MT: N-No me digas que... ¿¡¿¡Me morí por el pedazo de techo que me cayó en la cabeza!?!?
Dios: No, Masato-kun, tú estás perfectamente bien, sigues vivo.
MT: ¿¡Entonces qué demonios hago aquí?!
Dios: ¿Acaso no puedo tener ganas de verte, Masato-kyun? *Guiña un ¿"Ojo"?*
MT: ¿Kyun? Como sea ¡¡¡NO!!! ¡¡¡No puedes verme!!!
Dios: ¡Qué malo! Y yo qué pensaba darte un consejo.
MT: Un Dios que no es capaz de gestionar correctamente sus mundos, como que no es la mejor opción que tendría en cuenta para recibir un consejo.
Dios: ¿¡Por qué me tratas así, Masato-kyun?!
MT: ¡¡¡Ahora eres más repulsivo!!! Muy bien, simplemente dame tu estúpido consejo y envíame de vuelta, si despierto ahora, quizás aún tenga oportunidad de tocar un poco a Annetta *Movimiento sugestivo de mano*.
Dios: Muy bien Masato-kyun, escucha atentamente.
El Dios carraspeó un poco, tomó aire y comenzó a hablar con una voz seria y misteriosa.
Dios: Ante el fulgor del alba... Se encontrará la clave para el éxito de los Vástagos del 7mo Aman...
Antes de que el Dios pudiera continuar, Masato volteó los ojos con molestia y arremetió contra él.
MT: *Lo golpea en la cara*.
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Dios: ¡¡¡AY!!!! ¡¿¡¿Por qué hiciste eso Masato-kun?!?! *Cubriendo su nariz*.
MT: ¡¡¡Deja de intentar hacerte el mítico, Dios inútil!!! Dame el consejo claramente.
Dice sacudiéndolo repetidas veces mientras lo sujeta de los hombros.
Dios: S-Sí, *Nervioso* muy bien, simplemente que si aceptas una misión hoy, podrías tener buena suerte.
MT: Oh, ya veo ¡Pero qué gran consejo!
Dios: ¿¡En serio!? ¿De verdad te parece un buen consejo, Masato-kyun? *Entusiasmado*.
