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Los últimos días no había estado durmiendo tan bien, así que pasaba la mayor parte de la noche despierta, daba vuelvas en la cama, pero al final terminaba por levantarme a pintar o simplemente me sentaba en el balcón viendo la noche pasar y pensar un poco las cosas, pasaba la mayor parte de la noche ahí.

...

Llovía bastante fuerte y la noche era un poco fría, la brisa y las gotas estampándose en el piso y el barandal hacían que mis piernas estuvieran un poco mojadas, a pesar de sentir frío no quería entrar sentía que cuando entraba mis problemas regresaban y me faltaba el aire, mantenía mi vista en las calles mojadas y solitarias cuando de pronto alguien llamó a la puerta, me tomo por sorpresa provocando que diera un pequeño brinquito en dónde me encontraba, pensé qué tal vez deseaba tanto ver a Mikey que incluso imaginaba que tocaban la puerta y al abrirla era el.
Permanecí sentada pensando que lo había imaginado cuando de pronto se volvió a escuchar que llamaban a la puerta pero un poco más fuerte, era de madrugada así que me dio miedo pero pensé que no podía simplemente ignorarlo por qué tal vez le había pasado algo a Mikey, así que tome todo el valor que tenía y me levante dirigiéndome a la puerta. Al llegar me quede quieta enfrente de esta con las manos temblorosas y volvieron a llamar, estire mi mano hacia la perilla, la mano me temblaba y cada que estaba más cerca de la manija los latidos de mi corazón aumentaban, la tome y la giré, tenía miedo pero deseaba con todo mi ser que fuera Mikey.

Al abrirla ahí estaba de nuevo él con esa mirada que me hacía sentir escalofríos solo con verlo directamente a los ojos.
Me miró de arriba a abajo y después cruzamos miradas. Quería hablar pero no sabía qué decir, las palabras no me fluían.
Sin preguntar entró y se sentó en el sillón de la sala, cerré la puerta y caminé hacia donde se encontraba.

–Que haces aquí?- apenas pude decirlo sin que la voz me temblara.

–Tu qué crees?

El ambiente era algo tenso y solo quería que se fuera sabía que era alguien del cual esperar cualquier cosa así que me daba un poco de miedo estar a solas con el.
Lo mire detenidamente y su ropa estaba algo mojada, de su cabello caían gotas de agua y tenía los nudillos lastimados.

–Quiero que te vayas, no me interesa escucharte.

–Lastima, eso no está en las opciones- dijo mientras se recargaba en el respaldo del sillón.

–Opciones? De qué hablas?

–Escuchas lo que tengo que decir y vienes conmigo o escuchas lo que tengo que decir y te llevo a la fuerza.

–A dónde? Vete, quiero que te vayas ahora!- comencé a hablar un poco más fuerte.

–No agotes mi paciencia niña- lo dijo en un tono serio y amenazante para después incorporarse recargando sus brazos en sus piernas.

Sabía que lo decía con toda la intención de cumplirlo así que permanecí callada o me metería en problemas.

–El jefe me dijo que te llevara a la casa y tenía algunas cosas que hacer aquí cerca así que pase para hacer lo que me ordenó.

–No pienso ir a ningún lado, ahora lárgate!

–Shhh, no grites o despertaras a los vecinos.

–Lárgate Sanzu!!!

Su mirada se volvió fría y comencé a sentirme cada vez más insegura, la habia cagado este tipo no se anda con juegos y es capas de hacer cualquier cosa por cumplir lo que le ordene Mikey.

Lo veía atenta y comencé a retroceder poco a poco, Sanzu se levantó del sillón y comenzó a acercarse, con cada paso que daba el miedo aumentaba en mi, las piernas me temblaban y aún que lo intentara no podía escapar.
De un momento a otro tenía a Sanzu enfrente y tomo mi rostro con fuerza para juntarlo al suyo dejándonos a unos cuantos centímetros.

𝑴𝒚 𝒃𝒐𝒚 𝒊𝒔 𝒂 𝒄𝒓𝒊𝒎𝒊𝒏𝒂𝒍!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora