Prologo

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~ 7 Años después ~

Narra Angela

-¡Sofía, Anastacia, vengan en este momento!- grité lo más que pude para que mis hijas me escucharan y vinieran rápidamente.

Por el pasillo aparecieron dos gemelas de cabello oscuro largo, piel clara, los ojos de una eran más claros que la otra. Estaban riéndose mientras llegaban, atrás estaba también parado el padre de mis pequeñas, mi amado Fernando, mi esposo.

-Ahora que están todos- los miré fijamente a las tres personas que se encontraban en la habitación - ¿Quién fue el que rompió mi tasa? -

Alcé la tasa rota que encontré escondida al fondo de uno de los cajones de platos que no se usan mucho. Empezaron los tres a hablar entre sí, yo me estaba desesperando, quería una respuesta inmediata al por qué mi tasa estaba partida en dos de una forma que no podía recuperarse.

Esa tasa era un regalo que me habían hecho las niñas por el día de la madre, era el primer regalo que me daban y eso me hacía muy feliz, era algo que quería atesorar por siempre pero, alguien no quería que mis deseos se hicieran realidad.

Ya estaba empezando a molestarme su cuchicheo, me estaba enojando cada vez más y más, hasta que Fernando se enderezó y salio de la habitación, las niñas me llevaron a la sala de la casa. Después de un momento llegó con una caja decorada con papel de regalo morado y un moño. Las niñas estaban sentadas una a cada lado mío y él se arrodillo frente mío.

-A nosotros tres por un descuido se nos rompió la taza, la hemos repuesto pero no queríamos dártela, si no hasta que tu cumpleaños llegara dentro de una semana-Fernando me puso la caja en mis manos - Feliz cumpleaños adelantado mi pequeña ángel -

-¡Feliz cumpleaños mami! - casi gritaron las niñas al unisono.

Miré la caja, quité el envoltorio con mucho cuidado para no echarlo a perder; y al abrir la caja, encontré una taza exactamente igual a la mía, estaba nueva. En ese instante la molestia se convirtió en felicidad y lo que hice fue abrazar a mi familia, estaba muy agradecida y muy feliz con el regalo que me habían dado.

-Gracias niñas- les di un beso en la frente a cada una - Gracias amor - le di un beso a Fernando también.

- Que bueno que te haya gustado mami - habló Sofía a la vez que me abrazaba

- También me hubiera gustado que me lo dijeran para no haberme encontrado con esa sorpresa, nos hubiéramos ahorrado mucho, no creen - las niñas bajaron la cabeza apenadas - Bueno, ya dejemos de pensar en eso y vallamos a dormir, mañana tienen su primer día de clases.

Sofía y Anastacia se pararon rápidamente, fueron hasta la puerta de la sala, hicieron una referencia y se fueron corriendo hasta su cuarto. Fernando y yo nos que damos viendo y nos reímos por lo que habían hecho las niñas, nos paramos y él fue a acostarlas mientras yo terminaba de limpiar. Él y yo nos ayudábamos mutuamente, a veces yo acuesto a las niñas y a veces le toca a él.

Cuando terminé de limpiar me dirigí al cuarto, cuando ya estaba lista para dormir me senté en la cama a ver el álbum que siempre tenía para esperar a Fernando, él siempre se tardaba en cualquiera que sea las tareas que haga, le encanta jugar con las niñas antes de dormir y cuando limpia le gusta que hasta el más mínimo rinconcito quede limpio.

Mientras revisaba el álbum vi la foto que mi abuela nos tomó cuando estábamos decidiéndonos por los nombres de las bebés, cosa que yo le hice aceptar esos nombres. En la foto me encontraba acostada en la cama del hospital con las dos bebés en los brazos y él al frente de mi, era una escena cómica y llena de mucha alegría. Sin darme cuenta Fernando entró al cuarto y se acostó al lado mio.

Enamorando al demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora