𝓔𝓲𝓰𝓱𝓽.

119 22 0
                                    

Con la misma pesadez con la que entró a su casa, Yeji, se dejó caer como costal a su cama, efectivamente, se echo a llorar, las lágrimas salían acompañadas de pequeños sollozos.

Le dolía el alma, cada segundo sin Seungmin se le hacía difícil sobrellevar. Se quedó completamente dormida luego de haber secado su llanto.

Yeji estaba tan profundamente dormida que no se dió cuenta que la puerta de la casa fue abierta y cerrada, que alguien subió las escaleras y entro a su habitación de manera sigilosa.
Los pasos resonaban en el piso de madera, de manera pesada y sigilosa, los ojos profundos y rojos examinaban el delgado cuerpo sobre la cama, Respirando de manera lenta y tranquila, una sonrisa maliciosa se dibujo en su rostro ebrio.

Se acercó a la cama, sentándose a un lado del cuerpo dormido de Yeji, acercó su mano acariciando sutilmente su cabello largo, peino un mechon que caía sobre su rostro para acariciar después su mejilla, Yeji soltó un suspiro inconsciente, la mano continuo su camino, delineando cada curva del cuerpo con roces que no alertaron a Yeji.

Ante las ansias, coloco cada brazo a un lado de Yeji, se inclino y hundió su nariz en su cuello inhalando su pulcro aroma. Yeji sintió molestia y se removia frunciendo el seño, pero al momento de girarse, su aliento chocó con el contrario, entre abrió sus ojos, que, por estar cerrados tanto tiempo y la falta de luz, no pudieron enfocar bien contemplando solo una figura borrosa frente a ella, intento levantarse y salir del sueño, pero en ese instante, un gran cuerpo subió en sima de ella, dejándola inmóvil.
Yeji desperto de golpe y ante el desespero comenzó a moverse para safarse, pero unas mano la tomo del cuello, poniendo presión para someterla, el cuerpo se acomodo de manera brusca entre sus piernas, Yeji siguió empujando con sus puños el gran cuerpo, pero está las tenía apresadas entre su pecho y el de Yeji

-Mas te vale comportarte con tu papi o tendré que castigarte- aquella voz dejo helada a Yeji, pues enseguida la identifico, era Dilan, su padre.

Yeji movió más incontrolable su cuerpo, su desespero aumento y las ganas de llorar la invadieron

-Por favor...por favor, no, so-soy tu hija- dijo con la voz cortada y dolida

-No de sangre y eso me basta- el hombre comenzó a besar su cuello desesperadamente mientras tomaba con fuerza su cabello entre sus manos, Yeji comenzó a sollozar con fuerza mientras intentaba alejarlo, por más que intentaba sus fuerzas no se comparaban al cuerpo de Dilan

-¡Basta, déjame!- sus gritos salían ahogados por el nudo en su garganta y las lágrimas, la mano libre bajo a la sudadera de la menor, y en un movimiento brusco se la saco, dejándola con una blusa de tirantes, el cuerpo de Yeji temblaban y cuando intento levantarse fue detenida por un golpe en su mejilla que le saco un quejido.

-¡Te dije que te quedarás quiera!- Bramó Dilan con furia, tomo su cuerpo con fuerza, enterrando sus dedos en su piel, seguramente dejándole morado esa zona tras él agarre, aún después del golpe, Yeji siguió empujando en busca de salir de ahí.
Dilan volvió a caer en ella, ensuciando con su cuerpo con sus manos cuando las recorrió. Yeji sentía que quería vomitar

-¡Por favor basta!- grito llorando, Dilan acercó sus labios a los de Yeji e intento besarla pero ella los apretó y giro su rostro, haciendolo enfurecer, tomo su mentón con fuerza para girarlo y que lo viera pero ante eso, Yeji escupió en su rostro

-¡Maldita perra!- Dilan la tomo de sus piernas con fuerza para apegarlo a él, inmovilizandola nuevamente y antes de volver a caer en ella, fue detenido por alguien tomándolo fuertemente del cabello, soltó un grito de dolor y luego su cuerpo fue arrojado al suelo con fuerza

-¡ALEJATE DE ELLA PEDAZO DE MIERDA!- la voz prominente de Seungmin hizo temblar la casa
Yeji se levantó de la cama, quedando sentada, su mirada dió a la espalda de Seungmin, el cual se veía más grande de lo que recordaba, aún así sus ojos brillaron sintiendo un gran alivio en su interior. Su ángel estaba ahí, salvandola nuevamente

Dilan temblaba en el suelo, el miedo corría por sus venas, Seungmin lo miraba con los ojos rojos brillantes, mostrando sus colmillos y garras, su gran tamaño lo intimido aún más

