KIDNAPPER

10

Jaebeom

Me cambié por un par de pantalones cortos y una playera antes de salir de mi oficina.

- Estaré fuera por el resto del día.

Bambam resopló. - Descubres que tu novio escribe pornografía y no puedes llegar a él lo suficientemente rápido.

Novio. Estoy seguro de que Jinyoung frunciría el ceño con esa palabra, pero pensé que encajaba perfectamente. Podía llamarlo así en mi cabeza.

- Me aseguraré de saludar a los Kim y decirles que les mandas saludos. - Se estremeció. - Que tengas un buen día, Bam - sonreí.

- Seguro, seguro - murmuró mientras caminaba fuera del edificio.

Temprano, cuando fui a dejar a los niños, tuve oportunidad de conocer a Kwan. Cuando Jinyoung lo llamó una bestia, solamente estaba exagerando un poquito. Su perro era más grande que Yeji. Pasé la primera parte de mi día diseñando los bocetos de su nueva casa. Después, tomé prestado el Jeep de Mark y me detuve en la tienda de herramientas antes de ir a casa de Jinyoung.

Toque el timbre, pero como era usual, nadie contestó. Eso no importaba ahora que tenía una llave, así que entré por mi cuenta. No escuché ningún ruido, así que me imaginé que estarían en la parte de atrás. Caminé a través de la casa y me congelé cuando vi a Jinyoung. Se arrastraba por el piso con una pistola de agua en las manos.
Tenía rayas negras en su cara que lo hacía lucir tan rudo como si estuviera listo para una batalla o para jugar fútbol.

Aclaré mi garganta, causando que todo su cuerpo se encogiera. Entonces, se dio cuenta de que era yo.

- ¡Lim! ¡Me diste un susto de muerte!

Seguí viendo con una sonrisa divertida. - ¿Qué diablos estás haciendo?

Hizo una mueca. - Esta es mi casa. No me juzgues. - Sus ojos se dilataron cuando escuchamos pisadas. - ¡Abajo! - susurró urgentemente. Antes de que me diera cuenta, mis piernas habían sido jaladas. - Lo siento - susurró, escuchándome gemir.

- ¿Qué diablos, Park? - gruñí. Golpear el piso así de fuerte no había sido placentero.

- Quédate callado - siseó. - Te escucharán.

Seguimos agachados en el piso mientras los chicos nos buscaban. - ¡Jinyoung! - canturreó Hyunjin. - ¡Sal, sal de donde quiera que estés!

- ¡Kwan! - Ese era Jeongin. - Encuentra a papi, chico.

Jinyoung maldijo bajito. - Esos pequeños tramposos.

Antes de que pudiera escapar, Kwan llegó corriendo por el cuarto. Jeongin, Hyunjin y Yeji vinieron corriendo detrás de él, cada uno armado con su propia pistola de agua. Jinyoung trató de pelear de vuelta, pero eran demasiados. Como estaba junto a él, yo terminé igual de mojado.

- Aw - dijo Yeji. - Está vacía. - Jaló el gatillo de su pistola, pero no salió nada.

- Está bien, vamos a recargar - dijo Jeongin. - ¡Hola, Jaebeom! - Se fueron tan rápido como llegaron.

Volteé para ver a Jinyoung jadeando contra la pared. - Así que esto es lo que haces cuando estoy en el trabajo.

Sonrió - A veces. ¿Qué estás haciendo aquí de todas formas? Llegaste temprano.

Estoy aquí para construirte una casa para perro -  contesté. - ¿Quieres ayudar?

- Seguro - se encogió de hombros, soplando un mechón de pelo de su rostro. - Voy a poner el tobogán de agua para mantener a los chicos ocupados. No me siento con ganas de ser disparado por una pistola de clavos otra vez.