente de que han pasado años y obviamente la no iba a perdurar si no la cuidábamos. Estuve 7 años sin hablarle ni verla, se supone que a esta altura ella solo deberías ser una 'ex' por la cual solo tengo buenos recuerdos y que trataría con respeto... pero heme aquí, celoso de una persona, con la cual ni siquiera se si realmente sale, y dolido por ese trato tan distante de parte de una persona que quise mucho y que sigo queriendo como un idiota.

Aun así, pese a todo, trate de aprovechar esta segunda oportunidad y volví a acercarme a ella. La confianza se habia perdido, pero podía construirse de nuevo. No éramos nada, pero podíamos ser amigos... ese era mi plan, hasta que una noche mis celos y curiosidad tocaron un tema innecesario.

Odio a su amigo Suna. 

You (Oikawa x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora