10.

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( . . . )

— Hola chicos, ¿cómo están? — dice Diego saludo a cada uno de los que estaban en la mesa; a Frida, Paulo, Edson, Sofía, Nailea y Kevin quiénes trataban de ignorar lo incómodo que había sido el momento de ayer, los miro extrañados mientras me sentaba enfrente de ellos a la espera de Sebastián — ¿Pasa algo?

Edson niega mientras lleva su manzana a la boca, dejo mi comida a un lado para fijar mi mirada en él sabía que algo le pasaba y lo conocía tan bien.

Decido irme de ahí dirigirme a mi siguiente clase.

— El almuerzo para mí terminó, tengo clase de álgebra, adiós — sin más tomo mi bolso y me voy.

Escucho a alguien venir trás de mi.

— ¿Es porque Diego regreso? — Edson me detiene y me mira seriamente.

— Terminaste con Sebastián, por él y ni siquiera tiene veinticuatro horas en México —  sacudo la cabeza sin entender nada.

¿Terminar a Sebastián?

¿Cuándo demonios paso eso?

— Nunca he terminado con Sebastián, ni lo pienso hacer Edson, además pensé que te caía mejor Diego que Sebas.

— Deja ese tipo de tonterías Emma, todos aquí sabemos perfectamente que la relación que tenías con Diego era especial y luego lo que formaste con Sebastián estando dolida por la partida de Diego, él regresa y actúas como si le tuvieras miedo, lo quieres apartar de tu vida pero lo quieres apartar porque sabes que sigues sintiendo algo por él, quizá más fuerte que lo que sientes por Sebastián — tiene razón, decía mi mente.

Estaba enojada, enojada con Edson por decirme la verdad.

— ¿Quién dijo eso?, no tienes derecho a reclamarme nada Edson — gruño yéndome de ahí,  en busca de MI novio.

— Ambos son mis amigos.

Lo miro una vez más, me doy media vuelta dejándolo solo.

Voy en busca de Sebastián tenía que estar en el estacionamiento con su auto, es lo que solemos hacer en los descansos junto a los chicos o solos, estar sentados encima de su auto mientras comentábamos de nuestras conversaciones de madrugada que eran... escasas.

Giro para entrar al estacionamiento, paro de caminar al verlo, esto no podía estar pasando.

Ayer después de haber "abrazado" a el chico que fue mi mejor amigo me retire a mis clases, hoy al regresar según mis amigos habían terminado con Sebastián y ahora él estaba prácticamente follando a Ivanna encima de su auto.

Un nudo en mi garganta se forma.

Cuánto había experimentado con él... todo, absolutamente todo, le había entregado mis madrugadas, sabía que él siempre estaría para mí, las veces que me sentía triste él hacía que nada más importara más que nosotros, había apoyado mis sueños, él... él se había convertido en algo tan jodidamente especial para mí. 

— Es inevitable que todo lo bueno llegue a su fin — susurro y me encojo de hombros acercándome a ellos, Sebastián me mira asustado, sabía que lo había descubierto — Pueden proseguir.

Me giro en mis talones para salir de la escuela, no pensaba regresar a recibir clases sabiendo que todos me miraban mal, sabía que todos habían visto la escena de Sebastián e Ivanna y yo  no iba a hacer su burla.

Narrador Omnisciente

Le dolía saber eso de él, no quería que ningún chico atravesara sus pensamientos, aunque no podía, Sebastián Córdova se le había metiendo en el alma, cuando menos pensó, se había enamorado, pero lo  que le jodia aún más, era que aquél chico que  no podía desaparecer de su vida.

Quería sacarlos a ambos de su vida, no quería llorar más, no quería caer en el mismo suelo, haciéndose más cicatrices, cuando sabía que ambos se habían convertido en alguien muy importante para su vida.

Jamás pensó que el regreso del que había sido su mejor amigo, causaría tanto revuelvo en la relación de ella y Sebastián, de hecho pensó que se volverían mucho más unidos, y Sebastián con el terror de que ella se  separara de su lado, cuándo  había sido él mismo.

Emma

— ¿Tan pronto en casa, cariño? —  asiento mientras dejaba mi bolso en el recibidor — Emma, ire con la familia Lainez, ellos regresaron ayer por la tarde, supongo que lo sabes, me llevo muy bien con Mary e ire ayudarla con su casa ¿Te molestaría?

— Para nada mamá, saluda al señor Mauro y a la señora Mary de mi parte y diles que luego iré a visitarlos —  ella asiente viéndome raro, estaba por terminar de subir las escaleras cuando regreso — Y Sebastián no vendrá más a casa mamá, asique empieza a quitar ese cariño que le tenías

Mamá me mira asutada mientras se acerca a mi, toma mi rostro en sus manos para quitar una lagrima que  empezaba a salir.

— Te quiero mucho mucho más a ti, amor, descansa y luego hablaremos de eso ¿De acuerdo? Tal vez Mauro y Diego vengan — niego rápidamente.

— Tampoco lo quiero a Diego acá —  mamá suspira — Te amo — ella me abraza mucho más fuerte, extrañaba algo así de parte de mi madre.

( . . . )

Intente volver a cerrar la puerta, pero él se interpuso, niego mientras me separo de él, lo quiera fuera de mi casa y de mi vida.

— Es imposible saber si después de esto todavía podríamos ser amigos — dice mientras intenta tomar mis manos.

— Sé que estás diciendo que no quieres lastimarme y talvez deberías de mostrar un poco de... piedad — digo mientras quitaba lágrimas, estaba en pijama y justamente a las nueve de la noche a Sebastián se le ocurre llegar a mi casa — Por la forma en que me miras sé que no viniste a disculparte.

— ¿Por qué estas usando esto para salir de mi vida? — grita desesperado — A pesar de que esto terminó deberías de quedarte esta noche si mañana no serás mía ¿Me darías un último momento? Cariño déjame amarte, adiós.

Niego

— Es inevitable, como juntos tuvimos el mundo entero en nuestras manos.

— Es inexplicable el amor que solo nosotros pudimos entender — empiezo a llorar mientras siento que él me envuelve en sus brazos.

—Sé que no hay nada que pueda hacer para cambiarlo — digo en un susurro— Pero ¿Esto es algo qué podríamos negociar?

Sollozo mientras me separa de él lentamente.

— Mi corazón ya se está rompiendo.

— Cariño, continua, gira el cuchillo... mátame, dime a la cara que ya no me amas — dice mientras toma mi rostro, niego — Por favor, una vez más el sabor de tus labios para hacerme regresar a los lugares en los que hemos estado y las noches que hemos tenido porque si esto es el final... al menos podríamos terminarlo  correctamente — susurra contra mis labios y  lentamente los une.

Y no me niego, quería despedirme de él, lo había amado mucho, y le agradecía tantas cosas que él me había brindado.

— Sebastián... debes irte.

Él asiente separándose de mi, suspira mientras me abraza por última vez.

— Cuídate cariño, te quiero mucho.

Cierro la puerta, había sacado a uno de mi vida pero: ¿Lainez estaría dispuesto a salir de mi de una vez por todas?. 

Penúltimo Capítulo...   ):

AM | diego lainez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora