final

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Llegamos a casa -la cual estaba hecho un lio- Dejamos las mochilas en el living, ya que después de esta mañana ahí tenían que estar las dos.

-¿Ya llego Brisa?- preguntó Victoria. Suspiré.

-No- Victoria de inmediato volteo a verme. -Ven, tengo que hablar contigo- caminé hacia la cocina y la hice sentarse en los bancos. Me recargué en la barra viéndola a los ojos, de frente. -Tengo que explicarte algo...- miré hacia abajo -Pero el problema es que no se cómo- susurré y tomé mi cabello con desesperación -Bien mira...- extendí mis manos -Algunas veces los grandes... tienen problemas y...- ¡Mierda! ¡Cómo rayos explicárselo a una pequeña que no tiene ni idea! -Y Brisa y yo tuvimos una discusión y decidimos terminar, no ser más novias, no seguir juntas- traté de encontrar sinónimos para que me entendiera.

-¿Entonces Brisa no volverá?- los ojos de Victoria se cristalizaron

-No cariño, ella no volverá.-

-¿Por qué? ¿No puedes pedirle disculpas?-

-No es tan simple- negué con la cabeza

-¡Sí! ¡Hazle un dibujo!- sonrió la pequeña -Cuando me enojé con Gabi ella me hizo un dibujo y volvimos a ser amigas-

-Victoria...- reí -No es así de simple, cuando estés más grande me entenderás-

-¿O un regalo?- dijo prácticamente ignorando lo que le decía -¡Un vestido!- gritó -¡Unas flores! ¡Como en las películas!- Victoria brincó del banco y corrió hacia mí -¡Vamos!-

-No, pequeña ¿A dónde?-

-A buscar algo para Brisa... no puedes decir que no- Si podía decir que no, pero no estaba segura de querer hacerlo. Tal vez Brisa estaba en lo incorrecto y sí era nuestro destino estar juntas.

-Detente- le dije poniéndola frente a mí ya que seguía tirando de mis brazos inútilmente. -Lo voy a intentar, Seguiré tus consejos...- rodé los ojos -Pero si no funciona no quiero que se hable más del tema ¿Está claro?-

-¡Si!-

POV. BRISA

Finalmente llegué al hotel, me dolían los pies de tanto caminar. La estúpida de Angie lo único que había logrado era hacerme enojar aún más. '¿Por qué? ¿Por qué siempre hay alguien o algo entre nosotras?' -Angie ¿Qué no te das cuenta que eres tú? ¡Tú!- arrojé con fuerza mi bolso. Traté de tranquilizarme, de nada servía enloquecer. Ahora habíamos tomado caminos diferentes y debía entenderlo. Si ella no tenía la confianza en mí sobre Micaela ¿Por qué yo le tendría confianza acerca del "accidente" del baño el cual nunca se dignó a aclarar?. Tomé un cambio de ropa, short y camiseta. Para después entrar al baño dispuesta a tomar una larga ducha. Después de secar mi cabello, me acosté y en segundos quede profundamente dormida.

Bajé al restaurante del hotel, tenía que comer o ahora sí me desmayaría y lo que menos quería era que mi madre se enterara de mi problema con Angie, ya que me lanzaría un "Te lo dije" en la cara. Ordené un sándwich, un jugo y me senté en una de las mesas. Tardaron cinco minutos solamente, comí en quince y en otros cinco ya estaba en un taxi directo al campus.

¡Mierda! la necesitaba a mi lado, me había acostumbrado demasiado a ella, a caminar bajo su brazo haciéndome sentir segura. Pero ya ni llorar servía... Di la vuelta al pasillo para ir hacia mi casillero y simplemente no creía lo que veía. ¿Espejismos? ¿Mi imaginación? ¿Producto de la mala alimentación? Seguí caminando pero me detuve unos cuantos metros antes. Angie volteó, me vio y se puso de pie dejando ver mejor la camisa rosa que le había regalado. Todos los que pasaban volteaban, no sé si por la camisa que vestía o por el enorme oso de peluche y las flores que tenía a un lado. Por mi parte una sonrisa quería escaparse, pero no, no debía ser tan sencillo.

-Hola- dijo despeinando los cabellos de su nuca. Solo levanté un poco mi cabeza como saludando y me acerqué unos cuantos pasos más. -Creo que esto habla por mí- miro su camisa y luego las cosas de aun lado. -Brisa, no te quiero perder y menos por un mal entendido- tomó las flores y las extendió hacia mí. -¿Empezamos de nuevo?-

-Hola, soy Brisa Domínguez- reí y tomé las flores -¿Y tú?-

-Te amo, Brisa- me tomó entre sus brazos y gustosa me deje envolver.

-Yo más-

-Linda camisa, Velasco- me soltó para voltear

-Una palabra más Benza...- amenazó y Martina carcajeo.

-Ya Velasco, sigue con ella, no me hagas lastimarte.- siguió caminando con Lourdes por el pasillo

-Serán buenas amigas- dije confiada

-No si la estrangulo antes...-

-Eso ya sucedió antes ¿no?- reí y la empujé -Prohibido hacerle heridas y/o moretones- carcajeó.

-¿Fracturas?- levanté una de mis cejas y rió -Es broma.- tomó mi barbilla para acercarme a sus labios.

-Sabes... no creo que a él lo dejen entrar a clases- volteó a ver el enorme peluche. -No creo que pase nada si faltamos hoy...- pasé mis brazos por su cuello -Además, tenemos mucho de qué hablar...-.

me, myself and her | brangie #2 (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora