Capítulo 25

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- ¡Tú debes ser Sandy! ¡Que gusto al fin verte, eres muy bonita!- halagó Anna mostrando su mano para demostrar confianza.

La rena olió su mano dejándose acariciar como respuesta. Sven sonrió al ver como ella se adaptaba, Kristoff al notar la reacción de su amigo le dio un empujón causando que él se acercara un poco a ambas.

- Creo que Sven quiere pasar tiempo contigo.- le murmuro a Sandy. - Los dejo solos, luego te veo pronto. - guiñó un ojo a Sven y el rió nervioso quedándose solo con Sandy.

- Anna, ven.- llamo su hermana mostrando una sonrisa ansiosa junto a Honeymaren quien estaba un poco emocionada devolviéndole la caja de regalo a Elsa.

- Hola, otra vez. - bromeó observando de inmediato la caja color verde menta con copos de nieves y un lazo color rosado oscuro. - ¿Qué es?- preguntó curiosa.

- Abrelo.- insistió la platinada entregándole su regalo.

La pelirroja sacudió un poco la caja sin escuchar nada peculiar, desató el lazo y abrió la caja.

- Elsa... pero te dije que era mejor que lo tuvieras. - objetó mirando la chalina.

- Lo sé, pero esta es diferente. - explicó sacando la chalina de la caja.

- Wow. - se maravilló.

La chalina era del mismo color vino que el de su madre con las tiras violetas. Sus patrones eran lo más distintivos; los símbolos representando a los espíritus del agua, fuego, aire, y tierra llevaban colores representándolos y en el centro ya no había un diamante estaba un trazado de Elsa como el quinto espíritu, lanzando unos rayos como escarcha entre los demás espíritus.

- ¡Tú estás ahí!- señaló la figura  mientras tocaba con delicadeza la chalina. - Gracias es hermosa. ¿Elsa tu la hiciste?- preguntó.

- Si, aunque tuve mucha ayuda de Honeymaren. Por eso decidí que el regalo era parte de ambas. - respondió.

- Gracias a las dos. - extendió sus brazos para abrazarlas.

- De nada, cuando Elsa me comentó la idea me pareció un buen regalo. Así que decidí enseñarle lo básico de tejer y ayudarla en lo más complicado. - expresó la castaña.

- Lo usaré desde ahora.- comunicó colocándose la chalina. - Ahora será parte de nuestra tradición familiar. - alegre le dio un vistazo a la chalina detrás de ella. - ¡Kristoff!- lo llamó e le hizo una señal con su mano, indicando que se acercará.

- ¿Qué pasó corazón?- preguntó al llegar.

- Mira, lo que me regalo de Elsa y Honey.- contestó enseñando la chalina.

- ¡Vaya está bonita! - comentó observando el patrón de los diamantes. - ¿Esa eres tú, Elsa?- señaló la figura y la platinada asintió sonrojada.

Se sintió una pequeña vibración en el suelo, todos dirigieron las miradas  en la dirección en donde se sentía, observando algunas rocas de distintos tamaños viniendo hacia ellos.

- ¡Anna!- gritó Bulda trasformándose en un trol al igual que los demás,  estando 1 metro de distancia de Anna, Kristoff, Elsa y Honeymaren.

- ¡Si vinieron! - exclamó el rubio recibiendo un abrazo de su madre adoptiva.

- Claro que íbamos a venir. ¡Hola a todos! ¡Feliz cumpleaños tesoro! - expresó su madre abrazando con cuidado a Anna.

- Gracias. Me alegra verlos a todos y que hayan venido. - agradeció la pelirroja.

- ¡Anna, feliz cumpleaños! Te hicimos un regalo. - dijo un troll pequeño entregándole una roca lisa con un dibujo en ella.

- Aww gracias. ¿Esa soy yo y Kristoff?- preguntó y el niño asintió. Le mostró el dibujo a su esposo y este rió un poco al ver que estaba muy musculoso en el dibujo. Los trolls hicieron un espacio para que su líder caminara hacia la familia Arendelle.

Mucho más allá: Frozen  (Libro #1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora