Capítulo 21: Amor predestinado

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El detalle es que la rubia parecía estar fuera de todo esto. Ella estaba parada, sin hacer nada mirando a los alrededores, con su típica expresión seria y fría.

Nanairo se daba cuenta de esto, se le hacía extraño. Sí se había percatado muchas veces antes que Alice parecía ser una persona bastante apática, pero esta vez pareciera como si no quisiera estar ahí, como si algo le estuviese angustiando.

-Eh... perdona por estar ausente. Estoy un poco distraída- Dijo seria Alice.

-¡Oh! No pasa nada- Respondió muy nerviosa.

-¿Nanairo...? ¿Estás bien?-

-¡Alice! Puedo... ¿Puedo besarte?- Preguntó ella, bastante sonrojada.

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-¡Alice! Puedo... ¿Puedo besarte?

-Adelante...- Respondió fría.

(...)

-¡Oye, tranquilízate!-

¿Qué hacer cuando alguien puede destruir la relación de tu hermana?

Según la lógica de Karatachi: interceptarlo, derribarlo, e inmovilizarlo, así sea en una zona pública, ante la mirada de varios desconocidos que murmuran todo tipo de cosas.

-¡Si no vas a cumplir tu promesa, no dejaré que puedas encontrarlas!-

-¡Aaah! ¡Qué vergüenza!- Pensó apenado -¿Por qué, Karatachi? ¿Por qué tienes que interponerte? Alice y Nanairo están saliendo juntas, ¿no?-

La "Menor", de ambas gemelas se quedó un rato callada, mientras que unas pequeñas gotas de humedad se formaban en sus ojos. Eran un par de lágrimas que le llegaban por el tremendo infortunio que podría darse si su plan se desmorona. El destino de su hermana se está cumpliendo, y quiere que sea así a como de lugar.

-Mi hermana... Nanairo siempre ha estado preocupándose por los demás, relegando su propia felicidad al último lugar. Así que, si le dices que te gusta Alice, lo más seguro es que renuncie a ella- Dijo con voz apenada.

Ciertamente, cuando Nanairo obtenía algo que alguien más quería, ya sea un cercano a ella y que por diferentes motivos no pudo conseguirlo, ella se lo cedía de buena gana, y con toda la amabilidad del mundo.

Juguetes, dulces, oportunidades para protagonizar alguna actividad, como un baile o una obra, incluso sentimientos, como podría ser el amor.

"Lo que hagas, volverá a ti". Era un pensamiento en el que ella creía. Por eso era muy generosa, amable, y simpática. Creyendo que algún día, de una u otra forma, será premiada por sus acciones, así su recompensa sean unas simples palmadas en la espalda.

-Y yo quiero tanto a mi hermana, que no permitiré que le dé la espalda a la felicidad. ¡Es mi deber encargarme de ello! ¡Y apoyarla en todo!-

Realmente esto era algo que desesperaba bastante a Karatachi. Podía aceptar un par de acciones bastante generosas de su parte, pero ya cuando se trataba de ceder casi todo lo bueno que le pasaba a alguien más que lo deseara, la cosa como que se salía de control y era frustrante para ella. No creía que su hermana de verdad pudiera ser feliz así, simplemente resignándose por dentro.

-Karatachi... ¡Tiempo muerto!-

Así, como si se pudiera poner pausa a una discusión, Kirito pidió que se quedara quieta un momento para poder sacar su teléfono, pues alguien estaba llamándolo.

Enamorándome de ti (Kirialice)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora