Quédate conmigo (AU)

1-AZULES COMO EL MAR

Hola!!!! Os dejo el primer capítulo de una nueva historia para saber si os gusta. Si os gusta, iré alternando la actualización de esta con la de "No juzgues lo que no ves" a la que ya no le quedarán muchos capítulos (creo, todo puede pasar, jajaja)

Como os gustó lo de esa pequeña frase al principio de cada capítulo, he decidido hacer lo mismo en esta.

Como siempre, espero vuestros votos, opiniones, teorías.... No os corteis, sin miedo. Ya sabeis que me encanta leerlas y a veces, hasta me dais ideas. Así que... No importa lo largo que sea lo que quereis escribir. Sólo... Hacedlo.

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"No quiero que la envenenes con mentiras. Lárgate."

LENA

2 de Marzo de 2015

Llevaba una semana en esta universidad. Había tenido que cambiarme porque mi padre había decidido trasladar la sede de su empresa de Metrópolis a National City. Y, quisiera o no, tenía que ir con él, aunque el curso ya estuviera a más de la mitad.

La gente me miraba mal por los pasillos, y no había conseguido hablar con nadie desde que llegué. Bueno, tampoco me importaba. Sabía lo que pensaban de mí. Mi familia no es que fuese demasiado querida. En ninguna parte.

Como cada tarde, al acabar las clases, me dirigí a las pistas de atletismo. Me gustaba estar allí. Los chicos del equipo de fútbol entrenaban, los chicos y chicas de atletismo también...

De pronto la vi, allí estaba ella. Una chica rubia. Me llamó la atención desde el primer día, porque siempre solía correr sola varias vueltas antes de unirse a los demás. La vi calentando y prepararse para dar la primera vuelta a la pista. El entrenador solía correr siempre cerca de ella. Parecía darle instrucciones de algo. Aunque entre los gritos de las animadoras, los del equipo de fútbol, y la gente que estaba sentada en las gradas, no podía entenderle bien.

La chica era rápida, y parecía no prestar atención a otra cosa que no fuera la pista y su entrenador. Concentrada.

Pero algo pasó. Me distraje sólo un segundo para mirar la hora en mi móvil cuando la vi a ella en el suelo. Todo el mundo se quedó callado de golpe, mirando. El capitán del equipo de fútbol corrió hasta ella, ayudándola a levantarse. Me acerqué un poco más. Quería saber qué estaba pasando.

-William: ¿Estás bien, Kara?

-Kara: Sí... No ha sido nada.

-William: ¿Segura?

-Kara: Sí... - dijo mientras el entrenador se acercaba a ella. Parecía cojear. La ayudó a sentarse en un banco mientras miraba su pie.

-William: ¡¿Eres idiota?! – gritó, dirigiéndose a otro de los jugadores.

-Chico: ¡Lo siento, William, no fue mi intención!

-William: ¡Me da igual! ¡Se ha hecho daño por tu culpa!

-Kara: ¡Will, déjale, no pasa nada! Estoy bien. – dijo, haciendo un gesto de dolor mientras el entrenador seguía revisando su pie.

-William: ¿Segura? – preguntó acercándose y mirando al entrenador - ¿Puede correr?

-Entrenador: Me temo que no... Tendrá que estar unos días sin hacerlo.

El tal William se agachó frente a ella y acarició su rostro con suavidad.