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El canto de las aves mezclandose con el leve sonido del viento le relajaba. Sonrió con felicidad al ver a ambas féminas jugando con algunas flores que yacían en aquella colina en la que se encontraban.

Le encantaría que su hermano estuviese allí con ellos compartiendo aquel tranquilo momento, pero, sabía perfectamente que Senjuro se negaba rotundamente a dejar en total soledad a su padre, era un niño muy noble.

Sujetó la correa de su caballo y camino hacia ellas, llamando la atención de ambas.

—¿Ya nos vamos? —preguntó con desgano, Li.

Kyojuro río y negó con la cabeza.

—Tranquila, podemos estar aquí hasta el anochecer.

Sonrió y se levantó, limpiando la falda de su vestido, al terminar corrió hacia él, le miro con súplica y pestañó varias veces.

—Señor Kyojuro, ¿Me enseña a montar a caballo? —preguntó moviendo sus hombros adelante y hacia atrás repetidas veces.

T/N alzó las cejas sorprendida, con cada día que pasaba, Li se volvía aún más independiente. Rengoku la observó con curiosidad, dirigió su mirada hacia su pareja, quien le miro de igual modo, la joven se puso de pie y camino hacia ambos.

—Podrias caerte Li, ¿Estás segura que querer hacerlo?

—¡Segura! —sonrió y alzó los pulgares.— confíe en mí princesa, no me ocurrirá nada.

Los mayores cruzaron miradas un tanto desconfiados, pero se sentían mal a negar tal petición, pues, los ojos de la pequeña estaban iluminados, demostrando la inmensa emoción que estaba experimentando.

La T/C suspiro rendida, no podía negarse ante tanta ternura. Miro al joven y asintio con la cabeza.

—De acuerdo. —Rengoku sonrió y camino hacia Li, se agachó para estar a su misma altura y le extendió en dedo meñique.— pero, prométeme que te portaras bien.

La menor sonrió mostrando los dientes y unió su meñique con el de él.

—¡Lo prometo! Ahora déjeme aprender, por favor. —canturreo, dando pequeños brinquitos de emoción.

El rubio soltó unas risitas y la cargo, camino hasta el corcel y le ayudo a acomodarse correctamente para poder comenzar a practicar. La niña observaba con  atención cada una de sus indicaciones, quería hacerlo a la perfección y poder enorgullecer a ambos.

T/N sonrió entrecerrando los ojos, sentía mucha ternura al verlos tan unidos.

Giró su rostro al escuchar unas ramas rechinar, ladeó la cabeza intentando ver algún animal que haya provocado aquel ruido, creyó que tal vez sería un conejo o alguna ave, pero en lugar de eso, le pareció haber visto una especie de casco.

—¿Que es eso? —murmuro para si misma. Miro rápidamente a Kyojuro y Li, ambos estaban tan concentrados que no notaron nada.

Aunque fuera un poco arriesgado, T/N camino cuidadosamente hacia aquellos arbustos, movió unas de las ramas y adentro su rostro. Los latidos de su corazón aumentaron al ver una silueta adentrandosé en aquel arboleda. Sabía que podría ser peligroso, pero aún así corrió en un intento de alcanzarlo.

—¡E-espere! —gritó para intentar llamar su atención, en respuesta, los pasos se escuchaba con aún más rapidez, parecía que quería alejarse lo más lejos posible.

Al ser de la realeza, le preocupaba la integridad de su pueblo, quizás podría ser un aldeano que necesitaba ayuda.

Se detuvo abruptamente al llegar a lo que parecía ser el final del bosque, jadeo recuperando el aliento mientras giraba su rostro en todas las direcciones. La zona en la que se encontraba estaba totalmente desolada, solo habían restos de árboles quemados y cenizas por todo el suelo, parecía ser que aquel lugar había pasado por un traumático momento. Aunque mirara por todas partes, no había señales de que alguna persona hubiera estado allí, o al menos no en mucho tiempo.

¿Acaso se había imaginado ver a alguien?

❀❀❀

—¡Lo hice! —gritó emocionada mientras cabalgaba de un lado a otro, soltado varias carcajadas.

—¡No te distraigas! —gritó Kyojuro divertido, lo menos que quería era que se cayera. Su sonrisa fue sustituida por un gesto de preocupación cuando su vista se posó en la joven, estaba callada y con la mirada perdida.— ¿Está bien, alteza?

—¿Eh? —pestañó varias veces y lo observo totalmente desconcertada.— lo siento, no escuché... ¿Que sucede?

—Esta muy distraída ¿Ocurrió algo?

T/N trago grueso y observo por el rabillo del ojo la entrada de la arboleda, aún seguía confundida por lo que había sucedido, pero decidió no mencionar nada acerca del tema, no quería alarmar en vano al Rengoku.

Le miro y sonrió, se acercó hasta él, posicionando una mano en su mejilla para acariciarla con dulzura, inclinó su rostro y dejo un casto beso sobre sus labios.

—Estoy bien, descuida. —murmuró contra su boca.

Kyojuro asintio con la cabeza y posicionó sus manos sobre su cintura y la atrajo hasta él, dando inicio a un beso un poco más apasionado. Al separarse cruzaron miradas, sonriendo como tontos.

—Me gustan sus ojos, alteza. —confeso, riendo entre dientes. No mentía, la mirada a la muchacha le parecía intrigante y llamativa.

La T/C bajo la mirada avergonzada y jugo con sus manos, aún no estaba del todo acostumbrada al recibir tales halagos del hombre al que quería. Aunque estuviera cometiendo un pecado, no le importaba en lo absoluto. Kyojuro era el dueño de su corazón, no Douma.

Tímidamente acercó su mano hasta la de él, entrelazando sus dedos.

—Eres muy dulce... —murmuró lo suficientemente audible, permitiendo un gesto de felicidad inundar el rostro del rubio.

Dirigieron sus miradas hasta Li, quien había hecho que el animal se detuviera enfrente de ambos y bajo de un salto. Corrió hasta Kyojuro y lo abrazo desde la pierna, era un poco bajita, apenas y podría alcanzar su cintura. Aún así, no dudo en abrazarle.

—¡Muchas gracias señor Kyojuro!

—Descuida pequeña. —acaricio su cabello con cuidado y le sonrió.— ahora solo hace falta enseñarle a la princesa. —al finalizar, ambos rieron por lo bajo.

La T/C arrugó la nariz y se cruzó de brazos.

—Para su información, yo sé andar en caballo.

Inmediatamente dejaron de reír y la observaron con incredulidad.

—¿Sabe andar a caballo? —hablaron al unisonido.

—Claro que sí. Siempre me escapaba a escondidas de mi padre al establo y aprendí a cabalgar, yo sola. —sonrió orgullosa y observo con desinterés sus uñas.

—Wow... —Kyojuro sonrió como bobo y entrecerro los ojos.— Que mujer...

𝗘𝗹 𝘀𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗽𝗿𝗶𝗻𝗰𝗲𝘀𝗮 ┊ 𝖱𝖾𝗇𝗀𝗈𝗄𝗎 𝖪𝗒𝗈𝗃𝗎𝗋𝗈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora