𝑮𝒆𝒎𝒆𝒍𝒐𝒔 𝐻𝑎𝑟𝑔𝑟𝑒𝑒𝑣𝑒𝑠

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Narra 5 (1)

-Odio decir esto pero, nos tenemos que preparar. -habló Luther primero.

-Para qué?

-Para detener a Vanya como sea. -continúo recibiendo un golpe por parte de Allison- Quizá no haya opción, Allison.

-Mentira. -habló Diego- Opciones hay siempre.

-Cómo cuáles? -le pregunté.

-No sé.

-Mas haya de lo que decidamos, hay que encontrarla y rápido. Podría estar en cualquier parte.

-O aquí. -habló Klaus al lado de Ocho apuntando el periódico que tenía en manos- Miren. -todos nos acercamos a ver la noticia, menos Cinco.

-Es verdad, el concierto es esta noche.

-Hola. -habló alguien llegando, todos la miramos, era una trabajadora- Odio interrumpirlos, pero el encargado dice que si no van a jugar tienen que irse. -nos dijo con una sonrisa antes de irse.

-A quién le toca? -pregunté.

Luther tomó una bola de boliche y la lanzó viendo fijamente al encargado, asombrosamente hizo tirar todos los pinos.

Luego Allison señaló en su libreta, que le habían dado por no poder hablar, "Ella es nuestra hermana".

-Solo nosotros podemos parar esto. Se lo debemos a papá. -habló de nuevo Luther.

-A quién? -interrumpió Diego- No, ya me canse de....

-El sacrificio su vida para volver a unirnos. -Luther también lo interrumpió.

-Estoy de acuerdo con Luther -hablé- No hay que dejar que Vanya se defienda. Hay millones de vidas en juego, no podemos salvar a una sola.

-Oigan chicos, talvez pueda ayudar. -habló Klaus.

-Este no es el momento.

-No, déjalo hablar. -le dijo Diego- Hoy me salvó la vida. -Klaus se puso de pie.

-Es cierto?

-Si, si, yo me llevé el crédito. Pero el verdadero héroe..... fue Ben. -nos quedamos en silencio- Hoy, escuchen, hoy el me dió un golpe en la cara. Y en la casa, fue el quién le salvó la vida a Diego, no fuí yo.

-No puedo creer que hagas esto Klaus. -le dijo Luther.

-Qué, quieren pruebas? Es eso? Bueno -tomó una bola de boliche- les daré pruebas. Okey... Muestrales hermano. Atrápalo. -la lanzó. Y antes de que golpeara a Ocho la hice más a mi lado tomándola de los hombros. La bola cayó al suelo. Ocho suspiró y yo quite la fuerza de mi mano haciendo que cayera a su cintura, luego de unos segundos Ocho me miró y quite la mano de inmediato.

-Puedes silenciar esa voz en tu cabeza que te pide a gritos ser el centro de atención? -le reclamó Luther.

-Me caías mucho mejor cuando eras virgen. -pronunció. Todos los observamos. Ocho con una pequeña y casi invisible sonrisa burlona se recargo acomodándose en su asiento- Aunque lo que pasó no fue su culpa, -dijo empezando a intentar arreglarlo, aunque todos sabíamos que iba a empeorarlo- estaba ridículamente drogado, verdad? Y la chica pensó que era un peluche...

-Ya basta! -lo detuvo.

-Okey...

Allison se volteó con intenciones de irse.

-No te vayas Allison -le dijo Luther siguiéndola.

-Disculpen! Disculpen, es el cumpleaños de mi hijo Kenny -llegó una señora- Ammm no prefieren que sus hijos juegue con niños de su edad -miré a Cinco y Ocho quienes tenían el seño fruncido- Si sus dos papás los dejan.