DEVON

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"Moonriver nacemos, moonriver morimos. Caminaremos siguiendo nuestro destino hasta unirnos con el polvo de la tierra".

Oculto entre las sombras, Devon sonrió al recordar las palabras de Dylan. Olvidó lecciones importantes, pero luego de conocer el sabor amargo de la pérdida y el peso de la culpa de pronto las recordó. Estuvo enceguecido por su propia arrogancia, y pagó precio muy alto por cada una de sus malas decisiones.

Su mente estaba limpia y sus pensamientos circulaban de una forma clara.

"¿Recuerdas qué dijo Luna? ¿Qué dijo Sol?" Preguntó Dylan y Devon recordó algunas profecías, pero mientras escapaba junto a Gry, tuvo tiempo para recordar con exactitud cada sensación y palabra.

Cuando él y Dylan cumplieron doce años, su padre, Eogan los llevó a la isla.

No quedaba nada en la isla Moonriver, estaba vacía y maldita. Eogan los obligó a caminar por la playa y luego entraron en una caverna, siguiendo un camino resbaladizo y estrecho.

Devon vio los huesos blanqueados, amontonados en los rincones, pudriéndose. Eogan les explicó que esos fueron los últimos. Masacrados durante el exterminio de su raza. Acorralados como cachorros asustados en la entrada al santuario cuando intentaron escapar. No dejaron vivo a ninguno, ni siquiera a los niños.

Devon sintió escalofrío al ver las osamentas, el olor particular de la descomposición se quedó grabado en su olfato como parte del repertorio que su cerebro llamaría: "Los olores de la muerte". Siguió el camino indicado por su padre y salió de la caverna.

Había un claro y en el centro dos pilares de piedra cubiertos de maleza.

Eogan les pidió que se desnudaran, pues aquel era suelo sagrado para los Moonriver, luego los agarró de la mano y caminaron hasta quedar cerca de los pilares.

Sol y Luna. Los dos primeros ancestros Moonriver, fueron dos hermanos gemelos que adoraron a la diosa.

Y la diosa les otorgó el don de convertirse en lobos para aullar cada noche.

Para que no estuvieran solos, la Diosa permitió que el hermano Luna pudiera concebir y le otorgó el beso del omega.

Por eso los omegas Moonriver se consideran superiores al resto de los hombres lobo, para su raza, poder unirse a la naturaleza mediante la criatura y concebir sus propios hijos sin depender de mujeres fue una bendición, un regalo, mientras las otras razas lycan se desprecian llamándose "malditos".

Devon y Dylan se arrodillaron frente a su respectivo pilar. Dylan, un alfa dominante tomó la posición frente a Sol, Devon como compañero omega miró el monolito de Luna para rendirle culto.

Eogan les explicó cada parte del ritual, cada ingrediente para el caldo vital y las fechas en que es posible conectar con los Padres, pidió a Devon que repitiera una y otra vez sus enseñanzas, pues sería responsable de transmitir este conocimiento a sus hijos.

Dylan y Devon bebieron el caldo, y se sentaron bajo la sombra del monolito en posición de meditación. Eogan se marchó.

Al comienzo Devon estuvo tonteando, pensando que todo eran patrañas y burlándose del ritual. Dylan no prestó atención a sus comentarios, pero de vez en cuando le dirigía miradas enojadas. Devon bostezó, y luego se quedó dormido lentamente.

Y cuando despertó había dos lobos. Uno negro como la noche, otro blanco como la nieve. Sol y Luna.

Además de la profecía que Sol mencionó. Luna lo mordió en la mejilla derecha.

"Lobo menguante. El que marca el final del ciclo, necesario para el nuevo comienzo".

Devon pensó que Luna era un lobo amargado, disfrutaba mordiendo a los niños y además tenía un carácter de mierda. No solo lo mordió también lo escupió y lo llamó imprudente.

LUNA MENGUANTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora