veintiuno

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Sus manos se posicionaron en mi cadera y mi cordura que se había ido por unos instantes... volvió.

-¡No! ¡Yo no!- me quité a la velocidad de la luz, prácticamente brinque de la cama.

-Brisa- susurró desconcertada.

-Lo siento... no debí- estaba en pánico. Yo no le pagaría a Angie con la misma moneda

-No te disculpes- rió -Yo soy la culpable- Se puso de pie y levanto la caja. -Anda a dormir- se acercó a mí y acarició mi mejilla -Reitero, como envidio a Velasco- besó mi mejilla antes de salir dejándome sola en la habitación.

Me giré en la cama intentando escapar de los rayos del sol, apreté mis ojos fuertemente, quería abrirlos y encontrarme con Angie a un lado o tan siquiera estar en mi habitación

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Me giré en la cama intentando escapar de los rayos del sol, apreté mis ojos fuertemente, quería abrirlos y encontrarme con Angie a un lado o tan siquiera estar en mi habitación. Que todo hubiera sido una simple pesadilla. Por más que intente dormir más y retrasar el momento de desilusión, los abrí encontrándome con las paredes blancas de la habitación de Micaela. Una lágrima se escapó pero inmediatamente fue absorbida por la almohada, frote mis ojos al mismo tiempo que me sentaba en la cama y... ¿Ahora qué haría? -Bien... tienes que elaborar un plan- aportó mi voz interna -Uno bueno, que solucione eso- Perfecto, ahora sabía que tenía que tener un plan, pero no tenía ni la menor idea de cómo o que hacer. -Iras a casa de Angie, pedirás una explicación y la escucharas- respiré profundamente antes de ponerme de pie. Estaba dispuesta a escucharla, dispuesta a perdonarla, no me dignaría a perderla. Mi reacción al verla en esa situación fue enormemente pacifica, si meses atrás hubiera sucedido eso ni Bárbara ni Angie estarían respirando en estos momentos.

Tomé del buró de noche mi celular: dieciséis llamadas pérdidas de Martina, 1 llamada pérdida de Angie... Eso sí me destrozo. Ni siquiera le había interesado llamarme para aclararlo o simplemente por preocupación. Una llamada. Un solo intento. Las ganas de ir a pedir la explicación se fueron. Tal vez la explicación me heriría aún mas, tal vez Bárbara se salió con la suya una vez más.

Presioné remarcar al celular de Martina quien parecía preocupada

-¿Estás loca? ¿Demente? ¿Tienes mierda en la cabeza?- estaba molesta.

-No, No y No- contesté casi en un susurro.

-¡Cómo se te ocurre largarte con Micaela!- gritó -A la desquiciada de Angie le salía fuego por la boca.-

-¡No me regañes! ¡Tú no sabes lo que paso!- dije intensamente pero sin gritar.

-Sí sé lo que pasó.- contestó con un tono menos fuerte -Al menos una parte.-

-¿Y qué querías que hiciera? ¿Qué me quedara ahí como si nada hubiera pasado? ¡Me fui porque no quería arruinarlo!- otro par de lágrimas se deslizaron por mis mejillas.

-Cualquier cosa menos irte con Micaela- volvió a gritar por lo que tuve que alejar el celular de mi oído, no quería quedar sorda.

-¿Cómo supiste que pasó?- pregunté tristemente, me avergonzaba mucho.

-Ella me dijo- suspiró -Llegó conmigo buscándote hecha una fiera, salimos y Ronald nos dijo que te habías ido con Micaela- rió -Ella hizo polvo su celular ¿sabes?- eso explicaba la ausencia de llamadas... No. En casa también tiene teléfono, no hay excusas. -Le dije que me explicara que te había hecho para que te hubieras ido con Micaela, me explicó y le reventé el labio.-

-¿Qué?- ahogue un grito.

-Después ella casi me estrangula...-

-¿Qué?-

-¿Sorda acaso?- dijo irónicamente -Después se fue- terminó de contarme.

-¿Qué hago Martina? Dime que hacer- en mi voz se escuchaba desesperación, una gran desesperación.

-Ella te ama- dijo después de unos segundos en silencio -Yo la odio, pero tengo que admitir que esa bestia te ama- ahora ya tenía un llanto incontrolable -No sé qué fue lo que la llevo a la situación de anoche...- suspiro -Pero yo te recomendaría escucharla.-

-Gracias por traerme

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-Gracias por traerme.-

-No fue nada- sonrió -y suerte- señaló con la barbilla hacia la casa.

-Gracias.- realmente la necesitaría. Me di la media vuelta y caminé hacia la casa, debo admitirlo bastante insegura. Sacudí mi cabello aun húmedo y lo acomodé sobre mis hombros. Finalmente llegué a la puerta y pensé dos veces ¿Tocar la puerta o Entrar con mi llave? ¿Dónde demonios estaba la Brisa segura de sí misma? Busqué la llaves en mi bolso pero no estaban, de ultimo recordé haberlas dejado en la cocina. Toqué el timbre y a los exactamente 50 segundos Angie abrió la puerta, mi estómago se retorció y una fuerte punzada en mi pecho me hizo llevar mi mano a este como si amortiguara el dolor. Me miró de pies a cabeza con un rostro indiferente, sin pronunciar media palabra se dio la vuelta y la vi entrar en la sala. Mis ojos se cristalizaron en segundos... A ella ni siquiera le interesaba darme una explicación.

me, myself and her | brangie #2 (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora