Capítulo 22

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-¡Felicidades Anna!- Olaf fue el primero en hablar confundido después de que la pelirroja hablara. 

-Elsa. ¿Qué pasa? ¿No te gusto la noticia?- preocupada miro a su hermana quien estaba a su lado callada con lágrimas.

- Es la mejor noticia que me pudiste dar. - alegre sollozo abrazando a su hermana menor. - ¡Felicidades! Estoy segura que tú  y Kristoff serán unos excelentes padres. - se secó las lágrimas que tenía en su rostro y las de la pelirroja que no tardó en llorar.

-¡Y tú serás la mejor tía!- alegre aseguró.

- Estaba tan asustada, pensé que te iba a perder. - murmuró Elsa aún abrazando a Anna. 

- No digas eso. - acarició el pelo de la platinada. - Solo tuve un mareo en la mañana, cuando fui a seguir con mis deberes sentí de nuevo el mareo más fuerte y náuseas.- explicó Anna tratando de calmarla.

- La carta decía que no te encontrabas bien de salud. Es que estaba tan lejos de ti, pensé que era algo grave.- musitó Elsa.

- Pues ya sabes que no lo es. - sonrió posando su mano en su vientre plano.

- Si. - sonrió Elsa colocando sus manos.

- ¿Eso significa que tendré un primo?- preguntó Olaf.

- Si Olaf. - respondió Anna con una radiante sonrisa.

- ¡Yay!, significa que tendré a alguien con quien  jugar. - aplaudió Olaf entusiasmado.

- Bueno, eso sería cuando el bebé esté más grande Olaf. - comentó Elsa.

- ¿Acaso cuando los bebe nacen no pueden jugar?- cuestionó Olaf.

- No Olaf. - río Anna. -Primero hay que cuidarlos y cuando tenga entre dos o tres años es probable que puedas jugar con ellos. - explico.

- Oh entiendo.- comentó él. -Anna tengo una pregunta. -

- Dime Olaf. - miro al muñeco de nieve.

- ¿Cómo es qué hay un bebé en tu barriga? - preguntó curioso.

Ambas hermanas se miraron pensando que decirle a su inocente amigo.

- ¿Por qué se quedan calladas?- cuestionó.

- Creo que es algo que sabrás cuando seas mayor. - estableció Elsa nerviosa.

- ¿Por qué debo esperar a ser mayor?- cuestionó de nuevo cubriéndose con la sabana. - ¿Cuanto tiempo debo esperar para conocer al bebé?- preguntó.

- Segun el doctor debo tener entre tres a cuatro semanas. Eso equivale a un mes, por lo cual faltarían ocho meses.- respondió la pelirroja.

- ¡Ocho meses!- gritó Olaf. - Es mucho tiempo. - se quejó.

- Si, pero descuida. Los meses pueden pasar rápido. - comentó Anna.

- Eso espero.- suspiró Olaf sentándose entre medio de ambas hermanas.

Anna sintió rugir su estómago y se levantó de su cama, llamando la atención de su hermana.

- ¿Anna a dónde vas?- cuestionó la platinada levantándose igual de la cama. -El doctor me indicó que necesitas descansar. - expuso.

- Tenemos hambre. - hizo un mohín poniendo su mano en su vientre de nuevo. La platinada rió. - Tuve que devolver el desayuno al retrete. - hizo una mueca al recordarlo.

- Entonces voy a la cocina para que te preparen algo y tú puedes quedarte aquí. - sugirió.

- No, quiero ir a la cocina. Anda, ¿si?- suplico la pelirroja mirando a su hermana con ojitos de cachorro.

Mucho más allá: Frozen  (Libro #1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora