Una deliciosa comida

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Narra Angela

Me desperté a la mañana de un muy buen humor sin razón alguna, ya que hoy tengo que ir al colegio y es algo que me desagrada. Me levanté, me duche, vestí, desayuné y me encamine.

Fue un día largo en el colegio con las cinco materias rutinarias, nadie me habla, nadie se interesa por mi. Cuando estaba ya afuera veo que se estaciona al frente un carro muy caro, yo no se nada de marca pero se diferenciar entre uno barato y uno caro, y ese es uno muy caro, era de color negro, se veía nuevo y brillante, alargado y bajo, un carro sin duda alguna hecha para él, se ve su personalidad reflejada en el carro, oscuro, miserioso, problemático, tranquilo y bueno no se que más decir era un carro fabuloso me encantó (Eso fue lo primero que pensé).

No le preste atención y seguí caminando en dirección a mi casa, voltie para ver de quien era el hermoso carro, no se porque lo hice pero algo me decía que tenía que hacerlo y por mala suerte mia no debí hacerlo, veo a Fernando recostado encima del carro con sus lentes oscuros, un traje gris con su camisa blanca desabotonada hasta el tercer botón, dejando ver un poco su pecho y su corbata desatada de color gris (muy al estilo Christian Grey), su pelo estaba revuelto y le daba un aire de playboy.

Al mirarlo a los ojos no logre moverme, él con un movimiento de la cabeza me dijo que me acercara, no me podía mover pero con la cabeza logre decirle que no, a él no le agrado mi respuesta, se quitó los lentes, me miro enojado y me dijo Ven acá, me asusté y quería salir corriendo de ahí pero sabía que si lo hacia iva a ser peor para mi; me fui acercando lentamente con miedo hasta estar al frente, me agarró por la parte baja de la espalda y me acercó a él, acto seguido me beso con furia, con dolor, con desesperación, fue un beso de añoranza, nos separamos quedando viendonos a los ojos, los tenía vacíos, con un gran dolor y tristeza, le pasé la mano por la mejilla y el la agarró, me jaló para que entrara al carro y así hice sólo viendolo a los ojos imnotizada sin prestar atención a lo que pasaba al rededor de nosotros, entre y me quedé sentada esperando a que él entrara, se subió y arrancamos, no dijimos nada durante todo el trayecto y a la final llegamos a mi casa, me sorprendi sobre la desicion de Fernando pero no me preocupe por eso ya que no me apetecia ir a otro lugar y menos con él

Entramos a la casa y al girarme vi que llevaba unas bolsas y se fue directo para la cocina, yo no le presté atención,, cerré la puerta y me dirigí a mi habitación a cambiarme de atuendo; cuando estuve lista bajé a la cocina para ver que estaba haciendo y para mi sorpresa tenía la comida lista y servida en la mesa, en sus respectivos platos; yo me quedé sin habla, como pudo hacer algo así en tan poco tiempo.

- Que bueno que hayas bajado ya, te iva a ir a buscar, pero aunque me guste mucho la vista que tengo deberías ponerte una mejor ropa -

- ¿Qué hay de malo con mi ropa? - me mire y traía lo normal, un shor y una camisa de tiras, mis zapatillas y el pelo recogido con una coleta; es lo normal que uso para cuando estoy en la casa, no le veo lo malo.

- Bueno, no importa, ven que la comida se va a enfriar - se sienta sin prestarme atención y empieza a comer mientras intenta reprimir una sonrisa.

Estábamos comiendo salmón asado, con papas, ensalada (una muy rara que no había probado antes ) y yo tomaba refresco mientras él tomaba una bebida que tenia alcohol, no le presté importancia y empecé a comer.

Cuando termine de comer vi que me estaba mirando muy fijamente, me incomode un poco; él al parecer se dio cuenta y se paró recogió todos los platos, se dirigió a la cocina y se dedicó a lavarlos, no le presté mucha atención y me encamine a la sala a sentarme en el sofá, prendo el televisor y me quedo viendo cualquier programa sin prestale atención.

Fernando, cuando temino todo lo que iva ha hacer en la cocina se sienta al lado mío y se me queda mirando, yo lo ignoro por un rato pero después me incomoda así que me volteo y lo veo a los ojos.

Tiene una mirada muy dudosa, como si estuviera debatiendo internamente sobre algo; él se va acercando a mi y yo no me muevo ni un centímetro, pues aunque quisiera no podría, me a vuelto a capturar con sus hermosos ojos.

Cuando ya está lo suficientemente cerca se ríe y me besa, esta vez no es como el anterior beso lleno de remordimiento, está vez este beso estaba lleno de amor, un amor incondicional, un amor que nunca en mi vida me imaginé que podría encontrar.

Si mo fuera porque necesitabamos respirar seguíamos más tiempo pero no pudimos, tristemente el aire es algo muy preciado para poder vivir. Cuando lo vi a os ojos, estos sólo mostraban arrepentimiento, no quería que me viera de ese modo, prefería que me viera con asco que de ese modo, me hacia sentir mal.

Con todavía ganas de seguir ese beso me fui acercando poco a poco a sus labios pero el se percato de lo que hacia y me detuvo.

-Por favor no me hagas esto -

Eso fue lo único que dijo y agarró sus cosas y se fue, yo me quedé sola, con un sentimiento de abandono, queriendome morir de la vergüenza. Apague el televisor y me acosté en mi cama, mientras pensaba el todos los sucesos que ocurrieron el día de hoy y sin darme cuenta me quedé dormida sin haber llorado ni nada de eso.

Enamorando al demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora