Capitulo #44

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Han pasado seis semanas desde que Toni dejó ir a Cheryl. Seis semanas desde que rompiera sus corazones y el dolor físico que había sentido en su pecho mientras veía cómo los padres de Cheryl se iban, aún estaba presente, aun persistiendo cada segundo de cada día, recordándole lo que había perdido, a quien había perdido. Habían pasado seis largas, miserables, solitarias semanas y no había escuchado nada dela pelirroja ni una vez. Ni una carta ni una llamada de teléfono ni un mensaje de texto de ella. No había escuchado nada, y eso la estaba matando, lentamente pero con seguridad.

Topaz había soportado seis semanas sin la sonrisa de Cheryl, sin su risa, sin sus profundos ojos chocolate, su baja y ronca voz y sus largos y suaves mechones  cabello rojo como el fuego. Había sufrido sin la presencia en su vida de la forma de ser juguetona de ella, sin su agudo intelecto y su amable corazón. Durante seis semanas había echado de menos todo sobre Cheryl, cada pequeño detalle, cada pequeña peculiaridad que su novia poseía, cada minuto e insignificante momento de contacto físico que solían Toni había echado de menos la forma en la que Cheryl frunciría su ceño cuando estaba confundida, cómo encogería su nariz adorablemente cuando estaba nerviosa o cómo haría pucheros en un intento de salirse con la suya. Había echado de menos la forma en la que Cheryl la miraría, la forma en la que sus ojos se iluminarían malévolamente cuando estaba planeando algo, la forma en la que su pequeña mano había encajado tan cómodamente en la suya.

Durante las últimas seis semanas Toni había sido incapaz de trazar la cicatriz sobre el ojo izquierdo de Cheryl como solía hacerlo, había sido incapaz de jugar con los dedos de su novia como de costumbre, besar sus suaves labios tiernamente o acariciar su mejilla delicadamente con su pulgar. Todas las costumbres subconscientes que habían desarrollado, todos los pequeños consuelos cuando estaba preocupada, estresada o agitada. Todo ahora perdido; como Cheryl.

Topaz echaba de menos todas esas cosas y una multitud más sobre su novia, pero, mayormente, simplemente la echaba de menos, echaba mucho de menos cada día .  Toni extrañaba todo lo que Cheryl era, todo lo que había llevado a su vida, la forma en la que la había enriquecido a mejor, la forma en la que su futuro parecía menos desolador cuando se la imaginaba a ella en él.

Antoinette se echaba de menos a sí misma también; la persona que era cuando Cheryl estaba con ella, la forma en la que se sentía cuando estaban juntas. Echaba de menos la manera en la que su cara le dolería porque estaba constantemente sonriendo, la forma en la que Cheryl conseguía suavizar su dureza hasta que virtualmente no hubiera nada, la forma en la que la hacía feliz.

Toni realmente echaba de menos ser feliz.

Antoinette deseaba poder hablar con Cheryl otra vez de la manera que solían hacerlo. Echaba de menos sus profundas y significativas conversaciones y sus bromas alegres. Deseaba que pudieran quedarse despiertas toda la noche hablando de sus esperanzas, sus sueños, y su futuro como hacían antes, antes cuando las cosas estaban mejor, antes cuando no se había dado cuenta del alcance de los problemas de Cheryl, cuando aún estaba viviendo en una feliz e inconsciente negación. Si Toni pudiera tan solo hablar con ella le diría que solo tenía una esperanza ahora; que sería que volviera a ella. Toni le contaría a Cheryl su sueño solitario; para ellas estar juntas, para finalmente estar reunidas una vez más. Eso era lo que la morena quería, todo en lo que podía pensar y no creía que estuviera pidiendo demasiado al universo para darle un respiro en respuesta a todo por lo que habían pasado juntas como pareja.

El día que Cheryl dejó la ciudad Toni se había quedado en la cama; demasiado deprimida para ir a la escuela, demasiado molesta para caminar por el mismo pasillo donde se habían conocido, para pasar por la ahora el locker vacío de Cheryl o sentarse en los mismos sitios donde normalmente lo hacían durante las clases que compartían, la de al lado ahora dolorosamente y obviamente vacía ante la ausencia de Cheryl. Toni no podía recordar otro tiempo en su vida entera en el que hubiera llorado tanto como lo hizo ese primer día. Se había sentido como si se estuviera ahogando de la fuerza de sus sollozos, de toda la pena que la abarcaba y que había experimentado desgarrando sus adentros en pedazos violentamente, haciéndola sentir náuseas y mareada.

Trials and Tribulations (Choni)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora