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Narra 5 (2)

-Es tiempo de avanzar. -le dije.

-Ni loco. -dijo viendo las armas en la barra, tomé una de ellas.

-Me da igual -le dije por último para después desaparecer.

Quería ir a ver y escuchar a Ocho a su trabajo así que me teletransporté ahí. Estaba en la barra junto con el chico que según mi recuerdo hacía llamarse James. Me senté en una mesa alejada sin quitarle la mirada de encima. Ví como Ocho se pasó del otro lado de la barra y el chico le susurró algo en el oído. Su mirada empezó a buscar algo entre las mesas y luego se posó en mi, la miré sin sonreír y luego volvió a dirigir su mirada al chico. James tomó su mano y la dirigió a no sé dónde. Miré el pequeño centro de mesa con el seño fruncido.

He de admitir que los celos me estaban consumiendo rápidamente. A dónde la llevó? Y por qué ella no se negó? Después de unos minutos empecé a escuchar la melodía del piano. No quise levantar la mirada, solo no quería verla y sentirme ignorado como siempre. Sentía una mirada penetrante, voltee en busca de ella encontrandome con su mirada puesta en mi. No quería molestarla más así que quité la mirada y un poco inseguro me dirigí a la salida, pero él hizo que me detuviera.

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Narra 5 (1)
{minutos antes}

Después de terminar de hablar con Diego, decidí ir a dejar a dolores a dónde pertenecía. La puse en una mochila y me dirigí a la tienda de ropa, caminé a una exhibición de maniquíes y la puse en medio de la mesa.

-Debe ser lindo volver. -iba a parecer un estúpido hablando con un maniquí pero era algo que iba a hacer- Está bien, puedes decirlo. Hacemos una extraña pareja, en la cual yo soy el único parlanchín. Es estúpido pero fue estupendo, sin contar que Cinco también estuvo ahí. Esto no es fácil para mí, Dolores, y quiero agradecer cada minuto que pase contigo, en los cuales solo me escuchabas más que nadie sin criticarme. Toda una vida. Y miranos ahora, con suerte tendremos una segunda. -recordé a mis hermanos- Aún me falta mucho por crecer. -solté una pequeña sonrisa- Nunca te olvidaré, Dolores. -dios! Qué estúpido.

Suspiré, agarré la mochila y me dirigí a la salida, sin antes decirle a una trabajadora, la que me miró raro, que le pusiera ropa nueva con lentejuelas.

Me dirigí a la academia en busca de Luther. Ahora que todo está más relajado quería escuchar a Ocho tocar el piano, así que recurrí a la ayuda de Luther.

-Luther?! -pregunté alzando la voz al entrar a la academia. Obvio nadie me contestó.

Me dirigí a su cuarto y nada. Al pasar de nuevo por el pasillo de las habitaciones pude verlo sentado en una silla viendo a Allison en el cuarto de la última. Toqué la puerta entrando, ambos me miraron.

-Quiero preguntarte algo -le dije, el asintió dandome a entender que siguiera- En donde es que trabaja Ocho?

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Narra 5 (2)
{Tiempo actual}

-Qué haces aquí? -me preguntó. No le contesté- Bueno, vas a entrar? -apuntó hacia adentro, negué con la cabeza en un movimiento lento- De acuerdo, me dejas pasar? -me dí cuenta de que estaba justo en la entrada.

-Qué haces aquí? -le pregunté de vuelta.

-Vengo a ver a Ocho. -sonrío- Qué pasó adentro? Por qué esa cara de amargetas más marcada?

-No te interesa. -voltee a la ventana en la cual pude apreciar a Ocho tocar.

-Se ve hermosa, no es así? -me dijo viendola. Obvio que era hermosa. Pero me arruinó la noche- Si me dejas o no? -solo lo miré serio. Se transportó adentro a una mesa de las del fondo que podía verse desde afuera. Solté un bufido un poco cabreado. Es que, ese maldito, quién se cree que es? Lo miré molesto viendo cómo sonreía mientras atendía a las personas.

 𝑮𝒆𝒎𝒆𝒍𝒐𝒔 𝐻𝑎𝑟𝑔𝑟𝑒𝑒𝑣𝑒𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora