Flufftober 2021 [AshEiji]

20. Tulips.

¡Hola mis bonitos lectores! Hay una nota del tamaño de una biblia abajo, pero leanla, es importante de verdad. El capítulo va dedicado a esta belleza abbxbelle, gracias por hacerme tan feliz en estos días, especialmente antes de mi examen, estaba al colpaso, eres un solcito y te amo y nuestros match icons con esta declaración de dudosa heterosexualidad arrojan leña al fuego con la ship, perdón. Te dedique este capítulo porque sé que querías algo bonito para leer.

¡Espero que les gusten!

—Bones, Kong. —Los nombrados se congelan en la barra de la cocina, son escasas las ocasiones en las que su jefe les habla con semejante temple, un mal sabor les chispea en la lengua—. Ustedes... —Aslan tensa sus palmas alrededor de una taza, aunque tiene un espantoso dibujo de Nori Nori la usa porque hace juego con la de Eiji. Antes de que pueda formular la pregunta, el pánico estalla.

—¡Fue Bones quien escribió el cupón de las pajas! ¡Le dije que era mala idea! —El aludido se ve presa del espanto apenas se encuentra con los ojos verdes de ese depredador, no consigue respirar, la boca se le seca, retroceder es inútil en la madriguera del lince, lo asesinará acá y ahora.

Debe salvarse.

—¡Fue idea de Kong el juego de roles! ¡Él tiene un fetiche por los vestidos de maid!

—¡Fue idea de Bones el disfraz de conejito!

—¡Fue idea de Kong la lencería de novia! —La taza golpea con fuerza la barra de granita, Ash tiene la cara tan roja que parece a punto de explotar o de echar humo por las orejas, tal vez, haga ambas—. Dijo que las piernas de Eiji se verían geniales con medias y su trasero saltaría por la falda.

—¡Están hablando de mi novio! Si que tienen pelotas. —Un aura oscura rodea la habitación, hasta el chocolate caliente que Eiji les preparó antes de salir a comprar, se enturbia.

—No te preocupes, boss. —Bones le acaricia la espalda con confianza, ansiando aplacar la inminente tensión—. También creemos que te verías lindo en un vestido, tienes una contextura muy grácil. —El comentario empeora la atmósfera mil veces más. Ash se presiona el entrecejo, intentando buscar paciencia en un estresante masaje contra su ceño, él apoya su peso en el mesón, regularizando su respiración con esos ridículos ejercicios de mindfulness que ha aprendido en terapia.

—¿Traje de conejito? —Se le sale un pensamiento, porque efectivamente, se imagina a su adorable novio vistiendo un conjunto de esos y modelándolo de maravilla.

—¡Sí! —Niega, no es el momento para pensar en esto, sin importar qué tan tentadora sea la idea.

—Finjamos que esta conversación jamás pasó e iniciemos de nuevo. —Los chicos se encogen al otro lado de la barra, asintiendo—. ¿Entendido?

—Yes, boss!

—Bones, Kong. —Ambos tragan duro, atentos contra la granita—. ¿Si derramo aceite de maravilla en el jardín, crecerán girasoles? —Ellos intercambian un atisbo confundido por dichoso comentario, no saben si es una prueba de ingenio, lealtad, o si solo los está molestando.