-¿Qu-quien...er-res?- pregunto casi no pudiendo hablar por el miedo

-Soy el que terminara con tu asquerosa vida por lastimar a lo que más amo- su voz salió alta y profundo, Dilan comenzó a negar, arrastrándose hacía la puerta pero fue tomado de las piernas por Seungmin, jalandolo hacía él

-¡No lo mates!- grito Yeji, Seungmin giro a verla, su rostro aún en su forma de Demonio no intimido a Yeji, -Quiero que sufra- fue lo que ordeno, teniendo una sonrisa ladina por parte de Seungmin como respuesta, Yeji se sento en la cama, aún limpiando sus lágrimas

-¡NO! ¡Por favor no!- Dilan imploraba pero Seungmin jamás cedería, lo jalo hacía el y comenzó a golpearlo mientras soltaba gritos furiosos sus uñas se enterraban en su piel haciendo agonizar a Dilan. -Te hundirás en el maldito infierno, Minho se encargará de eso- proclamó Seungmin, la piel de Dilan comenzó a humear mientras quemaduras aparecían en su piel, gritos desgarradores inundaron el lugar, las garras de Seungmin seguían enterrando se en su piel y poco a poco Dilan comenzó evaporarse hasta que no quedo rastro alguno de él

La habitación quedó en un silencio profundo, Seungmin se levantó del suelo, ladeó su cuello y hombros, las garras desaparecieron, su cuerpo cambio de tamaño, volviendo al 1.78 y sus ojos regresaron al obscuro, giro hacia Yeji, la cual lo contemplaba con la expresión perdida, de prisa se acercó, se inco frente a ella y tomo su rostro con delicadeza en ambas manos, acaricio y limpio con sus pulgares las lágrimas, el coraje recorrió su sistema al contemplar el hematoma en su mejilla derecha

-Te extrañe- fue lo que dijo Yeji para después lanzarse a Seungmin, unindose en un abrazo que fue correspondido de inmediato

-Perdoname por dejarte sola- le susurro acariciando su cabello

-aun así me salvaste- Aún que Seungmin se sentía una mierda por no llegar antes, se permitió disfrutar ese reencuentro con Yeji, su Yeji

La pelinaranja se separó, sorbiendo su nariz, con los ojos cristalinos, su mejillas se tiñeron de rojo al encontrarse con la profunda mirada de Seungmin, que, también tenía sus ojos brillosos por las lágrimas que intentaba retener. Ese fue el momento perfecto para que Yeji sellará sus labios en los de Seungmin en un cálido y ansiado beso
Ambos cerraron sus ojos, Seungmin movió su boca para profundizar el beso.
Sus labios se movían con parsimonia, mientras las manos de Seungmin sostuvieron la cintura acentuada de la menor, Yeji lo atrajo más, enredando con delicadeza sus dedos en su cabello negro, Seungmin se levantó para intentar recostar a Yeji pero ella lo detuvo

-No- dijo en un susurro separándose del beso, ambos pegaron sus frentes, -No quiero estar aquí, sácame de aquí, por favor Seungmin- pidió con la voz algo cortada pero firme. No hizo falta decir más. No sabía que peligros correría al hacerlo pero aún así lo hizo, abrazo fuertemente a Yeji, casi fundiendola con su anatomía, en un movimiento brusco.

Ambos se separaron poco a poco, Yeji parpadeo, comenzó a enfocar todo, habían varias columnas con detalles perfectamente delineados,  sosteniendo el techo de mármol color gris, el suelo también era de mármol con una figura peculiar del sol, no había paredes por lo que podía contemplar el cielo naranja con nubes rojas, las estrellas tintinaban en el cielo, aquel lugar era cálido, podía contemplar más allá montañas rocosas, pero solo eso.
Seungmin la tomo de la mano
-Yeji- la mencionada lo miro, el lugar era sombrío pero no le asustaba, -tengo que decirte unas cosas- Yeji asintío curiosa,

-Este- señaló el al rededor, -Es el infierno, mi hogar- dijo, Yeji lo miro con los ojos más abiertos, -Mis padres son demonios-

-Entonces...eso te hace un demonio- afirmó Yeji y Seungmin asintío, espero una reacción pero no obtuvo nada más que una mirada llena curiosidad

-¿No te asusta? ¿Estás molesta?- pregunto algo preocupado por no recibir más palabras

Yeji negó con una amplia sonrisa, -Eso explica porque eres tan grosero- dijo

-No soy grosero- se quejo y Yeji sonrió, sus ojos comenzaron a pesar, -¿Tienes sueño?-

-No, solo estoy algo cansada- dijo con la voz apagada

-Vamos a qué descanses- Yeji asintío, ambos caminaron por un amplio pasillo, con las manos entrelazadas.

🤍

Vanii🐮-

Mi Ángel de la guarda Donde viven las historias. Descúbrelo ahora