CRIMINAL

13. Sin luz

Rose Wilson era la hija de Slade, alias Ravange, su infancía como casí todos los metahumanos inclinados al lado del "mal" había sido...particular. Paso de un bando a otro; se unió a su padre, luego los titantes, nuevamente a su padre, solamente para dejarlo por un destino más honorable. Su familia era complicada, su vida completa lo era, es por eso misma razón que no juzgo a Red Hood cuando sus palabras despotricaron en contra de Deatsroke.

— Tampoco me llevo muy bien con él— dijo ella ya en una de las bases de seguridad más cercanas, sentada en la silla que Tim amablemente ofreció para dialogar pero que se sentía más como el centro de un interrogatorio.

— Tu relación con él no me interesa...— "No ahora" pensó Jason intentando ser rudo. Aunque en ese punto, no sabía si intentaba ser brusco para sacar información o pretendía no serlo demasiado para que no descargar su frustración sobre ella.

Francamente, todos allí estaban en sus limites.

— Lo notó— contestó osca levantando una ceja y miró de reojo a Batman y a Tim. A pesar de su apariencia "amable" ciertamente confiaba más en alguien que mostraba sus emociones que en personas tan controladas como ellos. Especialmente cuando habían perdido a uno de los suyos.

— ¿Qué información tienes? Es crucial que nos lo digas ahora— Presiono Tim un poco más.

Bruce, mientras tanto, observaba. Analizaba, dejaba que sus pupilos interactuaran con ella por mera conveniencia generacional, eso, sin dejar de buscar en sus expresiónes algo más que los condujera a Dick.

— Creo...saber donde puede estar...—

— ...puaj!— el sonido de un golpe sobre carne desnuda, se escucho con un eco corto adentro de una habitación fria, sin ventanas y con una unica iluminación artificial.

Dick, colgado de sus brazos cual carne de matadero permanecía en el centro de esa habitación especial, misma que Slade había destinado para él cada tarde y noche de manera inexorable, intentando converlo a su sadica manera de que estar con él no era solo la mejor opción, sino la única.

— Tiendes a ser tan dificil...— Dick no podía verlo, como simpre, cada que era trasladado a ese lugar, sus ojos permanecían asilados de cualquier luz, aunque no podía pensar demasiado en ello, no cuando Slade propinaba otro golpe sobre su abdomen.

Dick, nuevamente se quejó, tratando de contener su dolor tras una risa burlona.

— ¿Qué sucede Slade? ¿Se te acabaron tus sacos de box?— habló sintiendo sus muñecas adormecidas recibiendo como respuesta otro golpe exactamente en el mismo lugar que el anterior.

"Es un maldito" Dick pensó aprentando los dientes para resistir. El sujeto era un mercenario, un ex soldado adiestrado por años, sabía donde golpear para noquearlo, donde para desorientarlo y donde más solo para hacerlo sentir dolor sin dañarlo a per se.

— Podemos seguir el tiempo que tu quieras— Dick no contestó, no tenía mucho caso en esas circunstancias.

Llevaba todo el tiempo intentando "algo". Primero; trato de liberarse y escapar, lo unico que consiguio fue que lo durmieran por horas y lo hicieran perder la noción del tiempo. Después, intentó averiguar cual era su motivo y hacerle enteder lo inutil que era tenerlo allí para conseguirlo, ¿Su respuesta? Repetitiva hasta el cansancio "sabes que quiero Richard". Finalmente y como ultima alternativa, trato de llegar a su lado humano, hablar de su familia, de Rose, de su pasado, de cualquier cosa que lo hablandara un poco, al final, solo obtenía la risa sutil de su captor.

En ese momento, cualquier intento se concentro en mantenerse sereno, con lucidez. No tenía ninguna certeza sobre el plan de Deathsroke, pero lo intuia, una rutina perfecta se llevaba a cabo desde el amanecer; era despertado en un cuarto bastante normal y a vista de cualquiera hasta confortable, por supuesto, sin ninguna opción de escape, al atardecer, era cegado, encerrado y golpeado a placer hasta que llegaba la noche, donde permanecia encerrado hasta el desmayo.