𝓢𝓮𝓿𝓮𝓷.

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Para ser exactos, dos semanas habían pasado, dos semanas desde la última vez que vio a Seungmin, dos semanas de su primer beso, ese que casi los lleva al delirio.

Yeji se sentía... Rara, había besado a quíen ella pensaba era su ángel de la guarda, luego de que el le confesara que no era así, y tenía la constante interrogante de quién era realmente Seungmin. Incluso llegó a creer que realmente todo era parte de su imaginación, pero  inmediatamente lo descarto, porque ese beso había sido tan real, caliente, intenso y eterno que no podía simplemente ser parte de su imaginación.

Cómo sea, extrañaba a Seungmin, lo extrañaba a horrores.

Seungmin, tenía hartos a todos, su actitud era peor que la de un demonio (irónico) pero es que ni el se aguantaba así mismo

Se sentía estúpido, había dejado a Yeji, llena de dudas y en lugar de dar la cara, la había dejado sola durante dos semanas, pero es que tampoco sabía que hacer, ahora que confirmaba que ambos sentían lo mismo, no sabía que pasaría.

Yeji merecía tanto y no sabía si él se lo podía dar, porque era un demonio y ella una mortal, ¿Cómo carajos podría haber una relación en eso? ¿Sería posible? ¡¿Sería malo?! Joder, claro que sería malo, ¿Que pasa si Dios se entera? Seguramente los castigaría a ambos, a él realmente no le interesaba pero no sé perdonaría que algo así le pasará a Yeji.

En cerrado en su habitación, Seungmin se odiaba asi mismo, se castigaba por ser tan imbécil y dejar que todo eso pasara

Su infernal castigo se vio interrumpido por unos golpes llamando a su puerta

-¡¿Que carajos quieren!? ¡No ven que estoy sumido en mi miseria!- Bramó con furia

Ignorando las quejas del joven Demonio, Minho, el padre de Seungmin, entro

-¿Así le hablas a tu padre?- se quejo, de inmediato, Seungmin se levantó, quedando sentado en su cama, -Jisung me llamo, me dijo que haz estado de insoportable, hace dos semanas que no sales e insultas a quien se acerque aquí, incluyendolo a él- hablo Minho mirando a su hijo desde su lugar

Seungmin solo se cruzó de brazos, -lamento hablarle así a papá-

-por su puesto que lo lamentas, Jisung es mi pareja y quién se mete con el, se mete conmigo- exclamó

Seungmin bufo -Ni siquiera estás aquí, ¿Cómo pueden ser ustedes algo si te la pasas ausente desde que tengo memoria?-

Minho rio bajo y se acercó a él, -si ojalá hubieras estado aquí desde hace...- Minho contó mentalmente, - ah sí, desde hace 15 años, te darías cuenta que tu padre y yo regresamos-

Seungmin se sorprendió un poco pero no lo demostró, siguió con su actitud indiferente

-¿Se pelearon?- pregunto Minho, lo cual si termino de sorprender al menor

-¿quienes?- pregunto nervioso, Minho sonrió ladino

-Tu y Yeji- respondió

Si Seungmin no hubiera estado en su cama, hubiera caído como peso muerto en el suelo, la sangre le abandono y se puso pálido. Minho rio escandaloso

-¿Que? ¿Pensaste que no nos daríamos cuenta? Aún que... Fue Jisung quien se enteró y me lo contó- explico Minho

-¿Pero...? ¿El, como-

-se entero?- levantó la ceja divertido, Seungmin asintió con los nervios a tope, -porque no eres cuidadoso, todos esos dibujos que ella te daba, los dejabas en sima de la cama e incluso te dormías abrazado a esa sudadera suya- señaló Minho a un bulto detrás de Seungmin, de inmediato el menor se aventó sobre la prenda, escondiéndola torpemente sin éxito. Yeji tenía 15 cuando se compro esa prenda, a Seungmin le encantaba como lucía Yeji en ella y lo mejor fue cuando su perfume frutal de Yeji estaba rodeado por toda la sudadera, a Seungmin se le hizo fácil quitársela y quedarsela.

- Eres tan ridículo- exclamó Minho con una fuerte carcajada, así es, se estaba burlando de Seungmin.

-Ya cállate, o "Sunggi vendrá a regañar al gatito travieso de Honnie"- dijo con burla haciendo su voz aguda, Minho paro de reír poniéndose completamente rojo

-Maldito mocoso, Sabes jugar sucio ¿eh?-

Seungmin se levantó de hombros, -eres mi padre- Y Minho no refutó eso

- entonces si es eso ¿Verdad? Se pelearon- indagó nuevamente Minho, Seungmin asintío

-Pues deberías arreglarlo ya- advirtió Minho

-¿Por qué?- cuestionó confundido Seungmin

-una: porque ya no te aguantamos tu padre y yo, dos: Dilan llegará en unas horas-

No hizo falta decir más, en cuanto Seungmin escucho el nombre de aquel hombre, sus sentidos se pusieron alerta, levantándose abruptamente de su cama, salió de su habitación.

Si bien, Dilan ya no era igual con Yeji desde hace años, aún tenía miedo Seungmin de que algo malo le pasará a Yeji sin su ausencia.
Por esa misma razón, mando al carajo todo, ahora solo importaba Yeji, de hecho, así había sido siempre.

Su mundo y su todo, era Yeji. Aún si después le confesara que el realmente era un demonio, tenía la certeza que Yeji lo aceptaría y buscarían una solución para estar juntos.

Yeji caminaba de regreso a su casa, se sentía sola y vacía, sus pensamientos solo rondaban en Seungmin, su pecho dolía, quería llegar ya para dejarse caer en su cama y comenzar a llorar, como lo había estado haciendo desde que Seungmin la dejo. Algo le decía que tal vez era hora de afrontar la vida, una vida sin su madre y ahora sin Seungmin.

Claro que esa idea la odiaba, prefería mil veces morir, que pasar una vida entera sin Seungmin, porque tal vez su madre ya no estaba y la única razón que la tenía atada a ese mundo era el pelinegero pero sin el, ¿Que sentido tenía la vida? Además, si moría, tenía la esperanza de reencontrarse con su madre. Esa idea le agradaba

Una parte sabía que estaba mal, depender así de alguien que ni ella estaba cien por ciento segura que era real, estaba mal, pero era todo lo que tenía.
Yeji intento hacer, en esas dos semanas, su vida normal, pero no sé acoplaba, nadie encajaba en ella, sus compañeros no la llenaban como su ángel, nadie llamaba tanto su atención como lo hacía Seungmin y aquellas palabras: "Eres mía" se le repetían constantemente, y sí, ella era de Seungmin porque así lo quería, porque Seungmin también era de ella, porque ambos se pertenecían y se necesitaban. Porque tal vez, solo tal vez, ellos se amaban, se complementaban, como el sol a la luna, como el aire a los árboles o el agua a los peces.

Yeji no sabía que hacer, lo quería de vuelta pero tal vez si era hora de olvidarse de él.

🤍

Vanii🐮-

Mi Ángel de la guarda Donde viven las historias. Descúbrelo ahora