Wen Ning

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Todos estaban esperando la siguiente prueba de los reyes, ya muchos querían que saliera un ganador y más la reina. Pero todo se vio interrumpido por un sirviente que vino corriendo como si su vida dependiera de ello

-¡Malas noticias!-grito desesperado-¡Los párpados de la princesa se están tornando azules y sus manos ya están heladas!-

La reina sin más se levantó y corrió hacia el cuarto de su hija, el rey y sus cuñados también fueron con ella, no querían perder a su hija no aún, debían hacer lo posible por salvarla. Los demás fueron hacia la princesa y vieron que su rostro estaba más pálido y los párpados se volvían azules lentamente.

-¡Que alguien la salvé!-grito la reina desesperado-¡Por favor, mi niña!-

Wen Qing instó a su hermano a hacerlo.

-A-Ning, es momento que hagas lo mejor por esta familia-le dijo-tú puedes despertarla-

El joven estaba nervioso pero acepto, quería salvar a la princesa. Con mucho cuidado fue hacia dónde estaba ella y le pidió permiso al rey con la mirada. El rey solo asintió y Wen Ning tomó a la chica con mucho cuidado y tras una leve mirada inclinó la cabeza y la beso, fue un beso puro y casto, se separó sintiendo como alguien respiraba contra él, na respiración cálida. Observó que la respiración era de la princesa, quien había despertado y su primera visión fue la del joven Wen.

Wei Ying solo despertó y vio a un joven que la sostenía en su regazo.

-Que...paso-dijo suavemente, tanto tiempo sin usar su voz y era tan extraño.

-¡Hija mía!-su madre se acercó a abrazarla-estuviste todo este tiempo dormida bajo el hechizo de esa bruja, ahora este joven ha salvado tu vida-La joven solo observó a su madre y después al Wen para después sonreírle en agradecimiento.

-Gracias, mi salvador-

-N-No es nada, princesa-Dijo muy tímido.

El rey estaba encantado de ver a su hija despierta y Wen Qing estaba orgullosa de su hermano por haber despertado a la princesa. Todos estaban contentos, la princesa por fin había despertado. Obviamente el rey aceptaría el cortejo de su hija, Wen Ning era alguien respetable y sabía que era buen chico.

Wen Qing estaba encantada con ello. La princesa resultaba ser muy tímida ante algo como el cortejo y Wen Ning era realmente dulce con ella, le tenia mucho respeto, nunca se sobrepasaba.

Los reyes estaban complacidos con ello y creían que el Wen sería ideal para su hija y vaya que lo era, la trataba como merecia y mucho más. Wen Qing se aseguraba de aconsejar a su hermano y ver qué todo estuviera bien, quería que la princesa realmente amará a su hermanito.

Y asi, fue con el tiempo su amor florecio, ql igual que la princesa, se veia con más vida.

Wen Ning siempre fue dulce con la princesa y le ayudaba a adaptarse a tener una vida nuevamente. Muy pronto se anunció el compromiso de la joven pareja.

Wen Qing se sentia feliz por su hermanito, por fin seria feliz. La emoción le ganó cuando se enteró que el compromiso de había anunciado y vaya que participó en la organización de la boda, todo debía ser perfecto para el gran día.

Wen Ning estaba nervioso por la famosa noche de bodas, sabía que debía ocurrir pero estaba nervioso y su futura esposa igual, ninguno de los dos conocia sobre esos temas, eran muy inocentes, demasiado para ser cierto. Wen Qing tuvo que darles una pequeña charla sobre esa noche y lo que debían hacer.

La pareja quedó roja y avergonzada al oír lo que debían hacer, pasaron varios dias que no podian verse a la cara por la vergüenza. Por suerte los preparativos para la boda los mantuvieron ocupados. Muy pronto llegó el gran día y ambos jóvenes estaban emocionados y nerviosos por lo que vendría para ellos.

Wen Ning estaba demasiado nervioso esperando en el altar. Wei Ying llegó acompañada de su padre, el velo cubría su rostro pero estaba nerviosa. Su futuro marido quedo embobado, se veia hermosa.

La ceremonia fue un lindo asunto y luego vino el banquete, antes de fin de este Wei Ying fue llevada a la recámara nupcial. Wen Ning sabía lo que venía a continuación y solo quería que Wei Ying disfrutará de ese momento, se dirigio de forma nerviosa hasta allá.

Cuando llego su esposa estaba sentada en la cama. Con los nervios a flor de piel le retiró el velo del rostro y observo fascinado el maquillaje que usaba.

-Ya somos esposos A-Ning-dijo ella nerviosa.

-A-Asi es, A-Ying-le dijo con una sonrisa. La chica estaba sonrojada y esperando a que si esposo hiciera algo.

-¿P-Puedo?-dijo nervioso.

-Si-Se acerco y le dio un suave beso.

Ella se sonrojo y correspondió al beso con timidez. El beso fue más intenso y apasionado.

Comenzo a quitarle su vestido con cuidado y tambien sus adornos, hasta dejarla desvestida. La chica cubrió su pecho por instinto y su cara de tornó roja como una cereza.

-Tú también-dijo tímida.

Le dedico una sonrisa y tambien se desvistio, la cara del Wen también estaba roja y ambos tardaron en acercarse para poder besarse, pero cuando lo hicieron la pasión aumento y el deseo también.

Se sentia como el calor crecia en ambos, el ambiente se puso mas caliente, los toques entre la pareja iniciaron y aumentaron de nivel, hasta Wei Ying suplico para que Wen Ning la hiciera suya de una vez. El Wen estaba nervioso pero muy excitado y con mucho cuidado se introdujo en el interior de la menor.

Los movimientos eran pocos y lentos, pero conforme ambos deseaban más fue que aumento el ritmo y así estuvieron un largo rato hasta que llegaron al orgasmo. Terminaron agotados, bastante para ser cierto, por lo que no tardaron en caer dormidos.

Solo fue cuestión de tiempo para saber si eso había dado frutos o no. A las pocas semanas la princesa estaba embarazada. Fueron al medico y este les dijo que serian padres, que la princesa esperaba un hijo de su esposo.

Todos estaban emocionados por la noticia, había un principe en camino y Wen Qing se aseguró de ir a cuidar a su cuñada, estaba emocionada por ser tía. Pocos meses despues el bebé nacio, lo llamaron Wen Yuan. El bebé era adorable y muy apegado a sus padres, si no estaba con ellos seguramente estaría con sus abuelos o tíos.

Era el bebe mas mimado, amado y protegido por todo el reino, el niño adoraba ser mimado por todo el mundo y más por sus padres. Eran una perfecta familia feliz y no había nada que arruinara su felicidad.

Quiero ser tu caballeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora