Capítulo 34

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Las primeras semanas fueron duras para el pueblo del sol. Honeymaren al ser la nueva líder, para algunos era como si no lo fuera, se acostumbraron a siempre ver a Yelena dirigirlos que jamás pensaron en tener otra líder. No, no les molestaba, pero era imposible no darle unos consejos a la joven castaña de cómo hacer algunas cosas de las que Yelena solía hacer. A Honeymaren al principio no le molestaba, pero cada vez que trataba de ayudar o tomar una decisión, alguno de ellos le comentaban cómo Yelena lo haría o tomaría tal decisión. A veces le parecía incómodo o frustrante.

Elsa también notaba aquello, ayudaba a la castaña con la situación, pero sabía que no podía hacerlo todo el tiempo. Un día se fue a Ahtohallan para tomarse un descanso. Pensaba quedarse una semana, pero le pareció mucho tiempo y al tercer día regreso al Bosque Encantado.

- Gracias, Nokk por llevarme.- realizo una reverencia y el caballo igual, volviendo a ser agua en el mar.

La platinada se dirigió al bosque caminando a donde suelen estar los gigantes de piedra para tomar un atajo para ir al campamento. Mientras caminaba observó a la salamandra correr al saber que ella había regresado.

-Hola Bruni. - se agachó para cargarla con su mano. -¿Me extrañaste?- preguntó y la salamandra lamió su ojo derecho.

- Supongo que eso es un sí.- rió.

Bruni saltó de su mano corriendo a la dirección opuesta a la que iba el quinto espíritu. Le hizo una señal para que lo siguiera. Ella lo miró confundida.

- ¿Quieres que vaya contigo?- preguntó.

Él sólo caminó, parándose y esperándola. Elsa miró el camino que estaba a punto de tomar, decidiendo seguir a su amigo anfibio.

Siguiendo al espíritu del fuego, supuso  que la llevaba a una pequeña colina donde su amiga Northuldra le había mostrado como su lugar favorito para meditar o descansar. Llegando a la colina pudo ver a la castaña regando un árbol que había plantado en honor a Yelena. Se acercó en silencio observándola.

-Honeymaren.- habló Elsa provocando que la Northuldra saltara.

- Elsa. ¿Có...cómo sabías que estaba aquí? - puso su mano en su pecho tratando de calmar su corazón.

- Un amigo me ayudo. - sonrió de lado observando a la salamandra.

- Oh.- miró al pequeño espíritu. - ¿Qué no ibas a estar por una semana en Ahtohallan?- cuestionó.

-Iba hacerlo, pero creo que mi instinto y los espíritus me dicen que necesito ayudar a alguien.- se sentó esperando a que la chica hiciera lo mismo.

- ¿Crees qué ese alguien soy yo?- se sentó en el césped. - Elsa ya me has ayudado bastante estás semanas. -

- Lo sé, y sé que debo dejar que tú misma ayudes a los tuyos, pero también soy tu amiga. Y si tienes que hablar de tus problemas con alguien sabes que estoy aquí para escucharte, así como tú siempre has estado para mi cuando lo necesito.- expresó.

-Agradezco que quieras escucharme. - suspiró. - Es que todo esto... no quiero que te enojes por lo que diré, pero... ¿Y si te equivocaste al elegirme a mi como líder? -

- Si es así, los espíritus se equivocaron en elegirme como quinto espíritu.- contestó.

- Esto es diferente. -

- ¿Cuál es la diferencia?- la miró.

-Tú naciste para ser una líder. Desde antes de que fueras un quinto espíritu, fuiste una reina, a quien todos te admiran y te respetan. - musitó.

Mucho más allá: Frozen  (Libro #1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora