Capitulo 11: Séptimo Lord

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"Cang Xue ya no te hará daño, ahora es tu bestia del alma. Aunque no sé cómo lograste eso, la situación real es que, a partir de este momento, solo escuchará tus órdenes. Él hará cualquier cosa que pidas".

"¿En serio?" Qi Ling no lo creía. Su rostro estaba pálido.

"Sólo hay dos cosas que no le puedes ordenar. El Primero es que ataque a su propio maestro del alma, el segundo, que se suicide". Yin Chen miró al chiquillo con la boca abierta.[1] "¿No quieres probarlo? Déjalo salir e intenta".

"¡No, no, no, no, no!" Qi Ling agitó rápidamente las manos. Recordando algo de pronto, dobló las rodillas para observar al hombre que no parecía mucho mayor que él. Bajo el brillo de la luna, su rostro pálido se veía aún más hermoso que a la luz del día. "Justo ahora dijiste que yo soy tu discípulo, entonces tú eres... ¿eres un lord? Eres el hombre legendario que puede volar a través de las nubes, con tres cabezas y seis brazos. ¿Una de las siete personas más poderosas de nuestra nación?

Yin Chen puso los ojos en blanco, reacio a prestarle atención, sin embargo, Qi Ling de cuclillas a su lado, esperaba entusiasmadamente una respuesta. Yin Chen se removió incómodo frente a la mirada caliente y expectante del menor, así que a regañadientes asintió.

"Bueno, sí, soy un lord... Pero no tengo tres cabezas y seis..."

"¡Woah!" Antes de terminar siquiera su oración, Yin Chen se sorprendió por el vigoroso grito de Qi Ling.

"¡Puedo conocer a un verdadero lord! ¡También me convertí en su seguidor! ¡Esto es asombroso!" Qi Ling trató de reclinarse de nuevo, no obstante, mantenerse en dicha posición resultaba agotador, por lo que decidió simplemente sentarse con las piernas estiradas de manera perezosa. "Señor, ¿qué quieres que haga? Puedo cocinar para ti, mi cocina es realmente deliciosa. ¡En el pueblo mi comida es bien conocida! Además, puedo ayudar a lavar tu ropa. ¿Ves? Usas todo blanco como la nieve, solo rozar un árbol o caminar por el bosque en un día lluvioso, ¡te ensuciaría de lodo en un instante!" También puedo masajearte la espalda, los hombros y cepillarte el pelo. Mira tu cabello largo, incluso hay una pequeña trenza. Debe ser difícil peinarlo todas las mañanas, ¿Quieres que lo trence por ti? Haré mejores trenzas que esas, igual que mi cabello ahora mismo. ¿Ves? ¿Te gusta? Déjame pensar qué más puedo hacer..."

Yin Chen cerró los ojos, se frotó las orejas y una vez más Qi Ling tragó bocados de hielo. Mientras escupía los fragmentos, le hizo un gesto al mayor: "Entiendo, entiendo, me callaré". Aunque parecía algo tonto con la lengua entumecida y el ceño fruncido, Yin Chen aún veía el anhelo en sus ojos y la alegría de su corazón. Sin poder evitarlo, sonrió de forma genuina, después la sorpresa lo invadió cuando descubrió sus labios curvados.

Hace mucho tiempo no sonreía con el corazón.

"¿Maestro? ¿Me enseñarás a doblar el alma?"[2]

"Por supuesto" Yin Chen respondió seriamente.

"¿De verdad? ¡Grandioso!" Qi Ling se levantó rápidamente y brincó alrededor. "Mi señor, ¿necesita unos masajes? ¿Sus otros seguidores lo hacen? Su túnica es muy delgada, ¿no tienes frío? Soy muy fuerte. ¿Quiere mi ropa? ¿Talvez agua? Iré a buscar agua para usted..."

En lugar de responder, Yin Chen levantó la mano otra vez.

Qi Ling presionó rápidamente su boca y luego mostró las palmas en señal de rendición. Pero Yin Chen no dejó que se llenara de hielo, sino que movió sus dedos al cielo y el crujido de las hojas frotándose resonó. Qi Ling alzó la cabeza, el rocío de una infinidad de hojas brillantes se dirigió hacia Yin Chen, igual que luciérnagas atrapadas en una esfera de agua del tamaño de un puño. Su maestro extendió la mano y la sujetó como si estuviera recogiendo una manzana. "En realidad, tengo un poco de sed", apuntó elegantemente la bola de agua a su boca.

L.O.R.D: Legend Of Ravaging DynastiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora