Trials and Tribulations (Choni)

Capitulo #4

Las chicas pasaron el resto del almuerzo conversando, Betty y Verónica se burlaron de Toni por su amor por Cheryl en cada oportunidad que se les presentaba. Por suerte de Toni, la pelirroja no se dio cuenta de las bromas de las otras chicas o quizás solo las ignoró.

Lamentablemente, no se puede decir lo mismo de Josie, quién si notó estas pequeñas bromas, levantando sus cejas ligeramente con una expresión llena de curiosidad en el rostro. En muchas oportunidades Josie notó la forma en que Toni miraba no tan sutilmente a su mejor amiga. La de ojos avellanados se sonrojaba cada vez que alguien notaba sus miradas hacia Cheryl. Por su parte, Toni trató de ocultar el rubor carmesí de sus mejillas, dejando descansar su cara en la palma de su mano, con los codos apoyados en la mesa. Estaba casi segura de que ese intento era inútil, su torpeza era evidente para todos los que estaban sentados en esa mesa. Bueno, todos a excepción de Cheryl. Antoinette no podía decidir si debía estar agradecido o no de la falta de atención de Cheryl, era la única cosa que le impedía querer correr del lugar y morir de vergüenza.

Toni no sabía que tenía Cheryl que la hacía tan atractiva, pero ella era totalmente incapaz de dejar de mirarla. Es como si Cheryl fuera lo más hermoso que sus ojos jamas hayan visto, como si estos no tolerarían mirar a alguien más. Cada vez que Toni intentaba unirse a la conversación de las otras chicas, ella solo se encontraba mirando a Cheryl nuevamente, mientras su cerebro trataba de grabar una imagen permanente de la chica, para preservarla en su memoria eternamente. A pesar de la conversación enérgica que llevaban las demás, la mente de Toni fue absorbida con pensamientos de pasar tiempo con Cheryl en la casa de Verónica durante la tarde, las mariposas comenzaron a revolotear en su estómago con anticipación. Por mucho que Toni agradeció la oportunidad de pasar más tiempo conociendo a Cheryl, no le gustaba la idea de tener que hacerlo frente a tres testigos que, con mucha probabilidad, la verían haciendo el ridículo debido a su crush.

A pesar de este temor inicial que sintió Toni cuando Verónica invitó a Cheryl a unirse a ellas para el almuerzo, no podía dejar de estar agradecida con su amiga. Toni nunca habría tenido el valor suficiente para invitar a Cheryl por su cuenta, y el pasar tiempo con ella valió totalmente la pena a pesar del ridículo que hizo. Toni estaba contenta de que Verónica se haya unido al grupo. Después de haberla conocido más durante la clase de español en la mañana, a Toni le agradaba Verónica. Esperaba convertirse en grandes amigas con ella a medida que avanzara el año, pero por sobre todo, ella esperaba poder salir con Cheryl a causa de algún milagro.

Al final del almuerzo, Verónica le dió a Josie su número y dirección. Ella le dijo que vivía en la misma calle de Cheryl y que podían llegar a su casa a la hora que quisieran. Toni se sintió desanimada, ya que todas se dispersaron para asistir a sus próximas clases, comparando horarios, ella no compartía clases con ninguna de ellas durante el siguiente periodo. Eso no solo significaba que Toni tendría que dejar de ver a la pelirroja por las siguientes horas, sino que también no tendría a nadie para distraerla de una clase que sería muy lenta y aburrida.

Lo prometido es deuda, Cheryl volvió a ver a la Señorita Mcgrath e hizo todo lo posible para que Toni no la acompañara, aunque la chica le había rogado a más no poder. Cheryl parecía tener más energía desde el almuerzo ya que pudo hablar con mayor fluidez, pero Toni estaba realmente preocupada de que la Señorita Mcgrath insistiera en que Cheryl debía irse a casa. La morena se preocupó, ya que esto pondría en peligro la posibilidad de que ella asistiera a la casa de Verónica en la tarde, y como consecuencia, la oportunidad de que ella pudiera verla una vez más antes de mañana.

Después de lo que pareció una eternidad, la campana sonó marcando el fin de las clases, Toni prácticamente saltó de su silla ya que estaba ansiosa por irse. Puso su mochila en el hombro, casi golpeando a una cheerleader que estaba atrás de ella, y salió rápidamente al pasillo lleno de gente. Siguió la marea de estudiantes y se dirigió a su auto donde esperaría a Verónica y Betty, quienes aparecieron cinco minutos más tarde.