Capítulo 26: Conseguir una cita

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-Espera... Tú solo... ¡Es muy vergonzoso estar así!- Dijo ella, nerviosa.

La rubia se movió y Kirito terminó besando el espaldar de la silla.

-¿¡Qué estás haciendo?!- Recriminó confundido.

-Perdón, abuelo...- Suspiró Alice, cerrando la carpeta de la votación -Bien, Kirito. Ahora sí, ha terminado la espera-

Sonrojada, se volvió a sentar en esa silla y jaló a Kirito de la camisa. Allí empezaron a besarse, explorando la boca del otro con su lengua, la cual cada vez era mucho más familiar entre ellos dos.

Estaban abrazados, la oficina está sola, entonces subir el tono del toqueteo es aceptable para ambos.  

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-La escuela terminó. Estudiantes que estén dentro del instituto, por favor dirigirse a casa- Anunció Quinella, desde su oficina.

Para ese momento quedaban muy pocas personas en la escuela, entre ellos, la secretaria Quinella, quien daba su último aviso antes de emprender marcha para irse. 

Al momento del anuncio, Kirito y Alice se seguían besando. La ojiazul estaba sentada en la silla y el pelinegro estaba de pie, un poco hincado para poder besarla. Ella metía sus manos por dentro de su camisa, para poder acariciarle el pecho al azabache, mientras él la tenía tomada de las piernas, acariciando gentilmente sus muslos.

-Kirito...- Chilló tímidamente -Ya debemos irnos...-

-E~Eh... Bueno, está bien, Alice...-

Ambos se separaron sin problemas del otro. La pelidorado trataba de volver a ser esa persona seria de antes, para esconder su sonrojo y agitación. Al mismo tiempo que el ojinegro con el brazo, se tapaba la zona de mandíbula, y llevaba su mano a su pecho.

-Mi corazón está latiendo muy rápido... por culpa de sus caricias- Pensó colorado.

-Vamos, Kirito. Mamá se preocupará, y ya hace un buen tiempo que tendríamos que habernos ido- Dijo seria, aunque con sus mejillas todavía coloreadas de rojo.

Una vez la rubia tomó sus cosas, dejó todo exactamente cómo estaba la oficina de su abuelo, y una vez el pelinegro bajó la cabeza de las nubes, ya ahí por fin pudieron irse a casa. 

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Días Después

-Así que te he causado un montón de problemas, Yuuki, pero ahora somos capaces de volver a nuestros días tranquilos-

-Pero incluso después de las elecciones, y después de que mi hermana se fuera de casa, aún me sentía cansada- Respondió suspirando.

Volvieron a los días de antes, cuando estos dos iban de arriba para abajo en casi todo lo que hacían. Kirito y Yuuki fueron a una heladería, y tras comprar sus pedidos, caminaron hasta una plaza, por la cual paseaban para relajarse.

-Debería estar a dieta, pero el helado está rico- Chilló Yuuki, sintiéndose culpable.

-Oye, hablando de tu hermana, después de todo eso, ¿cómo van las cosas entre ella y tú?-

Enamorándome de ti (Kirialice)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora