⚠️+18.
Su respiración se volvió irregular. Estába comenzando a tener un ataque de nervios. Se preguntaba a si misma el porque le había dicho algo como eso, ¿Esto estaba bien? ¿Estaba mal?
Levantó su rostro, encontrandose con sus hermosos ojos de tonalidades rojizas, qué extrañamente, tenían un peculiar brillo, tal vez producto de lo qué anteriormente había sucedido.
Kyojuro se acercó lentamente hacia ella, evitando causarle miedo, cuando estuvieron frente a frente, busco su mano y al encontrarla entrelazó sus dedos, dejo reposar su frente contra la de la joven.
—Perdóname por haberte fallado... —confeso, cerrando los ojos con fuerza.
—¿Porque dices eso? —pregunto confundida, su comentario le había asustado.
—Le prometí a tu padre que te cuidaría y que jamás te faltaría el respeto, sin embargo, falle a mi palabra...—suspiro— me he enamorado de tí...
Fue allí, cuando lo entendió.
Si iría al infierno por el pecado que estaba a punto de cometer, lo haría con todo el maldito gusto posible.No había nada en este material mundo que pudiera reemplazar las inmensas ansias qué sentía por estar con él.
No le importaba si eran unas horas o incluso días, deseaba estar con Kyojuro. Había imaginado tantas veces un escenario en dónde sentía la cálida piel de Rengoku chocar contra la suya al mismo tiempo que sus manos detallaban cada centímetro de su ser sin vergüenza alguna, siendo presos de la lujuria.Se odiaba asimisma por sus pecaminosos e insanos deseos, pero, no podía cambiarlos. Había añorado aquello tantas veces, qué su cuerpo reprochaba por hacer realidad aquel deseo.
Se separó levemente de él, levantó su mano hasta dejarla sobre su mejilla y la acarició, haciendo cuidadosos movimientos circulares.
—Dejame amarte, solo por esta noche...
Ante su confesión, los ojos de Rengoku se abrieron de golpe, demostrando una enorme sorpresa, pero eso no le impidió sonreír, asintiendo con la cabeza.
Con delicadeza bajo un poco su vestido, dejando sus hombros al descubierto.
Con castos besos recorría cada rincón de la tercia piel de T/N, robando incontables suspiros de satisfacción de sus labios.Con lentitud, Kyojuro le recostó en el suelo, la espalda de la joven ahora se encontraba reposada en el frío piso, pero esa sensación helada le parecía extrañamente agradable.
La T/C sonrió al sentir como sus revoltosos cabellos chocaban contra su mejilla, causandole algunas cosquillas.—¿Está segura de ésto? —pregunto. Retomo la compostura y le observo directo a los ojos.
—Totalmente segura —acoto, sin titubear ni sentir temor— quiero ser tuya, Kyojuro...
Las mejillas del rubio se tiñieron de un leve color rosa, sonrió con terneza inclinándose hacia el rostro de la princesa hasta depositar en sus labios un amoroso beso.
Aún sin romper la unión entre sus labios, Rengoku desprendió las últimas prendas de ambos, quedando ahora completamente desnudos.Tomo sus dos piernas y con sus anchas palmas acariciaba de manera lenta sus muslos, hacia adelante y hacia atrás repetidas veces, un tortuoso vaivén qué, excitaba aún más a T/N.
Suaves caricias se instalaron en su clítoris generado gemidos llenos de lujuria, con cada uno de esos lascivos sonidos la cordura de Kyojuro se iba directo al carajo, quería oírla, necesitaba oírla gemir su nombre de esa manera tan agitada, como lo había hecho hasta ahora.—Kyojuro. —gimió. Su pecho bajaba y subía constantemente en busca de aire— te necesito...
Asintió, con una de sus manos sujeto su palpitante longitud, introduciendolo con cuidado.
Le resultaba un poco incómodo, no pudo rehuir a soltar leves quejas en voz baja, para evitar preocuparle, sin embargo, Rengoku la había escuchado por lo cual detuvo su acción para mirarla.—Te lo ruego T/N, si te estoy lastimando, dímelo.
Nego con la cabeza.
—Solo... Déjame tomar tu mano, por favor...
Colocó sus manos en ambos costados de la cabeza de T/N.
La joven con calma subió sus manos hasta tomar las suyas, entrelazando sus dedos. Sentía más seguridad ante su tacto.Kyojuro respiro hondo y relajo los músculos, para continuar con su anterior labor, solo que esta vez con más cuidado.
Cuando había entrado por completo esperaron unos instantes para que la T/C se acostumbrara a su prominente tamaño.Una vez lo hizo, los delicados movimientos del inicio fueron sustituidos por fuertes y firmes estocadas, el obsceno ruido que creaban sus pieles al chocar una y otra vez les encantaba.
Rápidamente la habitación se llenó de gruñidos y gemidos que solo demostraban lo jodidamente bien que la estaban pasando.Kyojuro bajo su rostro hasta el pecho de la joven, ensalivo sensualmente sus pezones, llevandolos a su boca regalandole incontables besos y lamidas, inevitablemente sus gemidos aumentaron.
T/N levantó las manos llevandolas hasta su cabello, acariciandolo y jalandolo ocasionalmente.Incontrolables suspiros salían de su garganta, se sentía tan bien...
Que él fuera el primer hombre en tomarla, le parecía algo irreal.Sonrío al sentir como sus palmas delineaban su cintura, el calor de su piel sumado a su respiración chocando contra su cuello, provocó que la temperatura en su cuerpo aumentara.
Los movimientos de Kyojuro eran firmes e incluso fuertes, su interior se contrajo, indicando que su orgasmo estaba apunto de llegar.—¡Mierda, sí! —soltó un grito al aire, posicionó sus manos en su ancha espalda, dejando uno que otro rasguño.
—Ahg. —se quejo, apretando la mandíbula. Sonrió lascivamente entrecerrando los ojos cuando dió una estocada profunda, haciéndo que los gemidos aumentaran.
No pasó mucho tiempo cuando ambos experimentaron la llegada del climax, dejándolos totalmente agotados.
El frío del suelo chocando contra su cuerpo hacía que una corriente eléctrica se desplazara por toda su columna vertebral, pero estaba tan cansado que no le importaba en lo absoluto.
Kyojuro atrajo a la princesa hasta su cuerpo, tomo su camisa y la coloco sobre su desnuda espalda, cubriéndola del helado ambiente.—Te quiero T/N. —murmuro, dejando un beso sobre su frente.
Una sonrisa de emoción se instaló en su rostro, mordió su labio inferior y contestó.
—Yo también te quiero... Te quiero mucho, Kyojuro... —confeso, escondiendo su rostro entre su formido pecho.
Eran consientes de que habían cometido el peor de los pecados, la infidelidad era un tema de suma seriedad, China era un imperio orgulloso y no dudaba en castigar cruelmente a aquellos que manchaban el honor de su familia con tales actos, no importase sí fuesen hombres o mujeres.
Todos los pescadores debían tratarse por igual.Sin embargo, no se arrepentían de sus actos, no podían negarlo, se sentían felices con la presencia del otro e inevitablemente, terminaron deseado más, mucho más.
Un simple momento, fue el comienzo todo. Aquella noche de amor y lujuria, fue tan solo el inicio del secreto que cambiaría por completo sus vidas.
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𝗘𝗹 𝘀𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗽𝗿𝗶𝗻𝗰𝗲𝘀𝗮 ┊ 𝖱𝖾𝗇𝗀𝗈𝗄𝗎 𝖪𝗒𝗈𝗃𝗎𝗋𝗈
Fanfiction❝- ¿𝖠𝗅𝗀𝗎𝗇𝖺 𝗏𝖾𝗓 𝗁𝖺𝗌 𝖾𝗌𝖼𝗎𝖼𝗁𝖺𝖽𝗈 𝗎𝗇𝖺 𝗁𝗂𝗌𝗍𝗈𝗋𝗂𝖺 𝖽𝖾 𝖺𝗆𝗈𝗋 𝖽𝗎𝗋𝖺𝗇𝗍𝖾 𝖾𝗅 𝗀𝗋𝖺𝗇 𝗂𝗆𝗉𝖾𝗋𝗂𝗈 𝖢𝗁𝗂𝗇𝗈? ❞