14. Salvación [Final]

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Pov. Luzu

Mi cabeza daba vueltas y vueltas, intentando buscar una salida. Pero no importaba las veces que me quedase pegado a la ventana; no pasaba nadie al que le pudiese pedir ayuda.

Solo me quedaba sentarme, y quedarme allí, rezando para que Auron no hiciese alguna locura como pedir una orden de arresto, o ir él mismo a "hablar" con Lolito.

Creía que habían pasado horas, a pesar de llevar apenas unos 10 minutos, cuando, al fin, encontré la forma de salir: La mesa del decocraft. Ese sillín que a Vegetta le encantaba llamar "ilegalísimo", y que muchos usaban para entrar en casas ajenas con la excusa de "si no rompo bloques, no estoy haciendo nada ilegal", aunque luego rompieran algún bloque para poder salir. Ese mismo sillín, era mi salvación.

Me acerqué para ver si tenía tinta suficiente y, gracias al diosito Heberon, tenía tinta. Rápidamente, creé una de los sillines, y la puse sobre el suelo. Estaba a punto de sentarme, pero justo recordé la estructura de la casa de Auron y, digamos, que no me apetecía caer desde tanta altura.

Busqué algo en lo que aferrarme; como una cuerda que pudiera atar a la pata da una silla o algo similar. Decidí amarrar las cortinas al escritorio de Auron, con la esperanza de que aguantara mi peso. 

Me senté, y me quedé allí quieto. Solo faltaba levantarme del sillín, para caer desde el suelo de la habitación, desde unos 20 metros antes de llegar al suelo. Unos cinco o seis metros de altura, aproximadamente. Con rostro pálido, y con los dedos temblando, me mantuve quieto unos 10 minutos. "¿Y sí la sábana no soporta mi peso?" Pensé. Pero no tenía forma de comprobarlo: si me levantaba, caería.

Tras superar esos desesperantes 10 minutos, me armé de valor, y me levanté. La longitud de las cortinas amarradas no superaba el metro, así que llegaba fácilmente al  techo de la estructura de en medio de... ¿La forma de tridente? Bueno, lo que creo que era la habitación de Brett.

Acabé más arriba de lo que me gustaría, así que traté de balancearme para llegar más cerca en cuanto a distancia, pero sentí como si una de las cortinas se hubieran dado de sí. Como si hubiera bajado un poco más. Me asusté un poco, pero como solo bajé unos pocos centímetros, no le di mucha importancia. Volví a balancearme para acercarme más, pero justo sentí como las cortinas se soltaban, de nuevo; pero, esta vez, comencé a caer más.

En un rápido impulso de supervivencia, traté de escalar por las cortinas, como si pudiera ir más rápido que la gravedad, lo cual sabía que no podría. Parecía que estaba a punto de chocar con el suelo, pero la cortina se paró. Abrí mis ojos, viendo como estaba justo en frente de la ventana de la habitación a la que quería llegar. Luego miré al suelo: solo estaba un par de metros más abajo, no mucho más.

Alguien debió de agarrar la cortina para que no cayera, lo cual se sentía esperanzador, pero a la vez aterrador, puesto que el único con acceso era Auron.

Miré al techo, para ver si, por suerte, había otra mano que no fuera la de Auron, y así fue. Respiré tranquilo: "No pienso dejar que Auron se mi salvación, ni hablar" Pensé.

"Prefiero mil veces que me salve un mueble, a que me salve Auron."

Así es, el escritorio fue lo que me salvó. No exactamente, pero casi. Tenía las cortinas atadas a la mesilla, y entre mi peso y el movimiento que estaba haciendo, hicieron que la mesilla cayera, y se acercase más al sillín.

Las ventanas no estaban reforzadas, así que solo las rompí, y entre. La puerta estaba cerrada, y todas las paredes reforzadas, por lo tanto, mi única forma de salir, sería por la misma ventana por la que había entrado. 

Busqué bloques por toda la casa, y salí por la ventana con cuidado, haciendo una escalera con los bloques.

Una vez fuera, comencé a correr lo más rápido que pude, buscándolos. A alguno de los dos, al que fuese, pero necesitaba saber que Auron no había hecho ninguna locura.

— — —

Miré mis manos, asustado. Las tenía llenas de sangre.

¿Estaba muerto? ¿Lo había matado?

No. Su corazón todavía latía.

Solté la pala.

Miré el cuerpo que tenía a mi lado.

— Lo siento...

Este no abría los ojos, estaba como dormido.

No tenía mucha fuerza, pero traté de levantarlo. Se sentía muy pesado, pero pasé su brazo tras mi cuello para que fuera más fácil llevarlo.

Necesitaba ayuda: En realidad, los dos la necesitaban, pero solo podía llevar a uno. Tampoco tenía teléfono, y no podía llamar a nadie sin él, así que solo me llevé a Lolito.

Y gritar sería inútil sabiendo lo lejos que estábamos del resto.

Pero fue algo estúpido de mi parte, ¿Quién se supone que podrá curarlo? Solo había un médico en todo el pueblo, y acababa de dejarlo inconsciente en el suelo. "¡Mierda! ¿En qué estaba pensando?" .

Traté de llevarlo a mi casa.

Me negaba a perderlo. No ahora.

— Aguanta, por favor.

Lo decía como si pudiera escucharme; deseando que llegase a escucharlo.

Llegamos a casa. Lo tumbé como pude en el sofá, y me levanté para ir a buscar el botiquín. Pero una mano me lo impidió, manchándome con sangre.

— Luzu...

— ¡Lolito!

Me acerqué más.

— No hables, no gastes fuerzas.

— Luzu, ¿Estás bien?

— ¿Yo? No Lolito, estoy bien, no te preocupes por mí. Voy a por un botiquín, no te levantes.

Fui a por el botiquín con rapidez.

Lolito estaría bien mientras yo estuviera con él.

— Te quiero.

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25/10/2021

Este es el capítulo final, pero he escrito un capitulo extra "epílogo" que publicaré entre hoy y mañana sobre lo que ha pasado con auron, si lolito sobrevive etc.

¡Gracias x leer!











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