O2

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CAPÍTULO DOS

Cuanto más se acercaban a la mansión de sus padres, más trató de lucir menos nerviosa y más natural, esperando no ser tan obvia como había sido siempre que ocurría algo

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Cuanto más se acercaban a la mansión de sus padres, más trató de lucir menos nerviosa y más natural, esperando no ser tan obvia como había sido siempre que ocurría algo. Como bien le decían sus padres y su hermana, era muy mala mintiendo; aunque nunca había sentido la necesidad de hacerlo desde que había sopesado la edad de quince años. Siempre había sido sincera con su familia excepto en lo que a tener novio se trataba. Quería ser toda una profesional antes de presentar a sus padres a Harry. Había esperado dos años y medio, tres meses más no costaba nada. Y estaba segura de que sus padres adorarían a su novio.

Sin embargo, ése actual incidente — si es que podía llamarlo así —, la estaba mortificado. No encontraba una explicación sólida a lo que había pasado. ¿Cómo habría podido despertar en una habitación hotel? ¿Cómo era que ni siquiera podía recordar algo más de lo que vivió en el club?

Sacudió la cabeza alejando sus pensamientos solo para mantener la mente enfocada en algo más o terminaría por volverse loca. Después iba a pensar en todo con más calma. Y al referirse a todo, también tenía que ver con la forma en que iba a enfrentar a Harry. No podía simplemente guardar silencio y hacer como si nada. No era nada justo ni para ella ni para Harry.

Una vez llegar, bajó del auto, le pagó al taxista y entró a la casa para después dirigirse hacia la sala donde se encontraba su madre adoptiva y su hermana.

— ¿Por qué te ves así? — preguntó la mujer mayor mientras su mirada paseaba por todo el cuerpo de la menor entre sus hijas.

La pelinegra se miró a sí misma. No tuvo tiempo de verse al espejo. Estaba tan nerviosa y apurada que no tuvo tiempo de ver ni siquera cómo estaba su maquillaje. Y el intento de lidiar con su cabello no había tenido gran éxito.

— Me...pasé la noche trabajando. Lo lamento — respondió con un atisbo de torpeza.

— Debes haber estado trabajando realmente duro como para no tener tiempo de verte al espejo — habló su hermana con su habitual tono provocativo.

Como siempre; ésa mostraba sus aires de grandeza. Ella no perdía el tiempo para demostrar que era mejor que la menor; y que ésa no era competencia para ella. A pesar de ella ser también hija no biológica de la familia Garzón, ellos la aman más y la adoran. ¿Quien no amaría Olivia Garzón? Era la típica hija de la que cualquer padre sentiría orgullo.

Estaba segura de que su hermana sabía algo. Se había encontrado con sus amigas en el club. Sería extraño que no se lo hubieran contado.

La pelinegra ignoró las palabras de su hermana mayor para evitar que terminara por sonsacar la verdad que, entre nervios estaba ocultando a duras penas con el miedo de ser descubierta en cualquier momento.

—  Como sea — zanjó la madre — sube a tu cuarto a darte una ducha y cambiarte. Pronto desayunamos.

Por un lado, Poché se sintió conmovida ante el hecho de que, después de haber sido echada de casa por sus padres de la forma más pasiva existente hacía más de ocho meses siguieran considerando el cuarto que la perteneció mientras formaba parte de la familia como suyo. Pensaba que encontraría que Olivia ya lo habría convertido en una sala de Spa o algo por estilo. Por otro lado; se sintió feliz de que al menos las cosas parecieran estar mejor entre ella y sus padres aunque aún no podía decir exactamente cuál era el motivo de la reunión.

YOU COMPLETE MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora