Mascaras

294 20 0
                                    

Después de un tiempo de que Oikawa insistiera en invadir mi espacio personal, acabe por incluirlo en lo que consideraba mi circulo. Su presencia comenzó a agradarme, bueno por lo menos después de aquel día donde al fin se quito esa sonrisa plástica y esa actitud tan ridículamente tranquila y burlona que no parecía nada real.

—¿Porque te desagrada tanto? A la mayoría le encanta mi forma de ser—estabas serio y un poco confundido, pero su engreída sonrisa no abandono su rostro.

— Tu amigo que te vive golpeando no creo que piense lo mismo —mencione sin mirarlo, pues mi atención estaba en un libro de química que necesitaba para una tarea.—Supongo que porque me recuerda a mi y me molesta.

Me observo sin cambia su expresión y comenzó a realizar una serie de preguntas, le había interesado el tema. Al contrario de lo que supongo que creía que pasaría, conteste sus dudas (se notaba la sorpresa en su rostro). No se bien que, pero algo en él me genero confianza, que me atrevo a decir que hasta el día de hoy existe.

Comencé catalogándome con una palabra: mentirosa. Esa era la que mejor me describía, tenia toda clase de mascaras para ocultar todo tipo de sentimientos o malestares. Lo primero que había aprendido a fingir fue mi sonrisa, a mis 12 años. En aquel entonces mi madre me había preguntado si estaba bien, tras la muerte de mi padre en un accidente automovilistico. Habían pasado semanas y yo seguía sin estar bien, sin embargo, ella estaba peor así que sonreí y mentí, todo para poder trasmitirle fuerza y que ella se levantara de la cama para seguir adelante. Y así paso, mientras yo estuviera bien ella lo estaría, así que me esforcé para que así siguiera. Mi abuela materna, que vivía en ese entonces con nosotras, era la única que notaba la falsedad de mi estado. "Las mentiras tiene patas cortas Haruko y un disfraz cuenta como mentira" solía decirme, pero nada mas.

Poco a poco comencé a disfrutar de las mascaras que usaba con mi familia, me sentía útil, bien, sentía que ayudaba, por esta razón comencé a hacerlo por fuera de casa. Comencé a leer a las personas y descubrir aquello que querían o necesitaban para yo ser aquello... ahora eso suena tan estúpido, pero en su momento me generaba una sensación tan linda. Llego un punto donde casi me perdí, donde esas mascaras se encarnaron en mi piel y cuando intentaba sacármelas me sentía vacía. Pero esto no era lo peor, si no que mas bien por culpa de ellas no reconocía mi verdadero estado, que sinceramente no me importo hasta que ocurrió lo de Hiro. Este era el hermano mayor de Kano, aunque prácticamente lo fue de los tres. Pese a llevarnos unos años de diferencia pasaba mucho tiempo con nosotros, nos cuidaba y enseñaba algunas cosas. Nos enseño a jugar vóley porque simplemente lo amaba y nosotros no sabíamos en que gastar nuestro tiempo. Quien diría que esa distracción pasaría a convertirse en el futuro sueño de Kano.

Hiro era muchas cosas para nosotros tres, pero principalmente fue el mentiroso Nº1, o por lo menos para mi. Ninguno de nosotros noto las señales, ni su familia, ni sus amigos, solo veíamos a un chico alegre y activo. De esta forma a mis 14 años viví mi segunda perdida, Hiro nos dijo adiós por decisión propia, sin dejar nada atrás que aclara el porque de sus acciones y creo que eso fue lo que mas me dolió. Me rompí, debajo de aquella mascara de paz y control me estaba rompiendo en mil pedazos, dolía, sangraba, lloraba, gritaba, estaba desesperada por intentar salvar algo de mi persona, que había comenzado a agrietarse con lo de mi padre... y lo logré a medias. Aunque esto ultimo no importaba, porque en ese momento mis amigos estaban igual o peor de rotos. Pensé que si los ayudaba a levantarse también me ayudaría a mi, pero solo fue una curita.

Fui la única que no llore, que mantuve la compostura para seguir, acompañe a Kano y su familia, los ayude en lo que necesitaban y trate de mantener a mi amigo cuerdo. También me convertí en la almohadas de lagrimas de Yuu, pero no me molestaba, muchas cosas dejaron de molestarme.

Soy consiente que no di muchos detalles sobre Hiro a Oikawa, pero lo cierto es que no estaba lista para hablar muy a fondo del tema.

—Ahora entiendo porque tu actitud—dijo sin muchos rodeos, su rostro estaba serio y me era imposible leerlo. Luego de un prolongado silencio pregunto lo siguiente — ¿Que te gusta hacer?

Eso me había desconcertado, pero una parte mía estaba feliz por el cambio de tema. Le conté sobre los únicos tres pasatiempos que tenia: bailar, aunque solo lo hacia en mi casa y aprendía de videos de YouTube; el arte, pasatiempo que según mi madre practico desde que tengo uso de razón; y la astronomía, adoro las constelaciones y las estrellas. Ese día dimos un paseo por una zona poco iluminada para ver las estrellas, estábamos en silencian hasta que el hablo y me conto sobre su persona.

Vóley. Fue lo primero de lo que me hablo, de su pasión y amor por ese deporte, como nació y desde cuando lo practicaba. Hablo de lo mucho que quería ser el mejor y demostrarle a su familia que todo ese tiempo invertido no era en vano, que no era un sueño infantil. Note como su emoción se fue apagando al mencionar que si bien amaba lo que hacia, no tenia un don, ese plus que otros si poseían, pero aun así recalco que no se rendiría, que se esforzarías el doble de ser necesario para alcanzar su meta. Hablo sobre Wakatoshi Ushijima, un jugador de elite que había nacido para jugar vóley, y que desde el secundario no hacia mas que vencer a Oikawa e impedir que clasificara en las nacionales, que fue la meta a la cual aspiro durante toda la época de su adolescencia. Note el odio y el enojo cuando hablaba de el y la desesperación en su voz al decir que pronto lo vencería... desesperación que ocultaba una duda que no quería admitir: "¿Podre vencerlo?". Me dolió mucho saber que aquella duda nació de comentarios de terceros, personas que solo te repetían que tu esfuerzo jamás te permitirían alcanzar el nivel de Wakatoshi, que tenias limites, que si querías ganar debías estar al lado de jugadores como él.

Pero esa gente no sabia de lo que hablaba.

De esta forma conocí una parte de aquello que estaba detrás de esa sonrisa, que servía para hacerlo ver fuerte y seguro. Ocultaba sus frustraciones, enojos, tristezas y mucho mas detrás de una sonrisa coqueta y plástica, acompañado de un ego y seguridad que sus amigos solían utilizar para molestarlo, aunque a el no le importaba porque realmente era solo un juego entre ellos. Pero sacando a sus amigos, las demás personas alimentaban ese ego impropio de el, que ocultaba a un adolescente inseguro que no quería ser lastimado ni ridiculizado.

Nuestras historias eran diferentes, pero tenia peso sobre nosotros, la el plasmaba ese sentimiento de inferioridad y frustración, la mía contaba mis tristezas y perdidas. Ese día agregare mentiroso a su imagen, persona de confianza, desconocedor de constelaciones, risa ridícula, inteligente y calculado, observador.

Ese día nos volvimos amigos.

You (Oikawa x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora