Capítulo 37: Final

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60 años después

≈Elsa≈

"Todo va estar bien" Es lo que me he estado diciendo durante estas seis décadas. A medida que ha pasado los años, el tiempo de vida se ha estado agotando para los que amo, mientras que la mía apenas está comenzando.

Decido ignorar el sueño y levantarme para ir a ver a mi amiga. Observó a la salamandra que se quedó conmigo en la noche y sonrió. Sin causar ruido me dirijo a la salida, sintiendo los rayos del sol en mi rostro. Veo que ya casi todos están despiertos, listos para realizar sus tareas del día.

— Buenos días, tía Elsa. — saludo la bisnieta de Ryder.

— Buenos días, Aila. — me agacho para abrazarla.

— ¿Vas a visitar a la tía Honey? —

— Sabes que siempre lo hago.  ¿Por qué lo pregunta? — le pregunté.

— Mi mamá me pidió que te diera esta canasta para que tú se lo entregues. — contestó un poco tímida.

— Se lo entregaré, gracias. — tome la canasta.

— A ti.  Adiós. — se despidió con la mano, siguiendo su camino.

— Adiós Aila, recuerda estudiar los libros que te preste. — le recordé, pero de seguro no me escuchó.

Me encamine hacia el lavvo de Honeymaren junto con la canasta que llevaba pan de maíz, mantequilla y avena.

— Honey, ya llegue. — avise antes de entrar.  Noto que no está en su cama de acampar y me preocupo. Cuando salgo me topo con ella causándome un salto del susto.  — ¡Honeymaren! — la regañó y veo su rostro arrugado reírse.

— Ay Elsa, es la tercera vez que te asustas. — dice secando sus lágrimas de felicidad.  — Buenos días. — me da una sonrisa cálida.

— Buenos días. — la miro seria por asustarme.

— Lo siento, por favor no te enojes. Solo soy una anciana aburrida de estar en mi tienda. — se excusa todavía riendo.

— No lo hagas de nuevo.  Estuve muy preocupada. Pensé que tú...—

— ¿Te fuiste para el más allá? — me interrumpe. — Descuida aún no es mi momento, parece que debo seguir cuidándote. — se burla de mí y luego me ve.

—¿Elsa por qué piensas eso de nuevo? — me cuestiona.

— Yo... no me refería a ... — cierro mi boca al no saber que decir.

— Ven vamos a la pradera. — sugiere cambiando el tema.

— Hay mucha nieve y no puedes estar mucho tiempo en el frío. — le comunicó.

— Ay por favor, tú eres el quinto espíritu, puedes descongelar esa área sin problemas. No estés inventando excusas ilógicas. — exclama yendo a su tienda. Buscare un abrigo que me puede mantener cálida. — avisó entrando.

Suspiró negando con la cabeza.  Por alguna razón me pregunto:  ¿Cómo me comportaría ya anciana? Aunque ya lo soy pero con juventud eterna. Quizás me comporto como una sin darme cuenta.

— Ya estoy lista. —

Al mirarla, sonrío ya que tiene el abrigo de su hermano.  Cruzo mi brazo con el suyo para ayudarla a caminar. Los Northuldras al ver a Honeymaren la saludan después de no verla por unos días.  El viaje fue silencioso pero agradable. Esos momentos cuando no hablas con las personas, mas podemos tener un silencio cómodo y una conexión, incluso sin mirarnos.

Mucho más allá: Frozen  (Libro #1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora