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Narra 5 (2)

Después de que Luther se haya enterado de que papá lo mandó a la luna por nada y que ocho intentara consolarlo, que por cierto, fue la primera vez que ví a Ocho tan cuidadosa con alguien. Luther se había ido y ahora estaba sentado en la sala junto con Ocho. Estábamos en silencio y era un poco incómodo.

Allison y Diego entraron con Cinco en brazos, de inmediato ambos nos pusimos de pie, miré a Ocho quién miraba a los recién llegados con el seño fruncido.

-Qué le pasó? -pregunté.

-Tenemos que llevarlo a un hospital -dijo Allison.

-No -le dije rápido.

-Y por qué no?

-Un niño con una herida de bala levantaría sospechas.

-Si, al igual que el altar homicida en el ático de Harold Jenkins. -habló Allison con ironía.

-Qué? -habló Ocho.

-Se lo explicaremos después. -habló Diego.

-Sigue perdiendo mucha sangre, que hacemos? -preguntó Allison preocupada.

-Déjenme ver. -habló Ocho acercándose a nosotros, levantó la camisa de Cinco y luego se fue.

-Oye, a dónde vas? -le pregunté.

No me contestó y la perdí de vista, volví a mirar a Cinco y luego ví su herida, Diego también se fue.

-Diego, a dónde vas? -le preguntó Allison.

-De acuerdo, hay que llevarlo a su habitación, mamá lo revisará -nos dijo Ocho llegando.

Allison y yo lo cargamos y lo llevamos a nuestra habitación, lo recostamos en su cama y mamá entro junto con Ocho con cosas en las manos. Ocho las dejó en la mesita de noche y salió de la habitación sin decir nada, la seguí.

-Oye Ocho -la detuve- A dónde vas?

-No te importa -siguió su camino.

-Por qué estás así? -me miró quedándose callada- Que pasa?

-Voy con Luther.

-Voy contigo.

-No -comenzó a caminar bajando las escaleras.

-No te preguntaba -la seguí.

Salió de la casa cerrando la puerta en mi cara. Rodé los ojos volviendo la a abrir para empezarla a seguir en la calle.

-No te desarás de mi. -rodó los ojos sin mirarme- A dónde vamos? -no contestó- No me hablaras? -nos quedamos en silencio- Sabes, no puedes vivir todo lo que resta de tu existencia ignorando a las personas.

-Si por dos días más -me dijo.

-Lo resolveré.

-Si pues, no veo que lo intentes.

Era cierto, no tenía lo suficiente para detener el apocalipsis. Me quedé callado. Seguimos caminando hacia no sé dónde, yo sólo la seguía. El silencio no era incómodo, pero tampoco era el más cómodo.

-Klaus? -susurró. La miré frunciendo el seño, se dirigió rápido hacia la dirección en la que veía, la seguí y pude ver a Klaus con Luther, quién al parecer iba borracho?- Oye! Que Mierda?

-Oh hola... -habló Klaus.

-Ocho! -Luther se abalanzó a ella.

-Quitate -lo miró- Ahora.

-Eso no te.... -Ocho le dió un rodillaso en su entre pierna haciendo que se quitara- Auch..

-Qué fue lo que pasó? -le pregunté.

 𝑮𝒆𝒎𝒆𝒍𝒐𝒔 𝐻𝑎𝑟𝑔𝑟𝑒𝑒𝑣𝑒𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora