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—¿Así se debe pintar?

Li observaba curiosa al rubio totalmente concentrado dibujando con tinta algunos garabatos en una hoja, la menor quería aprender a como pintar correctamente ya que quería darle un regalo a la joven de cabellos T/C y por lo cual le había pedido ayuda al mayor.

—Asi es, ¿Quieres intentarlo? —pregunto con su característica sonrisa dejando a un lado el pincel.

Asintió con la cabeza y gateó hasta quedar enfrente de la hoja que se encontraba estirada sobre el suelo, tomo el pincel remojandolo en la tinta dió un respiro intentando calamarse, estába nerviosa pues nunca le había hecho un regalo a alguien, y por el mismo motivo, quería que este detalle saliera a la perfección.

Comenzó a garabatear, al principio con cuidado pero una vez entendió como debía hacerlo sintió más confianza en escribir y dibujar lo que sentía.

—¿Está quedando bien, señor Kyojuro? —pregunto con una sonrisa de emoción.

El ojos rojizos se acercó a ella e inspeccionó el escrito, dirigió su mirada a la menor y sonriendo le revolvió el cabello.

—¡Está muy bien! ¡Está quedando muy lindo, Li!

Asintió con la cabeza repetidas veces y continúo con su deber.

Con el pasar de los minutos, Li aprendía algo nuevo al igual que como hacerlo correctamente y Kyojuro fue la clave de ello, pues, le indicaba como debía hacer cierta cosa explicándole de manera calmada o con dibujos para que logrará entenderlo correctamente. El rubio tenía una gran empatía y paciencia, algo que la mayoría de las personas desgraciadamente carecen.

Al terminar con su obra maestra, la niña se la enseñó y este orgulloso le abrazo, mientras esperaban que T/N terminará con los quehaceres, comenzaron una amena charla.

—Señor Kyojuro —de su boca salió un Mhmm, para que continuara hablando— ¿Para usted, T/N es bonita?

Su interrogandote lo tomó por sorpresa y debido a esto termino ahogándose con su propia saliva, la niña le palmeo la espalda repetidas veces de forma tan brusca que casi parecía que estaba a punto de sacarle el pulmón.

—A-ay —hablo con la voz temblorosa y entrecortada, aún no se le había pasado del todo el ahogo— ¿P-porque dices eso Li?

Sonrió con "inocencia" comenzando a balancearse de un lado a otro tarareando una canción.

—Ella es muy linda y pensé que también le parecería linda a usted.

—Bueno... —levanto una mano llevándola a su nuca para rascarla con vergüenza— creó qué la princesa es alguien encantadora...

—Ohhh ¿Entonces también le parece bonita? —pestañó rápidamente observándolo con los ojos bien abiertos para no perderse de ninguna de sus expresiones faciales.

—Supongo —Respondió con las mejillas sonrojadas.

Li soltó una risita y se levantó tomando de la mano al más alto obligandolo a levantarse también, comenzaron a caminar hacia la cocina, en dónde se encontraba la joven de cabellos T/C pues le había dado días libres a las trabajadoras ya que ella misma quería encargarse de los quehaceres, además de que las pobres trabajaban casi las 24 horas del día sin descanso, otro motivo por el cual había tomado esa decisión.

Cuando estaban apunto de abrir la puerta la menor paro su andar repentinamente lo cual extrañó al Rengoku, saco la página donde habían hecho los dibujo y le indico con la cabeza que podían continuar; corrieron la puerta apreciando la espalda T/N, se encontraba vestida con un atuendo de blusa y pantalón con su cabello atado en una coleta algo que asombro en cierto modo al rubio, pues no creyó que al ser una princesa usaría esos tipos de atuendos, verla de esa manera lo había dejado boquiabierto, en un buen sentido, claro.

—¡T/N! ¡T/N! —la joven giro su cuerpo y los observó con una sonrisa— ¡Te hemos hecho un regalo!

Sus ojos color T/O brillaron al oírla, su sonrisa se agrado aún más y de manera rápida se limpio las manos con un trapo y se acercó a ellos.

—¡¿De verdad?!

—¡Si! ¡Lo hemos hecho el señor Kyojuro y yo! —tomo de la mano al nombrado, quien asintio con la cabeza— ¡Míralo!

Con su mano libre le extendió la página y con mucha delicadeza la tomo, leyó todo con atención aunque habían uno que otro error ortográfico a su parecer era el regalo más lindo que le habían podido haber dado, pues, en la carta Li le relataba lo mucho que la quería e incluso había hecho un dibujo en dónde ambas salían tomadas de las manos y aún lado de ellas Kyojuro, este último lo pudo reconocer ya que en el dibujo su cabello era bastante llamativo.

—Li, Kyojuro —hablo conmovida— ¡Muchas gracias! Es el regalo más lindo que me han dado en la vida.

Abrazo a ambos con emoción, Li sonrió satisfecha por su obra, mientras que Kyojuro estaba un poco apenado y con su mirada fija en otra parte evitando hacer contacto visual con la T/C.

Al separarse la menor avisó que iría a recoger las cosas y volvería, dejandolos totalmente solos. Rengoku trago saliva nervioso desde su charla con Li sus sentidos estaban más activos que nunca.

—Muchas gracias por enseñarle tantas cosas a Li —T/N hizo una reverencia agradeciendole— en verdad lo aprecio mucho Kyojuro.

—Descuide, me alegra mucho el poder ayudarla —coloco ambas de sus manos en su cadera y sonrió mostrando los dientes.

Liu lo observo con detenimiento, la pequeña tenía razón, ese hombre si que era guapo, madre mía.

Al notar lo que estaba pensado agitó su cabeza liberandose de esos "tontos" pensamientos.

—La comida ya está lista ¿Desea comer?

—¡CLARO! —respondió felizmente— buscaré a Li para comer todos juntos.

Finalizó de hablar y se marchó en búsqueda de la niña, un suspiro lleno de emociones salieron de los labios de la joven, Kyojuro tenía un aura tan gentil que lograba hacer sentir una gratificante paz a quienes rodeaba.

La comida transcurrió entre risas y algunas competencias entre ambos jóvenes por saber quién comía más —lógicamente Rengoku había salido victorioso— era un ambiente sumamente agradable para los tres, tanto que deseaban que todos sus días transcurrieran de esa manera tan tranquila.

𝗘𝗹 𝘀𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗽𝗿𝗶𝗻𝗰𝗲𝘀𝗮 ┊ 𝖱𝖾𝗇𝗀𝗈𝗄𝗎 𝖪𝗒𝗈𝗃𝗎𝗋𝗈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora