Pasaron un par de días en el hospital, sólo por precaución. No hubo ninguna complicación, como dijo Ji Li, todo parecía ser como debía ser.
Yibo estaba contento de poder llevar a su territorio a su familia, aquel que consideraba seguro y sobre el que tenía control. Volver a casa y refugiarse con ellos en esa cama, llena de almohadas y mantas, fue lo mejor de todo. También Zhan se sintió mejor ahí. Abrazado por Yibo y abrazando, a su vez, a su cachorro.
Después, se dieron las visitas de todo mundo, los amigos de Yibo y de Zhan desfilaron con regalos para el pequeño; y la noticia del nacimiento del nuevo miembro de la manada fue difundido a ésta, así que llegaron más regalos por correo, desde Alaska en su mayoría.
Por supuesto que aquello que ocupó su tiempo fue la elección de un nombre adecuado para su hijo, aparte de su cuidado normal. Tardaron un poco, revisaron muchas listas e, incluso, jugaron a una ruleta en internet de nombres al azar. Todo para descartar opciones y obtener las mejores. Al final se decidieron por un nombre sencillo, pero que terminó por convencerlos a ambos: YiZhan.
🐾🐺🐾
YiZhan se convirtió en el consentido de todo el mundo en poco tiempo.
Durante sus primeras semanas pasaba la mayor parte del tiempo durmiendo, despertando de vez en cuando para alimentarse o cuando se sentía incómodo, ya fuera por un pañal sucio o porque necesitaba de un mimo de sus padres.
Tanto Yibo como Zhan, a pesar de la torpeza inicial, consiguieron dominar aquello del cambio de pañales y poco a poco comenzaron a comprender los estados de ánimo de su cachorro con sólo oír sus llantos.
Zhan adoraba abrazarlo contra su pecho después de alimentarlo. YiZhan se quedaba dormido muy tranquilamente y ese parecía ser su lugar favorito en el mundo; y para Yibo no había imagen más tierna que esa. Pero al pequeño también le gustaba cuando Yibo lo mecía entre sus brazos y le hablaba con voz suave, arrullándolo hasta que el llanto cesaba o el sueño lo atrapaba.
Con respecto a los juguetes, a YiZhan le gustaban aquellos que tuvieran lucecitas e hicieran sonidos, aún no distinguía todas las formas que se dibujaban frente a él, pero esas cosas ganaban su atención y fijaba sus pupilas grandes y castañas en ellos. También comenzó a mover su cabeza, sus piernas y brazos, a tal grado que podía tomar las manos de sus padres, sujetarse a ellos y hasta tirar un poco hacia él.
La primera sonrisa que les dedicó a sus padres fue casi un acontecimiento triunfal. Le habían cambiado un pañal particularmente sucio y como si respondiera a una travesura, YiZhan había sonreído mientras Zhan le "reclamaba" por haberlo hecho oler aquello y Yibo hacia a un lado dicha bomba y con la otra mano le tendía a Zhan el pañal limpio.
Su sonrisa los paralizó por un segundo. No era la primera vez que lo hacía, pero sí era la primera vez que parecía dedicársela a ellos, como si algo quisiera decirles con ello. Fue increíble y tan lindo, que ambos habrían deseado que ese momento durara más. Todos sus amigos recibieron un mensaje con la narración del acontecimiento.
Con el tiempo, YiZhan comenzó a acompañar a sus padres en sus tareas diarias. Le gustaba acompañar a Yibo mientras éste pintaba, sentado en su porta bebé. Le llamaba mucho la atención los pinceles y los colores que iban saliendo de ellos, así que seguía con atención los movimientos de su padre. Y lo mismo sucedía cuando Zhan, quien comenzó a retomar su trabajo en casa durante su cuarentena, se lo llevaba consigo a su taller y YiZhan observaba con atención como creaba diseños.
En resumen, era curioso.
Lo suficientemente curioso como para tirar del pelo al amigo de Yibo, Wen Han, quien realizó una visita para conocer tanto a la pareja como al hijo de su amigo.
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El origen
RandomEn una noche de luna llena, el lobo alfa de la manada pide un deseo. Bajo el amparo de la Diosa de plata surge una nueva raza. ADAPTACIÓN Esta historia no me pertenece