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Jinyoung

El tener dos papás.
Esas cuatro pequeñas palabras rompieron mi corazón. Yo quería que Jeongin tuviera todo. Él era mi vida y nunca querría que fuera infeliz. Al ser criado solo por Yongjun, sabía lo que era extrañar tener otra figura paterna. De cualquier manera, yo tenía algo que Jeongin no. Yo tenía la opción. Podría haberme ido y vivir con Imja y Paithoon si lo hubiera querido, pero ellos tenían a Bambam y Yongjun me necesitaba. Jeongin nunca tendría la opción. Ni siquiera conoce el nombre de su padre. Eso era algo que jamás podría arreglar, y eso me hacía sentir bastante inútil.

- ¡Santa mierda! - Salté ante el sonido de la voz de Bambam.

Me di media vuelta para verlo mirando por la ventana con un par de binoculares.

- ¡Bam! ¿Qué demonios estás haciendo? - Él no apartó la vista.

- Tus vecinos están haciéndolo como conejos con las persianas abiertas. Ese chico estadounidense está dándoselo de verdad. - Jadeó. - ¡Está azotándola! - Resopló y se volvió hacia mí. - ¿No podrías haberme enviado con esos vecinos?

Cogí los binoculares, alejándolos de él. - Tú, estúpido pervertido.

- Vamos, Jin -  gimió. - Tengo un trabajo. Estoy a punto de comenzar la escuela de nuevo. No bebo o me drogo más. Estoy convirtiéndome en un respetable hombre, y eso me está poniendo enfermo.

- Aw, Bam - puse mi mano en su hombro en un gesto consolador. - No eres un respetable hombre. - De verdad traté de no sonreír.

Él empujó mi brazo juguetonamente. - Gracias, mariquita. Tú siempre sabes que decir para hacerme sentir mejor. - Luego me sorprendió envolviéndome con sus brazos. - Lo que sea en lo que hayas estado pensando antes, déjalo ir - dijo sinceramente. Lo abracé de vuelta. ¿Quién hubiera sabido que el pequeño pervertido podría ser tan dulce? - Ahora - retrocedió. - Tengo que irme temprano. Voy a enviarle a Shinhye algunas flores para jugar con su mente.

Esa era el Bam que conocía. - Ten un buen día - llamé después de él. Mientras él salía, Jaebeom llegaba. Sonreí cuando Hyunjin corrió hacia mí.

- Buenos días, Jin. ¿Está Jeongin despierto ya? - preguntó.

Sacudí la cabeza. - Sigue dormido. ¿Por qué no vas a abalanzarte sobre él y ver si puedes levantarlo? - Él sonrió sinuosamente y corrió dentro de la casa y arriba por las escaleras.
Jaebeom caminó hacia mí con Yeji en sus brazos.

- Buen día - sonrió, causando que Yeji mirara hacia arriba. Ella extendió los brazos, así que la tomé, dejando que se acurrucara contra mí antes de volver a dormir. - Ella no quería levantarse esta mañana - explicó Jaebeom.

- Eso hace dos de nosotros - admití.

- Mira. Sabía que te gustaría dormir con un idiota - se burló.

- Mala palabra - murmuró Yeji contra mi cuello.

Suspirando, Jaebeom metió la mano en su bolsillo y sacó un dólar. - Te culpo por esto - me dijo antes de deslizar el billete en el bolsillo de los pantalones morados de Yeji.

Reí. Realmente era lo mejor. Debíamos parar con el lenguaje soez. No sería de ayuda para nuestros dulces niños que se les escapara uno porque, accidentalmente, colorearon fuera de las líneas en la escuela.

- ¿Estarás en la práctica hoy?

- Sólo será Mark hoy. Hyunsik yo tenemos un proyecto que revisar y luego tengo que ir a casa y limpiarla. Tendré visitas. - Él parecía particularmente satisfecho acerca de la última parte.

KIDNAPPERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora