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Narra 5 (2)

-Ahggg mierda... -me quejé al sentir todo mi peso caer- Aohh! -y luego al sentir otro peso caer en mi espalda. Al instante empujé el cuerpo de la persona culpable del ahora dolor de espalda que se hacía presente.

-Ahg. -se quejó.

Al instante me puse de pie en casi un brinco y mire alrededor.

-Dónde..? Cinco? -después de no ver nada que dirá señales de alguno miré a la persona que cayó arriba de mi y que aún estaba tirada en el suelo quejándose.

-Eres puro hueso.. -dijo empezando parándose- Ah ...eres tú. -después de darme un escaneo quitó su mirada- Y los demás?

Ocho caminó hacia la calle que daba al final del callejón así que no me molesté en responderle. Miré al otro lado, una puerta, una sola que daba hacia el interior de un edificio, apartamentos supongo. Al mirar de nuevo hacia la calle Ocho ya no se encontraba.

Estábamos, o mejor dicho, estaba en un callejón que no sabía en dónde quedaba y tampoco sabíamos la fecha, así que ,sí, estábamos perdidos. Y aunque no quisiera ir con ella, sabía que mis hermanos podrían estar perdidos por todo el mundo así que lo más inteligente sería ir a buscarla y mantenernos juntos hasta encontrar a los demás.

Así que después de dar un fuerte suspiro salí del callejón, miré a la derecha, personas caminando y carros traficando pero algo me llamó la atención. La ropa y los automóviles. Eran antiguos, entonces podríamos estar en los 90's o 2000's. Lado izquierdo una niña hablando con una familia. Qué es lo que hacía?

-Disculpen.. -tomé a Ocho del brazo y la jale un poco, sin ser un toque agresivo.

-Espera. -soltó su brazo de un jalón un tanto molesta- Entonces? -miró atenta al señor de la familia.

-Amm si. -miró su reloj- Son las 4:45 p.m.

-Ajá... -le hizo un ademán para que continuara.

-Es 17 de noviembre.

-Año?

-1963 -habló la señora de a su lado. Ocho volteó su mirada lentamente hacia mi. Y ahora es cuando puedo decir que si en vez de ojos tuviera pistolas ya estuviera atravesado por más de 50 balas. Volvió su mirada a la familia.

-Gracias. -les dió una amable sonrisa para luego irse lo más rápido que pudo.

1963. 1963? Cómo por qué mierda? Aver, el plan de último minuto de Cinco fue imprevisto, por lo cuál obviamente no pudimos visualizarlo de la forma correcta, aparte de que no nos pusimos de acuerdo para poder llegar a un mismo lugar de tiempo.

Seguí a Ocho y la tomé del brazo haciéndole voltear. Estábamos en la banqueta y las personas que pasaban nos veían raro.

-A dónde crees que vas? -le pregunté de golpe. Sin mirarme y con antipatía dijo:

-No vuelvas a tocarme así -miré mi mano en su brazo y la solté de golpe. Desvíe mi mirada- Está oscureciendo y no pienso dormir en la calle, así que si no te importa me largo. -dijo por último.

Carajo. Es que si era verdad necesitábamos un lugar para dormir. Solté una sonrisa y caminé hacia ella y le dije por detrás.

-Y cómo piensas conseguir el lugar sin dinero? -le pregunté. No me contestó, y la verdad no era de esperarse.

Talvez quería que no la siguiera, pero como a ella le vale, por qué a mí no? Así que la seguí.

Caminaba muy segura y parecía segura de ir a una dirección exacta. Aún no sabía el como iba a conseguir el dinero y ya habíamos caminado por unas 7 cuadras, si supiera a dónde iba yo ya estuviera ahí. Después de un rato más de caminar y que el sol ya no se viera llegamos a un edificio. Nos paramos justo enfrente de las puertas principales. Miré hacia arriba el edificio se veía alto, muy alto y se veía algo moderno para la época. Ocho entró segura al lugar, después y un poco dudoso la seguí, se acercó a la recepción y el muchacho la miro.

-Le puedo ayudar en algo, señorita?

-Llegue está mañana -el tipo asintió- Y me preguntaba en dónde es que está el restaurante.

-Si, está por esa puerta -apuntó a una que estaba al fondo era grande y era doble- Entras y luego hacia la derecha. -le sonrió.

-Gracias. -le devolvió la sonrisa y se retiró.

-Te puedo ayudar en algo? -me preguntó mirando una lista que tenía en el escritorio. Cómo se ve el trato hacia el tipo de persona. Le dí una mala mirada y me dirigí hacia Ocho.

Ésta entró rápidamente al elevador y antes de que pudiera entrar las puertas se cerraron y ni siquiera me miró, rodé los ojos y me transporte adentro antes de que empezara a subir. Dentro ambos guardamos silencio y al menos para mí era incómodo pero ya estaba acostumbrado. Las puertas se abrieron y Ocho camino conmigo detrás hasta la puerta del fondo y se puso frente a ella.

-Es tu turno. -dijo con el tono seco que tanto resaltaba en ella.

-Es mi turno de qué?

-Solo teletransportate adentro y abre la puerta. -dijo sin mirarme.

-Y en dónde quedó la educación?

-Bueno, también puedo abrirla de una patada.

-Te quiero ver. -me cruce de brazos mirándola más atento. Me miró.

-No dormirás aquí. -se alejó un poco y visualizo la puerta. Justo en el momento en el que empezó a avanzar con rapidez para darle la patada de un movimiento rápido y ágil me teletransporté y abrí la puerta, unos segundos después ella entro con la tranquilidad que la caracterizaba- Que iluso. -fruncí el seño. Qué estúpido. Se dirigió a las camas y se acostó en la que estaba al lado de la ventana.

La miré, estaba boca arriba y se veía casi muerta. Deje de estar parado como idiota y me dirigí a la gran ventana corrediza que daba hacia una pequeña y larga terraza. La vista era... bueno podía estar peor, el aire golpeaba y desde ahí se podía ver a las personas caminando y las luces de la ciudad empezando a encenderse mientras el sol se apagaba. Después de dar unos respiros entre de nuevo con la mentalidad de que Ocho siguiera muerta en la cama, pero no, simplemente no estaba, me dirigí a la puerta del baño que después de unos golpecitos abrí dejando ver qué estaba vacío.

Es correcto, se había ido, a dónde? no lo sé, por qué? tampoco lo sé, pero puedo decir que regresará, si no para que consiguió la habitación?

Decidí esperarla porque aunque ahora intentaba no ilusionarme más y olvidarla aún me preocupaba, y es que, a dónde fué? Me senté en la orilla de la cama viendo mi reflejo en la televisión frente a mi.

 𝑮𝒆𝒎𝒆𝒍𝒐𝒔 𝐻𝑎𝑟𝑔𝑟𝑒𝑒𝑣𝑒𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora