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Shinso odiaba las fiestas, eran ruidosas y siempre había más gente de la que cabía en el lugar, justo como ahora. La casa de la tal Momo estaba a reventar de jóvenes que bebían, bailaban y gritaban.
Hasta ahora se había librado de asistir a tales eventos y la cosa habría seguido así de no ser por su compañero de habitación Todoroki Shoto un serio y responsable chico que al igual que él prefería quedarse en la habitación que compartían o así era hasta que se consiguió un novio, un pequeño chico peliverde con la capacidad de hacerse amigo hasta del más antisocial, alías Shinso Hitoshi.
Esa tarde había llegado al cuarto que el pelimorado y el bicolor compartían y no dejó de hablar de lo genial que sería esa fiesta, a la cual ya había convencido a su novio de ir, la única razón por la que seguía hablando de eso era porque se había propuesto arrastrar al ojeroso chico y con esto pudiera hacer más amigos.
Como si Hitoshi necesitará algo así.
Al pelimorado no le fue difícil negarse mientras mantenía la mirada en la laptop frente a él, pero entonces cometió el error de mirar al peliverde, quien lo miraba haciendo un puchero que abulto aún más sus pecosas mejillas, sus verdes ojos exageradamente abiertos y brillosos, eso y las manos juntas en una silenciosa súplica.
Shinso tardó cinco segundos en aceptar ir a la dichosa fiesta, ahora entendía porque Shoto hacía todo lo que su pequeño novio pedía, no había persona en el mundo que se resistiera a cualquier cosa con esa tierna expresión.
Izuku no conquistaba el mundo porque no quería.
Y esa era la razón por la que ahora estaba rodeado de extraños ebrios y eufóricos, mientras él sostenía un vaso vacío y fingía beber.
Un golpe en su hombro llamó su atención, al girar vio a un chico más bajo que él, de cabello rubio y bastante ebrio. El chico tomó el brazo de Shinso con el fin de recuperar el poco equilibrio que le quedaba.
ーMe alegra que vinieras ーbalbuceó el muchacho.
Estaba seguro que jamás los había visto, pero no era el primero en la fiesta que lo trataba como si fueran amigos de toda la vida.
Estaba por alejarse del chico cuando éste le pasó un brazo por lo hombros, lo atrajo a él y susurro.
ーLa verdad no creí que Midoriya lograra convencerte de venir.
Shinso lo miró con atención, eso explicaba que esta vez el peliverde estuviera siendo bastante insistente.
ー¿Tú le pediste que me convenciera? ¿Por qué?.
ーTe voy a contar pero no le digas a Shinso porque es secreto.
ーYo soy Shinso Hitoshi.
ーUn placer Toshi, yo soy Denki ーdijo el ebrio chico ーen fin, no le digas a Shinso pero me gusta, por eso le dije a Izuku que lo trajera.
Denki miró a su alrededor como buscando a alguien, después sus dorados ojos se posaron en el chico a su lado.
ーOh Shinso, aquí estás, eso es bueno.
El de ojos índigo no entendía cómo funcionaba la mente de este chico, aunque sin duda toda esa confusión era producida por la alta cantidad de alcohol que llevaba dentro.
Antes de que el rubio volviera a abrir la boca, Izuku y Shoto se acercaron a ellos.
ーMe alegra ver que ya se conocieron ーdijo el de ojos verdes.
ーSiiiii ーrespondió Denki ーy sigo tu consejo, no le diré que me gusta hasta conocerlo mejor o se asustara.
Izuku se golpeó la cara con la mano, Shoto a su lado hizo un extraño ruido tratando de no reírse de la situación.
ーCreo que tu amigo ha bebido demasiado Midoriya.
ー¿De qué hablas? ーpreguntó Shoto ーsolo le dio dos tragos a su cerveza.
El cerebro de Shinso trabajaba a marcha forzada tratando de entender la situación en la que estaba, se rindió unos segundos después y se centró en evitar que el chico que aún estaba pegado a él terminara besando el suelo.
Ya habría tiempo de aclarar las cosas con Denki, cuando estuviera sobrio.
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