𝓝𝓲𝓷𝓮.

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Entraron a un salón, parándose frente a una gran puerta negra de madera dividida en dos con dragones tallados, Seungmin tomo una de las manijas, cuando está dió click, la abrió, con una señal indico a Yeji que pasará y ella lo hizo, la habitación era algo obscura, contemplo la gran cama de cedro negro en medio del lugar, una gran cortina como vino la cubria, aún así pudo notar muchos cojines y almohadas en sima, del lado derecho había un gran armario de madera, haciendo contraste con el lugar, una mesa y silla de color blanco, con varias hojas sobre ella, del lado izquierdo un gran ventanal con las cortinas corridas dejando entrar la luz naranja de afuera, toda la habitación olía a Seungmin, manzanilla y tierra.

-¿Es tu habitación?- pregunto, aún que ya sabía la respuesta

-Si, puedes quedarte aquí, hay muchas almohadas, como te gusta, ponte cómoda- dijo Seungmin de manera rápida y nerviosa, porque sí, Seungmin estaba nervioso de tener a Yeji en su habitación, se dió la vuelta para salir, pero Yeji lo detuvo

-¿No te quedarás?- pregunto igual de nerviosa

-¿Quieres que lo haga?- devolvió la pregunta aún dando la espalda de Yeji

-Me gustaría que si- Seungmin cerró la puerta y se giró para dirigirse a su armario, no quería ver a Yeji y que viera su enorme sonrojo por toda la cara

-Ten- le extendió una muda de ropa para que se cambiara, -¿Quieres tomar un baño?- Yeji asintío enseguida, la guío por una puerta a lado de su cama, -dentro está lo que necesites, las toallas están en el único armario- indico Seungmin. Dicho esto, Yeji entro y quedó asombrada y algo descolocada, pues el baño, a comparación de todo el lugar, era blanco, todo de marmol, hasta la gran tina que estaba rodeada por cuatro grandes columnas del mismo color, en sima colgaba un gran candelabro con cristales colgando en el y velas encerradas en esferas de cristal.

Se acercó, el agua en automático comenzó a caer como cascada de una rendija en una esquina de la bañera, tocó el agua, estaba tibia, quitó todas sus prendas, más tarde le pediría a Seungmin que las tirará, no quería volver a colocarse eso. Cuando la tina estuvo llena, ingreso, sus bellos se erizaron ante la sensación, aun lado, pegada a la pared había una vitrina de cristal con puertas corredizas, dónde se contemplaban varios productos, tomo uno, era una botella de cristal, con un líquido violeta, lo destapó, era shampoo, el que Seungmin usaba, rio y se colocó bastante en su cabellera naranja, tomo el jabón y lavo todo su cuerpo, se sentía emocionada, seguramente terminaría oliendo a Seungmin, se mordió el labio al pensar en el, se imagino a Seungmin dándose un baño... De inmediato desecho tales pensamientos.

Al terminar salió de la bañera, Seungmin le había dado la ropa para vestirse ahí mismo, pero Yeji no lo hizo, seco su cabello con una de las toallas que tomo del armario y cubrió su cuerpo con una bata negra que estaba colgando en un perchero, seguro era de Seungmin.

Seungmin estaba de pie frente al ventanal, sumido en sus pensamientos cuando la puerta del baño fue abierta, giro, su mirada se amplio y sintió temblar sus piernas y casi se atraganta con su saliva cuando vio a Yeji salir con su bata de baño puesta

Yeji se acercó hacia el dando saltitos de emoción, Seungmin fingiendo no sufrir un colapso, coloco una cara más seria, tomo el mentón de Yeji y lo giro, contemplando el hermatoma, -¿Te duele?- Yeji negó, -¿Que tal el baño?- pregunto

-Muy bien, aún que no espere verlo tan...blanco- respondió, Seungmin alzo una ceja y sonrió, te dejaré para que te vistas, Dijo Seungmin alejándose de Yeji para salir

-Seungmin- hablo con la voz algo baja, el mencionado se giró, sus ojos se ampliaron nuevamente, su estómago se contrajo, -Hazme olvidar- pidió Yeji dejando caer la bata negra quedando a mereced de Seungmin

El impulso ganó, Seungmin se acercó nuevamente a ella, tomo su cuerpo con delicadeza, como si fuera a romperlo, la llevo cargando hasta su cama.

Yeji lo miraba espectante, sus ojos brillaban, estaba curiosa por experimentar, Seungmin venero todo su cuerpo y su ser, Yeji estaba tan entegreda, soltando suspiros de satisfacción y algo más. Sus cuerpos uniéndose en uno solo era lo único que importaba.
El mundo, Dios y todos podían irse muy lejos, no importaba si aquello estaba mal, para ellos se sentía bien, se sentía correcto, cálido y hermoso.

Cada roce, caricia y beso dado a la anatomía de Yeji, le causaba espasmo que la hacían delirar y temblar. Seungmin suspiraba al sentir la calidez de Yeji abrazarlo, deseaba que aquello nunca terminará

-Eres mía- fue lo que soltó en su oído culminando con aquel acto, Yeji sonrió al escucharlo y se aferró a su ancha espalda dejando derramar una lágrima que no expresaba más que infinita alegría

-Y tu mío- respondio

-Siempre lo seré- sello aquella promesa con un cálido y amoroso beso

No necesitaban nada más, solo a ellos dos, porque ella le pertenecía y él a ella.

🤍

Vanii🐮-

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