JACE

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Jace mantuvo las manos en los bolsillos de la pesada parca y caminó adentrándose cada vez más en el barrio al otro lado de las afueras de Winterhill, el territorio de los Graham. Miró la hilera de casas a cada lado de la acera, el resto apenas era visibible debido a la capa espesa de niebla envolviendo los alrededores.

Hace mucho tiempo que pisó esa calle, buscando el calor y consuelo de Frank, aventurándose en territorio enemigo como un loco suicida, pero ahora, esos acontecimientos eran un lejano recuerdo.

Jace sacudió la cabeza y continuó caminando, con Dulce y Karl a su lado.

Vio la cinta policial. Hellen Correa y su equipo ya estaban en el lugar. Jace no tuvo que olfatear el aire para darse cuenta que todos ellos eran cambiaformas y que estaban llevándose toda la evidencia de la masacre.

Adriett, el compañero de Hellen se acercó a él y saludó ofreciéndole un cigarrillo.

―Eliminaron a todos, no quedó nadie.

―La hija de Graham, Rachel, sobrevivió. ―Indicó Jace, dejando al coyote con la boca abierta―. Está con los míos, decidí acogerla mientras está en condiciones de tomar decisiones.

El panorama desolador hizo que su corazón se apretara un poco. Agradeció haber dejado a Frank en casa, estaba convencido que si viera lo que había ocurrido con sus amigos y conocidos se rompería. Dio un paso hacia Hellen quien seguía ladrando órdenes a su equipo.

Arrugó la nariz cuando el aroma de Butch le golpeó en las narices. Tuvo la inmediata necesidad de buscarlo con la mirada, hasta que lo encontró recostado conta el coche de Curtis. Jace frunció el entrecejo, no le gustaba la presencia de ese tipo en el lugar.

―Butch Walton es un dolor en el culo. ―Se quejó Adriett―. Es un carroñero.

―En cuanto lo vi, lo reconocí como uno de los cazadores de alguna liga anticambiantes.

―Es un engendro solitario... . ―Adriett levantó las cejas mirando a Jace―. Estaba con los exterminadores, pero escuché que la cagó en grande y ahora trabaja por su cuenta. Sus métodos son algo...

―Crueles. No hay necesidad de describir su basura. Puedo oler la sangre vieja en sus prendas. ¿Hay manera de quitarnos de encima su presencia?

―¿Matarlo es una opción? ―preguntó el coyote levantando los hombros.

Jace se encogió de hombros. No quería enfrentamientos con el cazador, podría atraer a otros de su calaña, pero si el tipo se metía con algún miembro de la manada, sin duda lo destajaría.

Escucharon el sonido de un helicóptero. Dulce y Karl levantaron la mirada. Jace evitó mostrar emociones en su rostro y continuó caminando hacia Hellen como si nada. No necesitaba mirar el artefacto para saber que el hermano mayor de Graham acababa de llegar.

Jace levantó los hombros como si quisiera protegerse de la ventisca y la nieve que se desparramó cerca de ellos a medida que el helicóptero decendía. Por un momento la envidia se apoderó de sus pensamientos. El hermano mayor de Graham era considerado uno de los grandes alfas del país, había escuchado que su éxito controlando a sus licantrópos lo llevó a cosechar una fortuna.

Lo vio un par de veces en el pasado, cuando intentó comprar a Selene como si fuera un objeto con el fin de unificar las manadas, por fortuna para los Rothwyn sus avances nunca prosperaron.

Se ubicó junto a Hellen para ver al licántropo bajar del helicóptero, seguía siendo alto y corpulento, aunque a Jace le pareció menos intimidante que la última vez que se miraron a la cara. Vestía traje negro a la medida bajo un abrigo de pieles que a Jace le pareció excesivo y que hacía juego con los caros zapatos importados que no tenían nada que ver con el lugar en el que estaba.

LUNA MENGUANTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora