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⭑⭒⭑⭒ Stuck in his Thoughts ⭑⭒⭑⭒
Charlie no podía dejar de pensar en el beso. Se repite en su cabeza una y otra vez mientras intenta saborear lo último del sentimiento.
Sus labios eran cálidos y suaves y él todavía puede saborear la cereza de su bálsamo labial y oler la frescura mentolada de su aliento.
Sentado en el viejo y destartalado sillón de la sala de estar, sus ojos están fijos en el fuego moribundo frente a él mientras su padre y Bill hablan al otro lado de él.
Arthur se despide, frunciendo el ceño cuando su segundo mayor no dice nada. Dándose otro adiós se va, pronto seguido por Bill dejando solo a Remus, Sirius, Charlie y Newt.
Este último está arriba mientras Sirius y Remus se sientan en la cocina.
—¡Bien, nos vamos! —Sirius llama por las escaleras, recibe un sonido de reconocimiento desde arriba pero una vez más nada del pelirrojo.
—Oh, Charlie, muchacho —dice Sirius colocando una mano en su hombro y haciéndolo saltar de sus sueños diurnos—. Remus y yo nos vamos a encontrarnos con Ojoloco y Kingsley, estaremos de vuelta para cuando tu madre y llegan los demás
Él asiente con la cabeza y se despide escuchando cómo sus voces se desvanecen a medida que se alejan de la casa.
Una serie de maldiciones vienen del piso de arriba seguidas de un estrépito y, de repente, Charlie se da cuenta de que no está solo, lo han dejado en la casa con Newt.
Se levanta rápidamente y se arregla la ropa antes de prácticamente correr escaleras arriba, se detiene frente a su puerta que está ligeramente abierta, puede ver su cabello desordenado mientras ella se inclina sobre su escritorio escribiendo en su cuaderno.
Levanta la mano para llamar a la puerta y ésta se mantiene suspendida por unos momentos, mirándola mientras Rocco se pone de pie y se sienta en su regazo, da un paso atrás y suspira sacudiendo la cabeza.
Él es el que dijo que no deberían, él es el que no pudo admitir sus sentimientos, alejándose completamente de la puerta, suspira y baja las escaleras.
Suspirando para sí mismo y sus estúpidas decisiones, se frota la cara de arriba a abajo antes de volver a bajar las crujientes escaleras.
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En la cena, Charlie no puede apartar la mirada de la chica que habla felizmente con su tío en el otro extremo de la mesa, Bill charla con Arthur, quien se ha acercado antes de que él regrese a la Madriguera, la SeñoraWeasley trae la toda la familia pelirroja pasará mañana donde se quedarán hasta que regresen a Hogwarts.
Arthur y Bill se ríen de una broma que el padre acababa de contar y ambos miran a Charlie, quien distraídamente hurga en su comida —¿Charlie? ;Charlie!
Salta de su sueño diurno de sí mismo y el momento de Newt de hace unas horas —¿Sí? —sus mejillas están teñidas de un rojo claro y frota sus manos húmedas en sus jeans
—¿Te sientes bien? —Bill pregunta poniendo una mano en su frente, haciéndolo alejarlo
—Estoy bien, Bill ¿Por qué?
Arthur mira a su hijo por un momento —Pareces un poco fuera de sí —Bill se encoge de hombros—. ¿Verdad papá?
—¿Estás seguro de que estás bien, hijo?
Charlie asiente y toma un largo sorbo de agua con la esperanza de que dejen de hablar.
Arthur lo hace mientras habla alegremente de su nuevo enchufe americano que había obtenido y que es diferente de los demás en su colección, Remus escucha ya que él es el único que parece al menos un poco interesado en las divagaciones del hombre.
Bill le da un codazo a su hermano pequeño con una sonrisa sugestiva que hace que Charlie murmure entre dientes: No empieces, Bill
