Capítulo 6- Apoyo

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Nicolai

Al siguiente día, me levanto de mejor humor, entendiendo que tiene mucho que ver con el acercamiento que tuve ayer con Hope, solo espero que las cosas puedan seguir así y que podamos avanzar como familia. Le pido a Irene que revise los centros de estimulación que nos puedan enviar una persona que nos ayude a domicilio.

Revisando los contactos que envió mi secretaria, pienso que probablemente sería más acertado pedirle estas cosas a Camila, en fin ella tiene más empatía y va a ser madre en un futuro cercano.

Doy vueltas en mi escritorio y me percato que ayer por fin después de tantos meses pude dormir sin pensar en nuestra vida, en lo que podía haber sido, por vez primera estoy empezando a aceptar que ya no estás aquí. Los meses pasados he estado enfocado en mi propia tristeza, que no podía ver que nuestra Hope me necesitaba también.

Ahora mi mente se centra en mi hija y en lo genial que se sintió poderla sostener, si ese fue tu plan, tengo el sentimiento que vamos por buen camino. Escuché el sonido de la puerta y enseguida entró Diana; es un sentimiento extraño que siento por ella, es lo que representa y a la vez no. Angélica y ella son tan diferentes de carácter, aura o como quieran pensar.

—Buenos días Nicolai, ¿algo que quieras decirme? —saluda y yo me concentro en escucharla, no dejo de pensar como alguien que nació y creció con tanta riqueza utilice este tipo de vestimenta tan barata.

—Buenos días, Diana, quedamos de revisar el tema de la estimulación que necesita Hope. Le pedí a mi asistente y me envió los nombres de las mejores que hay. Antes de confirmar con ellos, necesito saber la hora que puedes tú participar. —Me preocupa que no pueda hacerlo solo, es mejor tenerla a ella para que me guíe.

—Nico, la persona más importante eres tú, eres tú quien debe estar acompañándola —explica con tono inseguro, no quiere meterse en nuestra relación; se me viene la idea del compromiso que tenemos ambos con mi difunta esposa.

—Diana, es algo que tenemos que hacer los dos, somos sus guardianes y a falta de Angélica, tú eres lo más cercano a una madre. —Su rostro palidece, su cara se llena de tristeza y supongo que es por mencionar a su hermana.

—Cualquier hora está bien para mí, estoy libre por ahora. —Su reacción me confunde, como alguien tan relajado puede a veces llenarse de tanto dolor y preocupación en poco tiempo.

—Ibas a trabajar en algunas horas específicas. —No quiero interferir, ya es bastante lo que ha hecho en estos meses.

—Hasta ayer tenía trabajo. Te prometo que voy a conseguir algo pronto y salir de tu vista en cuanto pueda.

—No tienes de qué preocuparte, si necesitas algo urgente puedo buscar alguna posición en la compañía, que te permita estar con Hope y buscar tu independencia —Esto es una relación transaccional, ella me ayuda y yo la ayudo.

—¿Harías eso por mí? Estaría increíble —menciona emocionada.

—Claro, pensándolo bien voy a necesitar una asistente, ya que pronto Camila va a tomar su licencia de maternidad. —Con esa excusa puedo mantener una ayuda para mi pequeña y para mí, sin que ella se enfoque en ir a trabajar a otro lado.

—¿Cuándo podría iniciar? —Me mira con esos grandes ojos verdes— No quiero depender de ti.

—Diana, sabes que somos nosotros los que dependemos de ti. —confieso que sin ella no hubiera sido igual, su presencia es la que me ha permitido acercarme a mi hija sin ese miedo en el pecho—. Pienso que puedes comenzar una jornada de medio tiempo con Camila, para que ella empiece a entrenarte y así no dejar a Hope mucho tiempo.

Su sonrisa se abre de oreja a oreja, es como si le estuviera haciendo el mejor favor del mundo.

—Me parece genial, me preocupaba dejarla tanto tiempo sola, pero si podemos hacer eso pienso que Hope estaría mejor.

Camina y se sienta en el sofá, agarró mi tablet y le muestro los centros de estimulación.

—Me parece que podemos adecuar otra habitación para que Hope reciba sus clases, tendríamos que comprar las cosas y para eso necesito que tú te tomes un par de semanas y puedas dejar arreglado todo. ¿Te parece?

—Si, por supuesto. —Voltea a verme y yo me distraigo con su boca. Me levanto e intento pelear con las emociones que se mezclan en mi pecho y en mi corazón.

—Eso es todo Diana, en la tarde me voy a desocupar de unos pendientes. —Saco del cajón una tarjeta de crédito— Úsala para lo que necesiten ambas.

Por un segundo me mira confundida, es como si su cabeza está pensando compulsivamente en mis últimas palabras o en mi cambio de actitud repentino.

—Para lo que necesite tu hija. —Sostiene la tarjeta y camina a la puerta.

—Otra cosa antes de que te vayas, si en la tarde estás desocupada, —Respiro profundo— Quiero un favor más, que me puedes explicar las necesidades de Hope, deseo pasar más tiempo con ella y no quiero ser negligente con sus necesidades ahora que está tan chiquita.

—No te preocupes, estaré esperando por ti para darte los detalles. —Cruza la salida y yo empiezo a sentir menos peso, menos culpa de abandonar a mi propia hija.

En la tarde me vuelvo a encontrar a Diana en la cocina, ella está cocinando como siempre platos meramente veganos, el de ayer no estuvo mal así que espero que hoy me dé una porción de su comida.

—¿Preparado para otro plato sin carnes? —cuestiona al verme sentado en el desayunador como un chiquillo que quiere atención.

—Si, siempre es bueno probar nuevos sabores. —Levantó las cejas y sonrió con picardía— ¿Desde hace cuanto no comes alimentos de origen animal?

—Casi una década de no comer, empecé siendo vegetariana y comiendo de vez en cuando pescado y huevo, pero desde hace unos cinco años dejé todos los productos animales.

—¿Y no te hace sentir débil? —No he escuchado a nadie que no se alimente de proteína animal.

—No, claro hay algunos suplementos alimenticios que me ayudan a no tener déficit de hierro y entre otros.

—Me parece perfecto. —Siguen siendo incómodas nuestras conversaciones, para que alargarlas.

En cuanto terminamos el almuerzo, nos pasamos a la habitación de Hope, ella siempre está tranquila, nunca la he escuchado llorando, ni cuando pasaba a verla de lejos. En el momento que se inquietó fue porque tenía hambre y Diana me asistió para darle el biberón de leche.

En la vida no hay instrucciones, vamos aprendiendo en el camino. Me siento en mi cama para terminar el día mejor que ayer, si este es el camino a la sanación creo que estoy enrumbada a encontrar mi propio ser.

N/A: Espero que estén disfrutando la lectura y que les guste como van avanzando los personajes en ella.

Aprecio cada lectura y comentario.

Saludos,


Jessica

Resistiéndome a ti ***Fragmento Introductorio****Donde viven las historias. Descúbrelo ahora