Enamorándome de ti (Kirialice)

Capítulo 25: Por amor y amistad

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-Alegre y amistoso... Yo... también quiero ser como tú- Decía de forma mansa, viéndole a los ojos.

-¡¿Eh? ¿¡En serio...?!-

-Eso es lo que decía la versión fanática tuya de Ronye- Respondió desviando la mirada.

Ni se terminó de ilusionar con esas palabras, cuando ella mataba el momento a la siguiente oración.

-Kirito, es tu deber presentarte a las elecciones, y conseguir convertirte en el presidente que esta academia necesita, y hacer que te reconozcan como tal. He decidido, que tras tanto tiempo rompiendo reglas, este es tu castigo. ¿Entendido?-

-¿M~Me hablas en serio...?-

Él único que escapa, de la influencia de Asuna

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-Schuberg Kazuto y Konno Yuuki parecen no estarse hablando recientemente- Dijo Rika, extrañada.

-¿No es por qué Konno-san se esconde de Schuberg-kun?- Respondió la supervisora -Piénsalo, si Yuuki está relacionada con el dúo rompe reglas de la escuela, ella podría ser castigada, o incluso expulsada del instituto-

Uno de los tantos temores de Yuuki era ese, aunque no era el principal realmente. La influencia de Asuna es lo que le impide acercarse a él, le tiene temor a su hermana mayor.

Ambos estaban en el salón, Yuuki en el asiento de adelante frente a Kirito, aunque sin hablarse, ni verse ninguno al otro. 

La ojirojos tenía su cabeza sumergida en sus cuadernos, haciendo quién sabe qué. Kirito también estaba hundido en sus cuadernos, aunque él estaba jugando en su teléfono.

-Además, su hermana es Asuna-senpai, no creo que pueda imaginar que sería vivir con ella- Dijo la supervisora, bastante pensativa.

Las clases ya habían finalizado, y el ambiente estaba incómodo entre los dos. Yuuki se sentía intranquila estando en el mismo lugar que él. Así que tomó sus cosas y sin nunca dirigirle la mirada, salió del salón.

Se fue aburrida y seria hacia los jardines de la escuela. Ya estando allí, se quitó el saco y se acostó en el pasto, viendo al cielo.

-Schuberg... ¿Qué se supone que deba hacer yo?- Se dijo a sí misma, fastidiada.

-¡¡Konno-senpai!! ¡Días sin verte!- Celebró Ronye.

Al lado de Yuuki estaba Ronye, quien se acercó a la ojirojos para hablar simpática con ella. Al igual que a Kirito; la consideraba su amiga, y la veía algo así como una superior, aunque no le admiraba tanto como al pelinegro.

-¡Oye! ¡No me asustes!- Replicó nerviosa -Oh... ¿Qué pasó con tu cabello?-

Al fijarse en ella, la pelimorado notó que Ronye ya no era rubia. Ahora había vuelto a su color natural de cabello; el marrón.

-Parece que no se trata de una peluca- Dijo ella, seria, tocando el cabello de Ronye.

-Ah, eso. Sentí que no importaría si me lo teñía de nuevo... ¡Ah! ¡No es porque tratara de traicionar a Kirito-senpai!- Respondió un poco nerviosa.

-Lo sé. Tú viniste a verme para preguntarme algo, ¿no?-

-Sí... Estaba pensando en la razón por la cual Kirito-senpai y Yuuki-senpai estaban manteniéndose distanciados-