Capitulo 5: Canto de sirena

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-Dime una cosa chico- Tay bajo la cámara y la coloco a un lado de ella en pause - ¿Es enserio?- Se colocó de pie y camino hasta el refrigerador  blanco que había detrás de una barra al fondo del lugar, lo abrió y saco una soda -¿Quieren algo?

-No. Así estoy bien- Dijo Luke.

-A mi pásame un jugo- Dijo Livi.

-¿Mora o mango?- Tay rebuscaba dentro del refrigerado –Solo hay esos.

-Mango está bien.

-Yo también estoy bien como estoy- Emily seguía sentada en el sofá

Tay camino con una botella de jugo en su mano y se la arrojo a Livi al llegar donde estaba sentada, se volvió a acomodar delante de Luke y le miro inquisidora.

-Dios ¿Es enserio?- Luke se sorprendió.

-Púes para mi desgracia. Si lo es- Luke pareció un poco abatido, luego sonrío malévolo –Sigues tú.

-¿Qué demonios? Yo tengo la cámara yo…- Tay fallo al tratar de tomarla.

-¿Buscas esto jefa?- Emily se burló al mostrarle la cámara –Lo siento, pero no confió en ti, así que hablaras ahora- Le guiño un ojo.

-Te juro que trate de evitarlo, pero es más fuerte que yo- Livi hablo como si su orgullo estuviera herido.

-¿Qué? Nunca te moviste de tu lugar- Tay la fulmino con la mirada.

Livi se encogió de hombros –Es la verdad, mi curiosidad es más fuerte que yo.

-Habla- Emily la enfoco con la cámara.

-Está bien- Tay emitió un bufido –Aquí voy. Enciende esa cosa.

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*****

 Siendo honestos, todos tenemos la costumbre de sufrir por lo que puede en lugar de concentrarnos en lo que está pasando y así la mente nos juega malas pasadas. Lo diré de un modo simple: a veces nos enamoramos de lo que pasa en nuestras mentes y no de la realidad. De la maldita realidad.

La casa de Taylor era un lugar enorme, estilo colonial, tenía un jardín frontal enorme, y estaba muy cerca de la escuela, ella solía irse en bicicleta o caminando, otras veces permita que su hermano la llevara. Daba igual siempre llegaría a tiempo. O bueno, casi siempre.

-¿Segura ese maldito libro está en esta casa?- El padre de Taylor alzaba la voz como buscando que el cielo lo escuchara –Te juro que como ese maldito pedazo de cartón y papel lo tenga alguna de tus amiguitas te arrepentirás y mucho.

-Cállese. Usted no me lo pago, no tiene derecho a opinar por él.

-Soy tu padre, me debes respeto.

-Solo cuando estas sobrio, o cuando das unos cuantos billetes te crees un padre. No eres ni la mínima de un buen ejemplo- Taylor tomo sus cosas de la escuela y salió –Púdrete papito- Azoto la puerta al irse.

Ella nunca se llevó bien con su padre, de hecho él no vivía con ellos. Una vez al mes era que él iba a verles y la verdad es que Taylor no lo reconocía como más que un ebrio que daba algunos billetes para su manutención, puesto que su hermano ya era mayor de edad. Esa mañana a ella se le perdió un libro que al caminar rumbo a la escuela rebuscando en su mochila una de las chupetas que solía comer en el viaje lo toco, era el primer libro de la saga fallen.  Su hermano esa vez  estaba para llevarla a clases así que ella tuvo que caminar con sus botas negras de errajes, un jeans ajustado negro y una playera blanca con puños negros, su bolso gris le pesaba como un mal karma y para colmo de sus males un pastor cristiano estaba en medio de su ruta.

-Jovencita tome- Él le tendió un folleto –Tiene un minuto para hablar de…

-Lo siento voy retrasada- Taylor lo flanqueo por la izquierda y apretó el paso tanto como pudo para perderlo pronto.

-Venga niña. No hulla de su salvación- El señor ya entrado en años, con un traje y corbata le gritaba a lo lejos.

Taylor se colocó sus audífonos y dejo correr su reproductor, acelero el paso tanto como pudo, pero llego tarde de todos modos, primera vez que le sucedía y era culpa de su padre. No le quedó más remedio que salir a las butacas de fuera sobre el pasto y tirar su bolso a un lado, sacar el libro en la página en que quedo y con sus audífonos sumergirse en su mundo. Pero no duro mucho en él, sintió los pasos de alguien que es de ese tipo de personas que se hace sentir cuando llega.

Era un chico de cabello castaño oscuro, ojos grises, de tez blanca y muy fornido, llevaba una playera roja y una camisa azul sobre ella abierta, tenía tenis negros done terminaban sus jeans. Y unos audífonos rojos de diadema colgaban de su cuello y una expanción en el lóbulo de su oreja izquierda le daba un toque de encantadora rebeldía. El chico que ella no quería ni podía tener. Así que se concentró en su libro, el chico se colocó los audífonos y solo se quedó hay frente a ella a un banca de distancia observándola, mientras ella fingía no verlo, y se refugiaba en una muralla formada por su libro y su música, pero algunas miradas son taladros y esa perforaba rápido, y mucho más de lo que ella espero, se sintió incomoda y se marchó del lugar corriendo hacia el salón de música. Ella era parte del club de música, estaba en la parte de vocales, por alguna razón al director del club le parecía buena idea que los instrumentos ensayaran por separado a los cantantes.

*****

Siempre he sido una chica agresiva y con una una facilidad para hablarle y confrontara a todos, pero ese chico tenía algo que me enmudecía. Para Ethan un buen amigo era algo risible, pues el hecho de que no solo era buena para insultar si no que tenía la puntería de Green arow  y haber huido era mi primer strike con ese chico

 

Ya en el salón Taylor llego sobrada de tiempo para el ensayo así que se quedó leyendo un buen rato, luego los demás, en su mayoría chicas llegaron, junto al profesor Gordon, este paso lista y se sentó, era un hombre buenmozo, de cabello canoso y muy amable, acostumbrado a  vestir con sacos cuello de tortuga, tenía una barba sofisticada y el cabello peinado hacia atrás.

-Taylor Knigth y Terry Rogers. Quiero verlos con little talk de of monster and men

-Claro- Ambos asintieron sin chistar.

Terry estaba vestido con una camisa azul, de hecho iba como todos los nerds de las escuelas después que salió glee  o eso dicen, estaba vestido intermedio entre skate e inadaptado social, y sus rulos rojizos no eran nada para ayudarle a su imagen de niño tondo queriendo ser rudo.

La pista comenzó a correr y Taylor entre en ella con un falsete y un desgarre dando unas notas altísimas en los Hye, hey del intro.

Luego bajo la nota y en su tono de voz muy vivas y característica y siguió con la canción.

-I don´t like walking around this old and empty house- Taylor parecía amar la canción

Luego fue el turno para Terry de cantar, quien no era ni sal ni agua en la tarima mientras que Taylor en cada canto arrasaba con su voz, era como si hubiera nacido para eso, la pista aceleraba y el tema se hacía un cover una sola persona, y así lo vio el profesor quien le hizo señas a Terry que dejara cantar sola a Taylor quien se lucia cada vez más.

-Our bodies safe to…- Taylor preparo su ser para terminar como empezó y canto todo, con el alma –SHORE!!!!!- Ella sostuvo la nota hasta que abrió los ojos y vio a ese chico en la puerta, parecía ser amigo de alguno de los presentes, dio un paso atrás se enredó con el cableado de la  amplificación, trastabillo y se calló por un lado de la tarima. Solo ese chico dejo libre una carcajada neta de burla.

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Strike dos…

Lo cierto es que todos tenemos un mundo, un lugar que es nuestro, algo que nos hace sentir seguros, y son nuestros miedos los que nos mantienen encerrados en esa jaula de cristal. Y ese chico quebró la mía ese día y me dejo a merced de los mios. La mejor forma de ser tan estúpidos como se puede ser es solo enfrentar las cosas en nuestra cabeza y dejar que la realidad nos acabe.

Como suicidarse y no morir en el intentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora