Vinculos

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Espero que les guste este capítulo es primera vez que lo hago, cualquier recomendación será aceptada. Disfruten. xP xD

Ojo: Este capítulo puede contener escenas lemon, si no quieres leerlo pasalo, si no, no acepto quejas.

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Mientras me iva despertado poco a poco sentí que debajo mío había algo demasiado cómodo para ser la tierra, al abrir los ojos observé que me encontraba en mi habitación, en mi casa y que sólo tenía puesta una camisa de Fernando la cual me quedaba muy grande. Al sentarme en la orilla de la cama, vi que al frente de esta se encontraba una silla con una camisa salpicada con sangre, me asusté y salí del cuarto en busca de Fernando ya que sabía que esa camisa era de él.

Al entrar a la sala lo vi con la frente pegada al vidrio de la ventana mientras hablaba por teléfono, no entendía bien lo que decía sólo se que estaba insultando fuertemente a quien sea que estuviera al otro lado.

Al terminar la llamada tiró el teléfono en el piso y se quedó en la misma posición.

- Ven Angela, quiero ver que ese imbécil no te hizo nada - su voz sonaba dolorosamante calmada y a punto de estallar en llanto.

Me acerqué, me puse entre él y el vidrio; me sorprendí al verlo a los ojos, vi dolor mucho mucho dolor, le agarré la cara con las manos mientras él me agarraba la cintura y me pegaba a él para abrazarme.

- No vuelvas a irte de esta casa. No se que hubiera hecho si te pasa algo.

No sabía que decir, me sentía confundida con todos los sentimientos que tenía que todavía procesar; estaba molesta por la voz de mujer que había escuchado cuando lo llamé; asustada por lo que me había hecho Christian y por la sangre en la camisa de Fernando y dolida por provocarle tanto dolor al hombre que amo.

Nos separamos un poco y él me beso desesperadamente, necesitandome, sin soltarme en ningún momento, cuando el aire nos hacía falta él se quedaba mordiendo mi labio y casi al segundo volvía a empezar de nuevo con su desesperado beso.

Mientras seguíamos basándonos él  me alzó y nos me acosto en el mueble; de mi boca pasó a mi cuello.

- Borra, borra, borra sus marcas - logré articular esas palabras entre jadeos

- Te los arrancare de la piel, esta noche voy a hacer que sólo pienses en mi.

Mientras me iva besando el cuello, me desabotonaba la camisa, por cada botón que desabrochaba me dejaba un beso y una mordida; cuando terminó me sentó y basándome desde el hombro hasta la palma de la mano me fue quitando la camisa de los dos brazos, cuando terminó lanzó la camisa al otro sofá, se colocó entre mis piernas y fue pasando desde mi barriga hasta mi entre pierna con la nariz, deteniendose en esta mientras subía y bajaba varias veces, yo jadeaba y gemia a gritos deseosa de que me tomara.

Me fue bajando la ropa interior poco a poco mientras que por la parte interna de mis piernas pasaba muy lentamente su boca y su nariz, hasta llegar a uno de mis pies y me beso la planta de esta y luego sucesivamente lo hace con el otro pie. Estando yo desnuda frente a él no pude aguantar más, mele acerqué  y lo besé mientras me pelliscaba y me masajeaba los pesones.

Al terminar el beso solté un fuerte gemido pronunciando su nombre, debido a que me mordió un peson y me introdujo un dedo en mi entre pierna; lo único que podía hacer era agarrarme de sus brazos. Fernando tenía razón ya no podía pensar en nadie ni en nada más que no fuera él, tenía toda mi atención, deseo y amor para él.

Después de sacar el dedo que tenía dentro de mí, Fernando bajo hasta mi entre pierna para meter su lengua y empezar lo que había dejado hace un momento. Podía dejar que él me hiciera lo que quisiera con su experta lengua, era exquisita, entraba, salía, subía, bajaba, hacia todo lo que era posible y más, su lengua era intensa, dulce y lenta, era la completa perdición.

Después de hacerme llegar a un fuerte y estruendoso orgasmo él se quitó los boxers, dejando ver su grande y duro miembro.

Se lamio los labios y me beso, sintiendo yo el sabor salado de mí orgasmo y lo dulce de su boca, mientras el estaba introduciendo poco a poco su miembro dentro de mí, cuando lo introdujo completamente se separó observado todas mis reacciones y expresiones; no se movió hasta que yo por pura reacción de mí cuerpo empecé a moverme. Sus movimientos eran suaves y lentos, como si estuvieran siendo premeditados; cuando ya no pude aguantar más ese movimiento tan lento le iva a pedir que fuera más rápido pero el se me adelanto, como si me hubiera leído la mente y está vez sus estocadas fueron rápidas, certeras y agresivas.

- Fernando, no puedo... no puedo más... ya voy a llegar - logré articular esa frase entre jadeos y gemidos luego de que el empezara a moverse aún más rápido.

- Aguanta, aguanta un poco más... yo también casi llego - siguió dando estocadas, traté de aguantar todo lo que pude - Ya... juntos los dos...

Sólo esas palabras hicieron falta para que me derrumbara en el dulce y exitante orgasmo, Fernando se vino al mismo tiempo que yo mientras daba su última estocada y me besaba con fuerza.

No se cuando perdí la conciencia pero al despertarme me encontraba en mi cama con Fernando al lado mío observandome, nos sonrreimos como unos bobos. Él me paso la mano por la mejilla, me agarró el labio inferior con los dedos y me jaló para besarme, pude separarme y voltearme; hubiera sido preferible no hacerlo debido a que cuando voltie vi la camisa con sangre.

- Fernando

- Dime mi bello ángel - me responde mientras me besa poco a poco el cuello.

- ¿Por qué esa camisa está llena de sangre? - el deja de besarme y no responde.

Yo me volteo esperando a me responda pero no dice nada sólo muestra una cara de odio y desprecio a la camisa, siguió sin responderme durante un rato.

- Cuando saliste corriendo, yo iva llegando a la casa, como te vi corriendo mientras llorabas me asusté y entre a la casa, al acerlo vi a Christian en el suelo riéndose, yo empecé a exigirle respuestas pero lo único que dijo fue que tu sabías moverte de maravilla - hizo una pausa suspiro y luego continuó - me entró una furia inmensa y sin pensarmelo dos veces le pegué hasta dejarlo inconsciente, luego llame para que lo buscaran y cuando ya se fue salí a buscarte, cuando te conseguí estabas en el suelo acostada, te traje a casa, te cambié de ropa y te acosté mientras yo arreglaba todo abajo. Bueno, lo demás ya debes de saberlo.

Yo estaba confundida no sabía que decir ni que pensar miles y miles de preguntas se me cruzaron por la mente pero no podía articular ninguna, Fernando tenía una expresión de dolor y sufrimiento en el rostro, se sentía arrepentido por dejar de esa forma a ese hombre pero aunque se que eso estaba mal me alegro de que lo haya hecho, de que me haya defendido.

Le sonreí, luego le di un casto beso en los labios y lo abrace fuertemente para que no se fuera a ninguna parte y para infundirle confianza, él me abrazo también mientras que me acariciaba la cabeza, duramos un rato de esa forma hasta que nos dormimos.

Esa noche no sólo unimos nuestros cuerpos si no que también nuestras almas, esa noche hicimos un vínculo que para el momento pensé que no se podía romper con nada, esa noche quería parar el tiempo y quedarme en esa posición para siempre.

Enamorando al demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora