V e i n t e

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Advertencia de contenido: Ligero lemon y Yaoi

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Sueños: Kino

Yui suspiró mordiéndose los labios, tenía las piernas entumecidas del esfuerzo por aferrarse al cuerpo de su novio mientras la sostenía con sus manos y contra el grueso vidrio a su espalda que los dividía de las diversas especies navegando en su hábitat acuático.

Las primeras veces sintió mucha vergüenza al imaginar si un animal podría estar consciente de lo que un par de personas hacían frente a ellos sin ningún pudor; pero claro, el calor espantaba todos esos pensamientos sin sentido.

Igualmente como ese miedo cuando un día lo estaban haciendo en el auto de él –Que en su defensa fue una insistente urgencia para ambos– Y Ayato gritaba a todo pulmón su nombre buscándola.

Casi colapsaba del susto hace dos meses al creer que podría verlos a través de la ventana; sin embargo, aquel vidrio de espejo estaba diseñado para ver desde adentro hacia afuera, mas no de afuera hacia adentro.

Su novio solo con el fin de molestarla un poco y burlarse de Ayato aunque no lo supiera, empezó a arremeter con más fuerzas para sacudir el auto y aumentar el volumen de aquellos inevitables ruidos obscenos que su boca fabricaban.

Ayato simplemente salió de ahí con una cara de espanto y asco, sin siquiera lograr identificar que el legítimo dueño del vehículo era cercano a él.

—Yui.......—Incluso para él era difícil hablar.—Me estás arañando.

—¿Q-quieres que me detenga?

—No.—Jadeó—No, no pares. Se siente....se siente bien... Muy bien

Sus uñas tambien desgastaban de tanto arañar aquel hombro masculino ligeramente expuesto; aunque él le aseguró que no tendrían ningún problema en despojarse de toda la ropa, ella insistía en que podrían descubrirlos infraganti.

Él se reía, pero aceptaba a no sacarle más allá de las bragas, deshacer su moño, desabotonar su camisa, y desplazar su sostén hacia abajo para permitirle deleitarse con sus montículos rosados de carne.

—Kino-kun...—Gimió su nombre.—Kino...

Que los labios de su chico devoraran su cuello y una mano le masajeara su pecho, no aportaba para calmar los continuos y vergonzosos ruidos que salían de su boca en un tono tan desesperadamente alto.

—Kino-kun....

—Mi nombre contigo así....es indescriptiblemente excitante.—Gruñó agitado—No retengas tu voz y déjame escuchar más de ella.

Un gemido, su nombre, la voz de ella con tantas ansias. Eso era suficiente, esa mujer lo descordinaba, débilitaba, y en la intimidad no era la excepción para desenfrenarse.

Ambos soltaron un sonoro gemido de satisfacción cuando llegaron al clímax, la eléctricidad de sus cuerpos calientes descargó todo el placer y tensión sexual que debieron guardarse en público.

Mamá de 12 -© Clan Komori [Diabolik lovers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora