Sorpresas, sospresas y más sorpresas

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Al despertarme no encuentro a Fernando al lado mío, así que pensé que fue un sueño, sólo una ilusión para satisfacer la necesidad de protección y consuelo que necesitaba. Me acomodé y baje a prepararme un desayuno; antes de que me diera la vuelta escucho que entran a la cocina, me entra pánico, agarro una paleta de madera, mientras la persona que estaba detrás me mi se iba acercando yo agarré con fuerza la paleta, justo cuando me volteo a dar un golpe veo que quien estaba detrás de mí era Fernando, al instante solté la paleta, empecé a llorar y lo abrace fuertemente. Estaba muy contenta y aliviada de que fuera él quien estuviera detrás de mí y no otra persona.

Me separo un poco de él para verlo a la cara pero él se encontraba muy inexpresivo, no entendía la razón hasta que vi el papel que tenía en la mano y me acordé que ayer lo dejé encima de su lado de la cama. Trate de ponerle la mano en su mejilla pero él me la agarró antes de yo poder tocarlo y me llevó a la sala sentandome en él sofá, mientras él se hacía distancia sentándose en él piso y recostandose en la ventana.

- ¿Desde cuándo tienes esto? - después de le pregunta alzó el papel que tenía

- No lo sé, el doctor dice que podría ser complicado a mi edad

- ¿Cuándo te empezaron los síntomas?

- Ayer y ayer mismo fui a ver que tenía

- ¿Qué más pasó ayer?

- Nada, no pasó más nada - no quería responder a eso, ni mucho menos recordarlo, ese es un evento que todavía no logro digerir

- Mientes, ¿Qué más pasó Angela?

- No pasó más nada, confía en mi - no entendía como él podía ver a través de mi y saber si digo la verdad o no

- No te creo Angela Yineska, porque nadie se pone en ese estado de pánico sólo porque le digan que puede que vallan a morir, así que Angela no lo volveré a preguntar otra vez ¿Qué más pasó? - Fernando nunca me había llamado por mis dos nombres, no importa cuanto lo molestara el siempre me trataba dulcemente mientras me regañaba, así que no me imagino el nivel de furia que tiene ahorita, pero no puedo decirle ahorita y menos cuando ni yo se lo que está pasando.

Decidí no hablar más, me paré del sofá y salí de la habitación al cuarto, cuando llegué cerré la puerta y me acosté en la cama, lo único que pude lograr hacer fue llorar, llorar por mi, llorar por la situación, llorar por el miedo y más que todo llorar por Fernando; él a sido el único en quien podido confiar y ahora no puedo decirle nada.

Fernando en ningún momento fue a verme, lo único que hizo fue tocarme la puerta para indicar que la comida estaba afuera esperándome, aún cuando yo no quería comer debía hacerlo, no me podía dar el lujo de bajar ni un kilo de peso, más bien según el doctor debía de subir peso para que pudiera llevarlo mejor.

Ya era de noche y luego de comerme la cena me puse a ver el CD que me había dado esa mujer en la laptop de Fernando que se encontraba allí, al iniciar el video veo que se graba en la habitación de un hotel, entran Fernando con una mujer mientras se están besando, él la tumba a ella a la cama, tratando de quitarle desesperadamente la ropa a ella, él la rompre por completo dejandola a ella desnuda mientras deja en el piso los trozos de ropa; la besa salvajemente mientras ella se retuerce de placer, no pude seguir viendo el video completo así que lo fui viendo parte por parte, siempre adelantando para que en un segundo viera ese horrendo video.

El video contenía escenas de Fernando teniendo sexo con esa mujer de una forma brutal que.nunca me gustaría hacer a mi; ella se exitaba cada vez más cuando él utilizaba jugetes sexuales, cuando la azotaba, cuando la mordia y se exito aún más cuando en un momento se cortó saliendole sangre de la herida; la cara de Fernando no era de dolor o de felicidad, tampoco de deseo o amor, era de exitación; él se estaba exitando mientras le hacía eso a ella, horrorizada adelante el video hasta el final donde él le dejaba a ella dinero.para la ropa y se va, sin antes mirar con odio a la cámara. Cerré la laptop y la deje a un lado, no me podía mover, respiraba con dificultad y lo único que no podía dejar de hacer era llorar, lloraba desconsoladamente; al alzar la vista veo que Fernando me está observando desde el borde de la cama parado, yo no podía decir nada, lo único que logre hacer fue alzar los brazos para que me abrazara, él entendió mi deseo y se acercó hasta mí, me abrazo, me levanto y me llevó hasta la cocina, se separó de mi, me limpio las lágrimas de las mejillas y me dio un vaso de agua.

Después de que ya me calme un poco, él me llevó en sus brazos hasta sala sentandonos en el sofá, yo encima de él como siempre lo hacemos.

- Discúlpame por haber sido tan rudo contigo en la mañana, es que estaba muy asustado, tengo muchas cargas encima y lo menos que quiero es perderte, menos ahorita que ya no te puedo sacar de mi mente ni de mi piel, Angela eres lo mejor que me ha pasado en esta vida, te estuve esperando desde hace tanto.

Yo no podía articular ninguna palabra lo único que logre hacer fue llorar, lo único que e logrado hacer es llorar, me abrase fuertemente a Fernando para buscar fuerza y articular alguna palabra pero no tenía.

- Al que viste en el video era el viejo yo, en ese momento no me interesaba nada no quería nada, sólo quería hacer las cosas a mi modo del modo que yo quería; era un niño malcriado, pero eso cambió cuando te conocí, yo no creía en los ángeles pero cuando te vi pensé esta niña tiene que ser mía, así que te fui seduciendo con mis artimañas pero tú nunca caiste, más bien yo fui el que terminó enamorado.

- ¿Cómo puede ser eso cierto si nosotros nos conocemos desde hace un poco más de un mes? - al fin pude hablar, pero aún me encontraba llorando.

- Angela, nosotros nos conocemos desde antes de que nos encontraramos de nuevo y nos casaramos - yo me quedé sorprendida, no lograba procesar todo eso.que él me estaba diciendo; mientras yo procesaba él suspiro y siguió contando - la verdad es que yo te conozco desde que eras muy pequeña, yo no soy la persona más adecuada para explicarte el porque de que nosotros nos juntaramos, pero lo que si te puedo contar es nuestro tiempo juntos.

Quería escuchar esa historia, quería saber sobre mi memoria borrada, quería saber como siendo más joven logré enamorar a este demonio. Le di un beso y le dejé continuar.

Cuando tenía veinte tu eras una niña de doce años todavía, pequeña, inocente, descuidada y muy atolondrada; hubo un tiempo en el que vivíamos juntos en esta casa, yo me amoldaba a tú rutina y tú a la mía. Cada día que pasábamos juntos nos conocíamos más a fondo, ya no había nada que no supiéramos del otro, sabíamos todos nuestros secretos, hasta que un día por culpa de una horrible mujer tuve que mudarme muy lejos de ti.

En su mirada había odio y amor, odio por sus recuerdos tormentosos y amor por los bellos momentos que él podía recordar y yo no de lo que pasábamos juntos.

- Ahora dime, ¿Qué pasó ayer?

Inale profundamente antes de contestar, todavía no estaba segura si contarle era lo más prudente pero ya no me importaba.

- Ayer cuando iba llegando a la casa, vi a Christian parado al frente de la puerta de la casa, al verme fue hasta donde estaba y me agarró por el brazo; caminamos un rato y luego llegamos a una casa sencilla, dentro me sentaron en un sofá blanco, una mujer de pelo negro, hablamos y yo no entendía una parte de lo que ella estaba diciendo, por último me entregó ese disco me sacaron de la casa y me trajeron, eso fue todo lo que hice en la calle.

Esperé a que Fernando dijera algo pero no lo hizo sólo se quedó callado, procesando todo lo que le había dicho. Cuando al fin pensé que me.iba a hablar empiezan a tocar fuertemente la puerta y la abren, a la sala entra la mujer de antes, unos hombres con traje los cuales la llevaban agarrada por los brazos, la dejaron tumbada en el suelo, entraron dos hombres más y luego entró ella, con un traje muy elegante, muy formal, parecía una ejecutiva o esposa de un magnate ricachon; ella que había entrado con enfado al verme se quedó impresionada dejando escapar todo su enfado; me empezaba a faltar el aire, se me hacia difícil respirar, Fernando, que se había dado cuenta se paró y me agarró para que me apoyara en él.

- Respira Angela respira. Porque tenían que venir para acá ahorita en este momento, no ves que está muy delicada ahorita - podía escuchar en su voz lo preocupado que está por mí y lo molesto que está con ella.

Yo trate de acercarme lo más que pude, a ver si no estaba viendo un espejismo; mientras yo me acercaba ella también lo hacia, cuando pude tocarle un brazo supe que no era ni una ilusión ni un sueño, ya que siempre en los sueños no logró tocarla ni en las ilusiones.

- ¿Qué quieres decir con que está delicada? - le pregunta a Fernando sin apartar la vista de mi, quería hablarle pero de mi boca no podía salir ningún sonido.

- Su enfermedad del corazón se agravó Anastacia, ya le están empezando los síntomas.

- A... A... Abuela - entre balbuseos y tratamudeos logré decir esa simple palabra entre sollozos.

- Hola mi pequeña

Enamorando al demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora