Flufftober 2021 [AshEiji]

26. Perfume.

¡Hola mis bonitos lectores! Luego de cumplir con mi flamante actualización doble de ayer, me siento más realizada, este capítulo se divide como en dos partes porque es el climax del arco de Eiji, ya van a cachar por qué, pero se nota que vamos cerrando esta trama, muchas gracias por tanto.

¡Espero que les guste!

—¿Cómo has estado desde la última sesión, Eiji?

Mal.

Terriblemente mal.

Peor que las converse de Ash después de convertirse en el orinal de Buddy.

Mucho más asqueroso que el nuevo Axe de Kong. Una vez escuchó que esa marca de desodorantes es conocida como «Lynx» en varias partes del mundo, incluido el Reino Unido, Malta y China. Lince ¿eh?, Casi puede imaginarse a su novio esbozando una mueca repugnada antes de despedazar todos los desodorantes de la pandilla, la imagen mental lo hace sonreír, definitivamente debería contarle.

—¿Eiji?

¿Dónde estaba?

Ah, sí.

Mal.

Tan mal como esos perritos calientes que nunca se tragó y se pudrieron en el refrigerador.

—Mal. —Aunque antes le costaba sincerarse con su terapeuta, porque tener un espacio que valide su sufrimiento sigue siendo demasiado, ha progresado en esa fachada de sobreadaptación, se niega a mostrarse con una sonrisa de oreja a oreja si la está pasando mal—. No he estado muy bien.

—Ayúdame a concretizar esto. —Su lápiz presiona el papel, dejando una tenue poza de tinta azul, el color le recuerda al cielo en Izumo o al lago en Cape Cod—. ¿Por qué no has estado muy bien?

—Porque mañana llegan mis padres a Nueva York.

Le cuesta digerir sus propias palabras, él arrastra sus zapatillas por el tapiz del consultorio, es peluda, probablemente a Buddy le encantaría que tuviesen una de esas en casa, la sacudida en sus palmas incrementa mientras más lo piensa. Ha estado demasiados años evitando a sus padres, no se siente listo para verlos. ¿Para qué? Solo lo van a culpar de su divorcio, ha trabajado muy duro para aceptar que sus menosprecios no son la verdad absoluta. No lo apoyaron con el salto de pértiga por falta de talento, se quejaban constantemente por su desempeño académico, e incluso trataron de buscarle una novia al no verlo capaz de conseguirla por su cuenta.

¿Por qué querría verlos?

Ash.

—No quiero recibirlos. —Eiji se hace pequeño en el sofá, ha subido ambas piernas hacia los cojines para abrazarse, a su terapeuta no le molesta, le ha dado el permiso para expresarse tanto como quiera.

—Con todo lo que me has contado, me puedo hacer una idea de por qué no quieres verlos. —Él asiente, estático—. Pero de todas maneras, es importante que lo escuche con tus propias palabras.